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lunes, abril 29, 2024

El verdadero Gato Félix, desde el Canadá: » Ñape, Ñape…No me gusta ese silencio…»

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CRONICAS CIUDADANAS

¡Coño y pensar que comencé a trabajar en 1919!

Comencé con el nombre de Master Tom, y para ese mismo año ya era famoso como Félix The Cat, para mis amigos lectores y lectoras, porque las había.

Pero ¡coño qué golpe bajo!, al cabo del tiempo hay un condenado en alguna parte del Caribe (que como el lugar aquel de La Mancha, su nombre no quiero recordar) que me tiene jodido, pero decididamente jodido. Es bautizado, pero se llama Félix.

¡Vaya vaina la mía, en todos estos años de pulcritud en los muñequitos y en mi vida personal, este carajo me hará terminar mal en todo el mundo!…

¿Qué hago ahora con este pelaje negro, mis ojos blancos y mi amplia sonrisa de bondad para todos y todas?

Me fascinaba mi trabajo, mis historias surrealistas. Pero las de este tipo no tienen madre, y además le llaman como a mí, cuando yo nada tengo que ver con este asunto.

Vaya, con el carajete, de empastes de oro y muelas aventajadas…

¡Maldita sea, he sido famoso en el mundo entero, simpático animador de multitudes y ahora me viene a pasar esto!

Muchas personas en el mundo, pensaban que yo estaba en Haití mezclado con los esbirros de la dictadura de Duvalier, sus tontón macoutes y su estela de sangre antigua. ¡Nada que ver! Yo nada tuve que ver con la Universidad del fraude, cogioca binacional para los que apuntan.

Nada que ver. Como Gato Félix me he respetado toda la vida.

Dios y el mundo lo saben..

Desde hace años vivo en la región de los lagos, entre Canadá y Estados Unidos. Recibo aún miles de cartas de protesta por un comportamiento, que nunca fue el mío. Ya en retiro estas cosas del tal Félix-No-Yo, me joden hasta los tuétanos.

En una ocasión, mandé a realizar un vídeo para librarme de la vaina que este me ha echado encima de por vida.

Pensé que en su momento, un juicio de fondo se haría, y yo retirado entre los grandes Lagos, podría respirar al fin de tanta ignominia y ultraje:

¿Por qué? ¿Pero por qué este carajo se tiene que llamar igual yo? ¿Tan malo no he sido para merecer semejante castigo y penitencia tosca?

Este impresentable, me ha perder hasta el rosado gusto por el amor. Mi gata, no me quiere, la muy tonta de capirote  ha creído todas esas historias y me confunde con aquel atorrante, fuimos felices, hasta besos franceses nos dábamos.

 

Mi Gata, ya no me quiere. Me ha botado como un maldito perro, siendo yo mismo El Gato Félix, ella me confunde. No toma el teléfono gatuno, que tristeza la mía.

Me han dicho y he averiguado yo por mi cuenta que ese Felix-No-Yo pertenecia a un partido corporativo, cuya segunda sucursal está en  Japón. Y que ahora es parte de un engranaje-Fuerza, que desea volver al poder y que se siente protegido.

Me han dicho y he averiguado, que tiene un programa de televisión, para engañar a los que leen de Braille, Pat Sullivan, mi creador y guía desde el cielo, me recuerda que todo aquel que hace » Caridad » para ser visto, es más tonto y vil que un lápiz endemoniado.

En este caso pienso yo -como felino humilde y sin «su suerte»- que más que un engranaje es sensible fusil del viejo tinglado eléctrico causi maffia en la que los partidos se convierten cuando se llegan a extremos de irrespeto a ley, que todos los ciudadanos y ciudadanas debemos cumplir.

Me decía mi mentor y creador Pat Sullivan, que la Mafia es el anti estado, ello quiere decir que existe una metamorfosis clara: para la institucionalidad el partido tiene una cara y para mí » tocayo » Félix otra.

Ay los decentes no docentes de partidos o fuerzas, que cobijan a este impostor de mi nombre tan antiguo como la vaca lechera que usó mi seudo imitador.

Ay los decentes no docentes mezclados a gustito en silencio para dar el zarpazo justo, en el momento justo, según ilusiones apasionadas y lorquianas » Verde que te quiero verde «, para meter la manaza de nuevo, estoy jodido, solo jodido lo digo yo el auténtico y verdadero Gato Félix.

Me han manchado así de fácil, sin comerlo ni beberlo, que putada, que putada.

Cuando era un miembro del partido del poder obedecía más a una maffia que al propio partido, esa organización, en su interior se agrietó un poquito primero , luego de modo gigante, pero se agrietó y ahí se abre la compuerta de una discordia tipo Las mil y una noches, donde el poder en juego se perdió de vista, eran los tiempos del robo-pandemia, ya el logaritmo se había disparado a millón y el ego-líder no podía soportarlo, era el aviso claro en el panorama, de que un Morado Titanic se avecinaba y que las caravanas con bachatas a Margarita, mi nombre de lambón de nuevo retumbando, coño que el Gato Félix soy yo y he trabajado toda una vida en los periódicos, que tengo los mocos de tinta de periódicos, para que esto  me suceda a mí.

 

 

¿Me pregunto yo, gato del entretenimiento en retiro ¿quién es el  responsable exacto de esta abominable confusión que me cuesta tanto moralmente ? …

Mi desilusión es única, todos y toditas la conocen, porca miseria la mía, porca.

Soy de otra época, no soy familia de ese individuo, que calladito sé que joderá de nuevo, me lo huelo: agazapado en las fuerzas de guepardo ( Por cierto es el  único lazo felino que me une a mi impostor) y en la aventura electoral posible : zasssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss, ñape, sape gato -Nunca Felix-. Porque Claro, el robo de vuelta se hace con alianzas…

Para mi desgracia, tengo entendido que dizque ha salido » limpio», dicen sus compinches, que más limpio que limpiol, lo cual es mucho en materia de detergente y piel curtida en jugaditas testaferronas…es demasiao como dicen mis congéneres del flamenco.

Entonces dijo en aquel momento:  » Si digo Miau y no Mao, se fuñen todos «…

Ahora sí me jodí, he recibido muchas felicitaciones desde hace casi una semana. Continuas, van y vienen. Es que ¡coño! me confunden con este cabrón.

Se le acusaba de todo, entre el Perú, Haití y República Dominicana, a lo mejor faltó un viaje a Taiwán. Y con todo ese Félix-No-Yo salió sin un simple rasguño de la «justicia” de “su país».

Pero mi maestro Pat Sullivan, que dios tenga en gloria, decía que el que a hierro mata, a sombrerazos no puede morir.

Esto ha sido brutal para mí. Nunca Robé. Nunca Fui Lambón. Nunca a mi edad, puse nada postizo en mis dientes felinos auténticos. En otras palabras, sonrisas nunca compré tampoco.

Quiero que la justicia dominicana me tome en cuenta, no soy ese Félix-No-Yo. Sólo me he dedicado a mis tiras cómicas y a lograr sonrisas y carcajadas en los niños, ese sigue siendo mi trabajo, aún retirado.

Lo que yo tengo de gato es mi naturaleza como personaje. Nunca he sido acusado de nada delictivo, mucho menos de acumular millones de dólares de manera inexplicable. No sé lo que es eso, aunque he trabajado toda la vida, con la honradez que se me conoce desde niño, desde mi infancia que empezó en 1919.

Yo, Félix el Gato auténtico, único e irrepetible, estoy ofendido con la justicia dominicana.

Quiero que esta farsa termine ya. Soy el Gato Félix a mucha honra. Nada tengo y todo lo tengo: el aprecio de grandes generaciones. ¿En qué coño de país viven ustedes? ¿Dónde está la mínima conciencia ante todo esto? Miren que se los dice un simple Gato Félix que lo único que ha hecho es el bien a la Humanidad: porque cuando mucha gente ríe el mundo, no el robo, va mejor, mucho mejor. Por el contrario, cuando algunos roban y no se les castiga, el mundo va peor, mucho peor.

 

 

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