Es probable que mis lectores en este periódico consideren que mis advertencias sobre una 2da. guerra Haití-RD son adelantadas, impropias, extemporáneas. En parte tienen razón porque realmente en la actualidad sería un disparate solemne que Haití considere posible recuperar para ese territorio terreno dominicano en base a la fuerza.
Pero de una cosa no me despego respecto a la conducta humana. Esa está llena de hechos estúpidos, En Japón se encuentra un grupo humano de altísimo valor intelectual que se reconoce en todo el planeta.
Ahora bien, adonde fue a parar ese coeficiente intelectual cuando atacó la isla de Pearl Harbour que condujo a meter a Estados Unidos en la Guerra que no estaba y que finalmente terminó que ese país terminara ocupado por Estados Unidos.
He escrito varios trabajos en los cuales creo que la desigualdad entre RD y Haití es grande y continuará creciendo mientras esa nación no comience a reforestarse y a formularse un plan en armonía con las autoridades dominicanas con el propósito de hacer de la isla un territorio autosostenible.
Yo no apuesto a la racionalidad de las naciones. Napoleón se le consideró un extraordinario militar y se le nubló la mente en querer conquistar a Rusia.
Hitler cometió exactamente el mismo error y a ambos los detuvo el general INVIERNO y un pueblo dispuesto a matarse por su territorio.
Yo no descarto que en la mente de algunos haitianos o políticos despistados se les ocurra alguna aventura.
Y por mi parte soy más que nada un pacifista que cree que todo conflicto territorial o de otro orden en el planeta debe resolverse en la mesa de negociaciones.
Pero eso de quemar banderas en Malpase me parece un pésimo signo de actuación y solo aumentan mis preocupaciones de que el derecho al disparate no debería existir, pero yo no lo saco de mis esfuerzos analíticos.