Como se va a respirar un nuevo aire en el país cuando asuman las nuevas autoridades a partir del 16 de agosto 2020, sería de justicia presumir que algunos verdaderos periodistas críticos, que conocen muy bien su profesión y que aportan a la sociedad con sus interpretaciones y análisis, vuelvan a los canales de televisión grandes VHF o pequeños UHF, con sus positivos mensajes.
Los anunciantes del sector privado y los propietarios de los canales de televisión y emisoras de radio tienen que ser más cooperadores y comprensivos e insertarse en esta ola del cambio en proceso.
No se trata de un cambio de bocinas por otras, en absoluto.
Periodistas duchos, con una trayectoria acrisolada en su carrera merecen recuperar su espacio. Los más jóvenes y no tan jóvenes, también deben de tener una oportunidad, incluyendo a los profesionales probados ausentes de la gran televisión, a causa del monopolio mafioso, prohibido por la constitución dominicana, llevado a cabo por el Partido/Estado PLD y protegido por las más altas instancias del poder de forma abusiva y discriminatoria, favoreciendo en ocasiones a falsos comunicadores al servicio de los más obscuros intereses de la nación, manipuladores de opinión pública y delincuentes del micrófono y la pluma, muy bien recompensados, no sólo con contratos de publicidad, sino que son premiados también como suplidores del Estado y gestores de cobros de deudas, cobrando jugosas comisiones y dándose la dolce vita, incluso en destinos de vacaciones prohibidos para el común de la población dominicana, todo a costa de maquillar la realidad nacional y de defender a corruptos confesos y a funcionarios malversadores de los fondos públicos.
Estoy convencido de que es necesario reducir el gasto en la publicidad gubernamental, la cual debe de limitarse a cuestiones fundamentales de interés general, para informar asuntos puntuales a la gente, sobre todo en los temas de impuestos, educación, salud, seguridad ciudadana, medio ambiente y otras áreas necesarias.
Aquellas instituciones que no ameriten anunciarse, que se abstengan de hacerlo. Los medios de comunicación alternativos y digitales tienen que ser tomados en cuenta por los responsables de pautar la publicidad.
Son hasta ahora la cenicienta del sector. Eso tiene que cambiar. El organismo oficial que velará por la aplicación de la ética de los funcionarios públicos, estará a cargo de la doctora Milagros Ortiz, una mujer histórica con una imagen de transparencia y honestidad incuestionables, pero conocedora de los tejemanejes propios de los medios de comunicación social, puesto que representó al tabloide El Nacional en la ciudad de New York y actualmente conduce y dirige junto a Julio. Cordero: “Milagros desde la Z”, de lunes a viernes a las siete de la noche. Quien suscribe, periodista profesional egresado de la universidad del pueblo (UASD), tenía un espacio de televisión en Sportvision canal 35 desde el año 2001 al año 2004.
El mismo desapareció por la insolidaridad de los encargados de pautar el apoyo publicitario requerido para la subsistencia, por la política absurda de exclusión aplicada por los funcionarios peledeístas a los periodistas que no se prosternaran a sus deseos y caprichos. Época esta que está a punto de desaparecer con el cambio prometido por Luis Abinader, el PRM y aliados.
Aboguemos porque los periodistas serios, que sufrieron por dos décadas la sequía de una parte del pastel publicitario estatal, recuperen sus espacios y vuelvan a la televisión grande, que no sólo se queden en YouTube y Facebook. Sería un gran alivio.
La sociedad dominicana ganaría una mejor calidad de periodismo, y al propio tiempo que se fortalece la democracia. Estas decisiones también forman parte del cambio, sin chantajes de ningún tipo. ¡Enhorabuena! (Autor Barnadiz González)
