Froilán Antonio Rodríguez Jiménez, el fenecido artista “corta venas” conocido como Anthony Ríos (1950-2019), tuvo el buen juicio de grabar los emblemáticos boleros de fecundos compositores dominicanos, entre ellos Chiquitín Payán.
Pedro María Payán Duluc (Chiquitín) falleció en 2010, a la edad de 93 años, dejando una impronta 500 canciones, que fueron grabadas por renombrados artistas criollos y extranjeros.
Chiquitín Payán a la hora de su muerte vivía en el populoso barrio de Villa Consuelo, junto a su esposa la cantante lírica Criolla Hidalgo.
A Payán lo he mencionado en varias de mis columnas, vinculado a Nicolás Casimiro (1911-1964), el inmenso Colás, otros artistas y a propósito del reto que me impuso mi buen amigo, el periodista Roberto Monclús, el de hacer una selección de los diez mejores boleros escritos por compositores criollos, partiendo de mi atrevido criterio.
En esta ocasión me encontré en una disyuntiva en el momento que escribía uno de los cuentos que formaran parte de mi libro “Cuentos de película”, que no sé cuando será publicado, pero que espero tener listo para el año 2024. Tenía la idea del argumento del cuento, que aún no he terminado, pero no encontraba la forma de como empezar, que es a mi juicio la parte más de difícil a la hora de escribir un relato. Fue precisamente uno de los boleros emblemáticos de Chiquitín Payán que proporcionó esa idea clave para desarrollar el cuento. Un bolero que con una gran dosis de sentimiento grabó Nicolás Casimiro y que Anthony Ríos incluyó en su producción “Boleros como ayer”, impregnándole su propio e inconfundible estilo.
Este bolero impresionó de tal manera al polifacético Anthony Ríos, lamentablemente fallecido a destiempo, que antes de interpretarlo explicaba la razón de porqué lo escogió. Decía que lo inspiró la trágica muerte de un joven, que se suicidó por amor. Para Kinder, que así llamaban sus amigos al artista nacido en Sabana de la Mar, suicidarse por amor era un acto de valentía.
El bolero que compuso Payán y al que hago alusión es “Desesperación”. Se trata de alguien que decide quitarse la vida y se lo expresa a la autora de sus tormentos.
“Me voy a quitar la vida, óyelo bien y sabes que me la quito por tu traición”. Para mí quizás una estupidez, pero quien puede entender el alma humana y quien tiene la facultad para censurar las actuaciones y los pecados de los hombres.
Volviendo a mi libro “Cuentos de película”, que ya está en la fase final, uno de los relatos se refiere a un lamentable hecho ocurrido en la capital que alguien muy cercana me contó y decidí escribirlo. A lo largo de la historia humana son muchos los que han decidido cometer suicidio por amor, por lo que el reto es saber cómo contar el caso de este joven que se mató por una traición. Más aún después de escuchar “Desesperación” en los estilos inconfundibles de Colás y Ríos.
Siempre he dicho “Boleros como ayer” es una producción fundamental en la carrera artística de Anthony Ríos y valiosísimo esfuerzo por rescatar esos boleros de nuestros compositores criollos. La orquestación a cargo de Víctor Taveras, extraordinaria, magistral, sin desperdicio, y un Anthony en el mejor momento de su trayectoria artística.
De mi libro no debo adelantar nada, pero de las canciones escritas por Chiquitín Payán y de las interpretaciones de Anthony Ríos y Nicolás Casimiro puedo asegurarle que son extraordinarias, bien compuestas y excelentemente cantadas, escucharlas en esas voces o cualquiera, un bálsamo para el alma de cualquier melómano.
