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sábado, mayo 18, 2024

Abinader:»El Masacre se pasa a pie»!!!

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Salvador Jorge Blanco era presidente cuando en una reunión de Estado sorprendió a la concurrencia al » vocearle» a Fiquito Vásquez que los organismos de seguridad le habían reportado la visita frecuente del vehículo que tenía asignado como secretario de la Juventud, a moteles y cabañas, revelando así uno de los secretos que caracterizan el servicio que ofrecen esos negocios, en los que la discreción es garantía y valladar para resguardar infidelidades excitantes que sus autores tienen que callar, y lujuriosos encuentros que por sus desafueros sonrojarían a sus protagonistas, si son identificados públicamente.

Entonces, el negocio estaba bajo la administración de » chinos», que por su habitual reserva dejaban escapar escasos detalles, diferente a ahora cuando otros propietarios se asocian para defender el negocio y se atreven a anunciar mediante comunicado nuevos precios en las tarifas, decisión que asumen bajo la consigna aquella de » luchar con razón, con ventaja», tomando en cuenta que sus clientes están obligados a » la clandestinidad», esa que le reduce el campo de acción para luchar » por sus reivindicaciones», y les aconseja» al mal tiempo, buena cara».

Tanto la revelación de Jorge Blanco como el comunicado de los propietarios de moteles y cabañas de la autopista 30 de Mayo denotan » manejo del Poder» , que se me ocurre en este momento debe desplegar el presidente Luis Abinader frente a Haití, particularmente el caso del río Masacre, por el desvío que de su cauce están haciendo empresarios haitianos, desconociendo tratados legales para el uso de esa agua, incidentando las relaciones bilaterales y dificultando la cotidianidad fronteriza entre Dajabón y Juana Méndez , por donde discurre río.

Abinader, por tener las informaciones cotidianas de un jefe de Estado ( por nimias que sean, tal como la expuesta por Jorge Blanco del carro oficial en los moteles) conoce la realidad de ese impasse – como que haitianos vecinos de la zona intentaron cubrir el cauce abierto-, tiene un amplio abanico de opciones para analizar pero solo una alternativa para tomar la decisión, de la que dependerá el inicio de , o la solución más apropiada para resolver un problema para el que la cooperación es un elemento fundamental.

El desvío de ahora – que ya intentaron hace dos años – y las medidas radicales por las que claman fanáticos que como tales solo atienden a sus prejuicios contra todo lo que significa Haití, es una de las opciones que tiene Abinader, pero esta es limitada: el problema real es el agua, ese recurso que » se escapa entre los dedos», que para evitar su fuga demanda de acciones amplias, concertadas, solidarias y responsables de quienes la administran y de quienes la consumen, porque » el agua es vida».

El Masacre, que es nombre antiquísimo de ese río y nada tiene que ver con las dificultades fronterizas que ha provocado entre los dos países que lo comparten, tiene en su historia, ser el nefasto lecho en que sus escurridas aguas arrastraron centenares de cadáveres de haitianos y dominicanos de piel oscura, que intereses perversos y criminales, y prejuicios cegadores, provocaron una de las matanzas más crueles, abusivas e innecesarias: » El corte», en 1937.

Oguisten, personaje que Freddy Prestol Castillo describe como aquel viejo haitiano que ciego y casi inválido, sabía que «El Masacre se pasa a pie», para llegar hasta un ingenio de la región este, dónde, pese a todas sus dificultades, entregó su vida cuando la caña demandaba esa mano de obra, la misma que ahora es necesidad de otras industrias dominicanas, pero que la sinrazón quiere tronchar a quienes desde Haití, empujados por el hambre cruzan a República Dominicana, donde los prejuicios de muchos los rechazan.

 

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