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jueves, mayo 2, 2024

La enseñanza de mi madre y el grato recuerdo de “El pequeño ruiseñor”

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Acostumbro a recordar, sobre todo cuando pongo a circular un libro, una valiosa enseñanza que me legara mi madre en la postrimería de su vida. Mi progenitora me enseñó el valor imperecedero de agradecer y lo hizo poco antes de partir a ese buen lugar donde estoy seguro la tiene Dios.

Pues quiero agradecer a todos los que cada semana se digna leer esta columna y, sobre todo, a los que hacen señalamientos correctivos de mis artículos. La semana pasada alguien aportó datos interesantes no incluidos en el artículo sobre Benigno Ricardo López, conocido como “Rico López”, y se lo agradezco.

Se refería el amable lector al detalle del paso de Rico López por la orquesta del maestro Rafael Solano, que no incluí en la columna, ni tampoco mencioné temas como: “La Batuta”, “Mataron a Desiderio”, “Váyase en paz” y “Mano Lao”.

La idea de escribir sobre Rico López, porque siempre escribo sobre boleros y boleristas, surgió porque en mi entorno pocas personas sabían quién era o no lo recordaban. Y pienso que logré el objetivo de llamar la atención sobre este maravilloso artista, hasta el punto de que República Musical, que produce el dilecto periodista Roberto Monclús, prometió colocar sus temas y hacer esfuerzos para rescatarlo del olvido.

Más que desde el punto de vista del investigador, estos artículos los escribo desde el sentir del melómano, desde lo más profundo de mi alma y mis emociones, pero, sobre todo, desde la óptica de la experiencia del narrador amante del bolero y ocasiones no soy tan meticuloso con los datos que ofrezco.

A propósito de la experiencia del melómano, la primera vez que escuché la canción “Granada”, compuesta por Agustín Lara (Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino, 1897-1970), en voz de José Jiménez Fernández, conocido como Joselito, El niño cantor, me sentí profundamente impresionado.

Hay que destacar que Agustín Lara compuso “Granada” sin nunca haber visitado esta ciudad española, sinónimo de mujeres bellas y corrida de toros.

Este niño cantor se apropió de varios seudónimos, naturalmente por la exquisita calidad de su voz infantil. Joselito también fue conocido como “El niño ruiseñor», “El niño de la voz de oro” y “El pequeño ruiseñor”.

Joselito nació en España, el 11 de febrero de 1943, es decir, que en la actualidad tiene 81 años y varios intentos fallidos por tratar de revivir un glorioso pasado.

Este prodigio empezó a cantar a corta edad y encandiló a todos los pueblos de habla hispana, particularmente a una nación tan exigente como México. Memorable es la versión “Malagueña salerosa”, que grabara Joselito en colaboración Antonio Aguiar, y también “El pastor”, junto a esa gloria de Miguel Aceves Mejía

Este cantante y actor español, que protagonizó catorce películas, hizo sus pininos en programas radiofónicos, donde fue descubierto por el también actor e intérprete Luis Medrano, quien a percatarse de su calidad vocal ofreció llevarlo a Paris para presentarlo en la radio y la televisión.

Como muchos fenómenos infantiles, la estrella de Joselito se eclipsó un día, dejándonos un repertorio de bellas melodías y el recuerdo de su calidad como intérprete.

Además de “Granada”, una canción que no tiene par, desperdicio, mi preferida, en voz de Joselito es “Pequeña flor”, compuesta por el músico y compositor de jazz estadounidense Sidney Bechet (1897-1959). Esta bellísima canción, también incluida en el repertorio de Roberto Yanés, tiene versiones en español, francés e inglés. El famoso músico italiano Fausto Papetti también grabó una monumental versión instrumental.

Joselito, representante de una hermosa e inolvidable época, grabó también temas como “Egoísmo”, “La campanera”, “Gorrioncillo pecho amarillo”, “El emigrante”, “Balada del vagabundo”, entre otros.

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