En múltiples ocasiones, como periodista investigador, me ha servido consultar los hallazgos de WikiLeaks. WikiLeaks es lo mismo que decir Julian Assange, un periodista de 51 años de edad, y actual modelo de la persecución internacional de los derechos humanos y la libertad de prensa y de expresión.
Julian Paul Assange, conocido como Julian Assange, es un programador, periodista y activista de Internet australiano, fundador, editor y portavoz del sitio web WikiLeaks.
El mundo libertario está sobresaltado porque al periodista Assange, preso en el Reino Unido, está a punto de ser entregado al imperio de la libertad del mundo, conocido entre ellos mismos como Estados Unidos de Norteamérica.
Este mismo nombre es un autoengaño, una mentira, ya que existen en América, los Estados Unidos de Brasil, y los Estados Unidos Mexicanos, más un mundo de libertad, aunque desunido a base de presiones y manipulaciones norteamericanas, que se denomina América Latina.
Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, ha dado la voz de alarma sobre la situación del prisionero de Inglaterra, Julian Assan. Lula da Silva está llamando a la movilización internacional contra la extradición de Assange a Estados Unidos, validarían tal extradición, mediante una nueva decisión judicial de tribunales ingleses. Ya que se ha producido una nueva apelación ante el Tribunal Superior del Reino Unido, en manos de la que ha estado bailando la situación de Assange.
El “delito” de Assange ha sido la realización de numerosas denuncias de acciones ilegales e ilegítimas, de un estado contra otros, amparado ingenuamente, por los cantaleteados principios fundamentales del canonizado sistema democrático y su pedal de la libertad de prensa.
Pero las corporaciones de noticias empresariales estadounidenses, ligadas estrechamente al gobierno, han proclamado que Julian Assange ya perdió el último intento de detener su extradición a los EE. UU. por cargos de espionaje. Desde el viernes, día 9, están en eso.
Assange ha luchado en los tribunales británicos durante años para evitar ser enviado a Estados Unidos, donde enfrenta 17 cargos de espionaje y un cargo de uso indebido de computadoras por la publicación de WikiLeaks de documentos diplomáticos y militares clasificados hace más de una década.
En 2021, un juez británico dictaminó que Assange no debería ser extraditado porque era probable que se suicidara si se le recluía en las duras condiciones de una prisión estadounidense. Pero las autoridades estadounidenses dijeron que Assange no enfrentaría un trato tan severo, como para poner en riesgo su salud mental en la cárcel.
Los ingleses, aprobaron la extradición en junio de 2022. El viernes último un juez consideró que ya todo está dicho sobre Assange, cuando el martes, tenga una nueva posibilidad de apelar, aunque todavía le queda la posibilidad de llevar su caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Ahí, es donde tiene asidero la preocupación del presidente brasileño por la situación de Assange. “Seguimos siendo optimistas de que prevaleceremos y que Julian no será extraditado a Estados Unidos, donde enfrenta cargos que podrían resultar en que pase el resto de su vida en una prisión de máxima seguridad por publicar información verdadera que reveló crímenes de guerra cometidos. por el gobierno de Estados Unidos”, dijo su esposa Stella Assange
Evolución del caso
Assange permanece en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, en Londres, 2019, tras saltarse la libertad bajo fianza durante una batalla legal separada. Antes, pasó siete años dentro de la Embajada de Ecuador, en Londres, para evitar la extradición a Suecia para enfrentar acusaciones de violación y agresión sexual.
Suecia abandonó las investigaciones de delitos sexuales en noviembre de 2019 porque había transcurrido mucho tiempo, pero los jueces británicos mantuvieron a Assange en prisión a la espera del resultado del caso de extradición de Estados Unidos.
