Las vacunas, más que la pandemia misma de coronavirus, siguen creando confusión y polémicas de distintos tipos.
Incrédula, atónita, se ha quedado parte de la población dominicana al ver a su presidente, Luis Abinader, implorar al presidente Joe Biden, de Estados Unidos, para que autorice un embarque de vacunas hacia República Dominicana de la hoy cuestionada firma AstraZéneca. Los norteamericanos no se han atrevido a certificar la vacuna AstraZéneca, hasta el momento.
Cuarenta millones de dólares, confiesa Abinader que tiene abajo su gobierno, pues los pagó por adelantado a AstraZéneca por 10 millones de dosis de su vacuna, sin que hasta la fecha haya honrado el contrato.
Parece evidente que el gobierno dominicano se encuentra en una encerrona en la lucha obligada contra el coronavirus. De lo contrario, no se entiende la rara petición de Abinader ante su colega Joe Biden.
El texto puesto a circular por el presidente Abinader con la petición de que se le embarque una vacuna no aprobada en Estados Unidos, es el siguiente:
““Pdte. @JoeBiden, países de menor desarrollo y aliados tradicionales de los EE. UU., como Rep. Dom., hemos aprobado la vacuna de As-traZeneca y la necesitamos con urgencia. No permita que la espera de nuevos ensayos demore nuestro acceso inmediato a esta vacuna. No sería justo”
El país empezó la vacunación de la población con vacunas de esa marca traídas desde La India con otra denominación. Al agotar la cantidad recibida de AstraZéneca, se acudió a concertar contrato con el gobierno de China Popular que envió un embarque de 730 mil dosis de su medicamento Sinovac. Agotado el surtido también de ésta, se ha paralizado el proceso de vacunación a los dominicanos. El país luce, así, sumido en la incertidumbre en su obligación de contrarrestar el avance de la pandemia del COVID-19, ya que están ocurriendo decenas de muertes y cientos de contagios a diario en el país. Paralizar la vacunación en estos momentos sería abortar todos los planes de mover la economía, la educación y otras actividades en busca de la normalización de la nación en medio de la pandemia que azota al mundo.
AstraZéneca en EEUU
Desde Rusia difunden que el New York Time ha publicado que “decenas de millones de dosis de la vacuna se almacenan en los Estados Unidos, mientras que muchos países están esperando su administración”. Cuéntese entre éstos a la República Dominicana, lo que ha merecido la repulsa del gobierno por no ser suplido con las vacunas requeridas, viéndose obligado a suspender la ya racionada administración de dosis de vacunas.
“Aunque decenas de millones de dosis de la Vacuna As-traZéneca se almacenan en Estados Unidos, que aún no ha sido aprobada por el regulador local, muchos países que ya han autorizado su uso están a la espera de ser entregados, informó The New York Times”. Eso dijo la agencia de noticias Novosti, de Rusia.
La vacuna de AstraZéneca ha sido aprobada por los reguladores de más de 70 países, y sus ensayos en los Estados Unidos no se han completado, por lo que debe ser mantenida en almacenes en West Chester, Ohio; también en Baltimore. La compañía farmacéutica aún no ha solicitado permiso a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para su uso, en medio de medidas tomadas por algunos países que han suspendido esta vacuna debido a los efectos secundarios.
Las religiones
El aspecto de las religiones es otro cuento. Indonesia, el país con la mayor población musulmana del mundo, donde se han registrado casi 800.000 infecciones y más de 23.000 muertes, por coronavirus, espera aclarar algunos puntos relacionados con la vacuna Sinovac, de fabricación China y la ley islámica. El país tiene una población de 270 millones de habi-tantes.
La información está contenida en un artículo de The New York Times a la firma del columnista Richard C. Paddock. El artículo se fundamenta en la difusión de datos sobre vacunas chinas defectuosas, en otras ocasiones.
Esa vacuna requiere la aprobación de los reguladores de seguridad y de un influyente consejo religioso de Ulema, antes de proceder a la inmu-nización nacional en Indonesia. Hay que determinar que el medicamento no contiene materiales de ADN porcino. Los musulmanes necesitan esa confirmación de los fabricantes o sus laboratorios que sean autorizados.
El mayor número de infecciones por coronavirus en el sudeste asiá-tico ocurre en Indonesia, y el país ansía la solución para vacunar a 181,5 millones de adultos en un plazo de 15 meses.
Otros
Ya el Vaticano emitió un comunicado declarando que las vacu-nas contra el coronavirus son “moralmente aceptables” para los ca-tólicos que pudieran oponerse a una vacuna desarrollada hace déca-das con células madre de fetos abortados. Tal pronunciamiento de la meca del catolicismo se originó en el hecho de que la vacuna de Johnson and Johnson, contiene ese tipo de células para su produc-ción.
En República Dominicana, según anunció el presidente Luis Abina-der, serían recibidas vacunas de Pfizer (efectividad 95%), AstraZéneca (efectividad 70%) y Sinovac (efectividad 79%). El país y la empresa anglo-sueca AstraZeneca firmaron un contrato para la adquisición de 10 millones de dosis de la vacuna contra el Covid-19, las que esa firma no ha entrega-do de manera formal.
La vacuna AstraZéneca ha sido suspendida en numerosos países por producir efectos negativos de coagulación, a veces se sospecha que mor-tales. La Organización Mundial de la Salud acaba de informar que la sus-pensión de esa vacuna ha sido por precaución.
