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lunes, abril 29, 2024

Melómano: Los dramáticos motivos que se esconden detrás de las letras de “Ne me quitte pas” de Jacques Brel

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Según el popular refrán “lo prometido es deuda” y hace cierto tiempo prometí escribir sobre Jacques Brel y la canción de su autoría “Ne me quitte pas”, en español “No me dejes no”, que como dije popularizará el gorrión de Paris, Édith Piaf (1915-1963); el británico Matt Monro (1930-1985), que algunos suelen confundir con Nat King Cole, cuyo nombre era Terrence Parsons, y, naturalmente, nuestra, la inigualable Sonia Silvestre (1952-1914).

A mi humilde juicio “Ne me quitte pas” o “No me deje no” es una canción humillante, de desesperanza, donde el sujeto protagonista se arrastra por el suelo por obra y gracia del amor o la pasión, hasta el punto de querer ser sombra del perro de su amado(a), solo evitar el abandono, para estar cerca del ser querido que insiste en dejarlo.

Sonia Silvestre
Sonia Silvestre

Realmente una canción muy dramática y Brel y Silvestre son quienes les impregnan el mayor dramatismo, histrionismo. En un famoso video, al cantante belga que canta en francés se le nota el rostro ajado casi al punto del llanto. Lo de Sonia es apoteósico, otro capítulo en su extraordinaria carrera artística, que lamentablemente la muerte truncó.

Hay que decir que el compositor de “Ne me quitte pas” se desempeñó como actor y eso explicará todo el sentimiento y el drama que le impregna al interpretarla.

Como compositor sus canciones de destacan por la poesía y sinceridad de sus letras y hay que decir que “Ne me quitte pas” ha sido ampliamente traducida a otros idiomas e interpretada por muchos cantantes.

Brel nació en Schaerbeek, Bélgica, pero su vida artística se desarrolló en el París de Ernest Miller Hemingway, de Charles Aznavour y de Piaf. Aunque murió en su amada Ciudad Luz, sus restos fueron sepultados en las Islas Marquesas, al lado de los del pintor y escultor Paul Gauguin, que sirvió de inspiración a la extraordinaria novela “El paraíso en la otra esquina”, donde el nobel Mario Vargas Llosa narra su vida y la de la abuela, Floran Tristán, la feminista francesa de ascendencia peruana.

Matt Monro
Matt Monro

Aunque escribió varias composiciones, su canción más emblemática fue “Ne me quitte pas”, grabada por él en 1959. Se trata de una balada inspirada en su ruptura amorosa con Suzanne Gabriello «Zizou». Brel abandonó a su amante embarazada mientras ella suplicaba, “no me dejes no” y eso le inspiró a escribir esta canción que ha dado mucha agua a beber.

La adicción de Jacques Brel al cigarrillo contribuyó a que falleciera de cáncer de pulmón en octubre de 1978. Era tal que en la mayoría de las fotografías aparece con un cigarrillo en los labios.

Igual que Gauguin, Brel decidió refugiarse en 1973 en las idílicas Islas Marquesas, de la Polinesia Francesa, donde se dedicó a navegar en un velero y pilotear un bimotor. El nieto de Flora Tristán, que también fue escritora, produjo su extraordinaria obra pictórica posimpresionista en estas islas.

Jacques Brel fue escogido como el más importante artista belga de todos los tiempos por el público de la radio-televisión pública francófona belga, en 205.

Quizás sea un artista poco conocido para los dominicanos, lo mismo que sus canciones, pero su interpretación de “Ne me quitte pas” es digna de disfrutarse en un aparte de un viernes bohemio, pero evitando caer en el desánimo y la tristeza.

Conocer el contenido de las letras, los motivos que lo llevaron a escribir la canción y la biografía del artista belga, es fundamental para comprender el dramatismo e histrionismo que le impregnaba Brel a esta memorable balada.

Pero, además, podemos entender la fuerza interpretativa y la emoción de una Sonia Silvestre al cantar “No me dejes no”, una balada que muchos cantantes famosos la hicieron suya.

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