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sábado, mayo 18, 2024

Advierten Leonel confundir deseos con realidad lleva al fracaso

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El ex presidente en tres ocasiones, Leonel Fernández, ahora para los comicios en marcha, de este 2024, anda animoso y anotando predicciones, que más que predicciones, podrían ser especulaciones de su propia inventiva, y parte de la cháchara electoral del momento.

“Si Abinader no gana la primera vuelta, yo le aseguro una derrota en la segunda vuelta”, advierte con la categoría de hasta dónde le alcanza el talento. Lo hace en base a cálculos, que no son tales, sino como evidencia, son especulaciones, apoyándose en cifras arcaicas. Sostiene, dice son sus cálculos, porque desde 2004, se ha necesitado de más de dos millones de votos para ganar unas elecciones. Confiesa que para llegar a lo que dice son sus conclusiones necesitó de la ayuda de “su equipo”.

Lo único que tiene claro Fernández, en su mente, es que, en primera vuelta, él no se va a alzar con la victoria en las elecciones generales próximas.

Tiene que asirse, entonces, a la eventualidad de una segunda vuelta, la que no aparece en ninguna de las tantas mediciones previas a los comicios que se han realizado hasta la fecha, en las que la figura que pretende frenar nunca aparece con menos del 51 por ciento que necesita para repetir en la Presidencia: Luis Abinader.

Hay detalles reales sólidos que además de las encuestas periódicas aceptadas por la generalidad de los votantes, Fernández ni la oposición en pleno pueden obviar: Abinader, en su decisión de repetir en la Presidencia, se ha mantenido inaugurando millares de obras con inversiones multimillonarias en infraestructuras grandes, pequeñas, y de todo tipo. Desarrollando además un amplio y también millonario plan de asistencia social a lo largo de todo el país. Dicen los científicos del área, es el conjunto de esfuerzos que mantiene sólida cualquier economía.

 

Luis Abinader
Luis Abinader

Todos los economistas del patio y las empresas internacionales de mediciones y predicciones económicas andan confesando con sus números y cálculos, para concluir que la economía dominicana terminó en términos aceptables, en el 2023. Fernández dice que la economía del país está anquilosada, para concluir que Abinader y el PRM “todo lo sobredimensionan”.

La excelencia moderna de las artes plásticas, se visualiza en la figura del colombiano inigualable, Fernando Botero, ido de este mundo hace unos meses, con masilla, cincel y espátula, sobre rocas y telas apropiadas, adornó al mundo con su arte sobredimensionado, para atraer la admiración. Abinader, el PRM y aliados, podrían estar copiando a Botero para que el mundo se fije en la media isla que se llena con millones de turistas y dólares, para pedalear la economía dominicana. Así, es.

De manera que cualquier adversario de Abinader, a pocos meses de los comicios próximos, podría quedar atolondrado teniendo que padecer una realidad diaria que no está bajo su control. Como no está bajo su control, la fuerza de prudencia y discrecionalidad que le impida compararse con las figuras de Joaquín Balaguer y Juan Bosch, en medio del debate.

Abinader anda acompañado de casi la totalidad de grupos de oposición, más de veinte. Son suficientes bisagras para sostener el portón de cualquier peso con el que deberán estrellarse los esfuerzos y deseos de los demás pretendientes, incluido Leonel Fernández.

Fernández y los de su equipo que dice lo están asesorando, llevan en su mente la idea de que Abinader necesitaría tres millones de votos para irse en primera vuelta.

La presión de la campaña lleva a Fernández a ver al narcotráfico dentro de las filas contrarias como una preocupación. Eso no es lo que piensa el Departamento de Estado de Norteamérica, cuando certifica los esfuerzos del gobierno de Abinader para controlar ese rastro de corrupción generalizado en todo el mundo, más que nada por el consumo que debe ser surtido, precisamente en Estados Unidos y en Europa.

Fernando Botero
Fernando Botero

Cualquiera que vea la experiencia de Fernández concluye con certeza que es él quien más conoce de influencias del narcotráfico, como espina dorsal de la corrupción que afectó a sus reiterados gobiernos y otros dos períodos de gobierno en los que fue mantenido fuera de concurso por sus propios congéneres del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Allí, Fernández fue derrotado tantas veces que al final debió correr, se vio decepcionado y abandonó, yéndose a formar lo que ha pretendido proclamar como una nueva fuerza política, al frente de la que patalea para enfrentarse al Partido Revolucionario Moderno (PRM), en la cúpula de las decenas de grupos aliados con los que va avanzando Abinader.

Fernández por experiencia propia proclamada, sabe lo que significa ser aplastado por el Poder. Su temor es real. Y números puestos al servicio del temor no son buenos consejeros para sacar conclusiones certificadas por la realidad.

Fernández pretende dentro de sus especulaciones obviar los conceptos de fundamento de las tasas de rechazo que en su caso ronda por encima del 30 por ciento. Busca ansiosamente colocar su tasa de rechazo junto a la que le han dicho sus asesores y su percepción, que adornaría al presidente Abinader.

Monta Fernández dentro de su especulación con números inexistentes, todavía, en lo que dice será una derrota del PRM, y acompañantes, en las elecciones municipales del 18 de febrero. Ocurre que Abinader y su partido PRM y aliados, dominan ese escenario con una mayoría de municipios, en la actualidad.

“En febrero, ellos tendrán menos alcaldes”, dice, en el marco de sus mayores temores que son los de que su eterno también feroz contendor, del ex expresidente Danilo Medina le haga favores electorales imponderables, como imponderables son siempre los cálculos irreales y las especulaciones a que estos conducen.

La campaña electoral provoca intensas fiebres, alucinaciones, temores, en la medida en que los competidores se la echan encima. Leonel Fernández lleva también en su mente para sólo cuatro años más, convertir el país en un Sillicon Valley, lo que sería hoy una fábrica de inteligencia artificial; resolverá lo que llama desorden del transporte masivo (¿con la misma ONATRATE que heredó de Antonio Guzmán y que Hamlet Herman al servicio de Fernández, dejó plasmado en todo un tomo impreso como “otro fracaso de organizar el transporte?”.

Desde ya, Fernández y su equipo de euforia, podrían conseguir más alcaldes que el PRM, llegar a una arriesgada segunda vuelta, lograr que la economía se desarregle en contra de toda realidad y sus proyecciones; desarreglar, también el concepto de transparencia y corrupción que Estados Unidos con que andan certificando el gobierno que Abinader y sus grupos usan como estandarte para generar nervios y alucinaciones entre sus competidores.

Siempre existirá el riesgo de que quienes van a los Globos de Oro, lleven su euforia previa derrota, a especular con sus chismes y cháchara. Siempre ha sido, y será así. Y no se acaba el mundo, por ello.

 

 

 

 

 

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