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lunes, abril 29, 2024

La Marcha Verde: Un Punto de Inflexión en la Historia Dominicana del Siglo XXI

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En el tejido de la historia de la República Dominicana en el siglo XXI, un acontecimiento destaca como un punto de inflexión fundamental: la Marcha Verde.

Este movimiento, que surgió como un grito colectivo contra la corrupción y la impunidad arraigadas en el sistema político del país, marcó un cambio radical en la conciencia y la voluntad de la sociedad dominicana.

La Marcha Verde no solo representó una protesta masiva contra las prácticas corruptas, sino que también simbolizó el despertar de una sociedad que se negaba a tolerar más la injusticia y el abuso de poder representado en la corrupción y la impunidad como sistema.

Fue el momento en que la población dominicana decidió dejar atrás la complacencia y la pasividad ante el crimen de la corrupción, y exigir un Estado que persigue la corrupción y la impunidad, sentando así las bases para un futuro más justo y transparente.

En este contexto de cambio y renovación, emergió una figura que se convertiría en el instrumento del destino para iniciar y promover esta transición: Luis Abinader.  Su ascenso al poder no fue simplemente el resultado de una elección política, sino más bien el reflejo de la voluntad colectiva de un pueblo decidido a romper con el pasado de corrupción y clientelismo.

Uno de los aspectos más significativos de este cambio de paradigma fue el abandono progresivo de la práctica de ver a los partidos políticos como simples agencias de empleo, donde el acceso al poder y los recursos estaba reservado para unos pocos privilegiados.En su lugar, la sociedad dominicana comenzó a demandar que los partidos fueran verdaderos agentes de cambio, progreso y desarrollo colectivo.

Antes de la Marcha Verde, los partidos políticos eran percibidos como vehículos para la salvación individual a través de la corrupción y el nepotismo. Sin embargo, este enfoque egoísta y miope dio paso a una nueva mentalidad, donde la búsqueda del bien común y la rendición de cuentas se convirtieron en prioridades fundamentales. Este cambio de actitud no solo tuvo un impacto inmediato en el panorama político del país, sino que también sentó las bases para las elecciones futuras.

En las próximas elecciones de 2024, el dilema persistirá: volver a la corrupción que ha sido responsable del subdesarrollo del país o continuar con una administración que ha demostrado su inclinación a perseguirla para llevar a la República Dominicana a nuevos niveles de desarrollo y prosperidad.

La Marcha Verde fue más que una simple protesta; fue un llamado a la acción, un despertar de conciencia y un recordatorio de que el poder reside en las manos del pueblo.

Y persistente con la misma convicción representada por la Marcha Verde, la sociedad Dominicana ante el dilema de volver al pasado superado, sigue inclinada a la continuación de esa nueva realidad de persecución a la corrupción y la decencia administrativa, de ahí que la simpatía mayoritaria está inclinada a la continuación en el poder del símbolo del cambio, el presidente Luis Abinader.

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