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domingo, abril 28, 2024

La Bienal y el mercado del arte en República Dominicana

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El pasado miércoles 8 de noviembre tuvo lugar, en el auditorio del Museo de Arte Moderno, una interesante conversación sobre “La influencia de la Bienal Nacional en el Mercado del Arte”. Contó con la participación de los reconocidos galeristas, Juan Julio Bodden, presidente de la Asociación de Galerías de Arte de la República Dominicana y miembro del Comité Organizador de la XXX BNAV; Juan José Mesa, director de la Galeria Mesa Fine Arts; y el empresario, mecenas y coleccionista, Alberto Y. Cruz.

Alberto Cruz, amigo de importantes instituciones del arte y la cultura en el país, es miembro del consejo del Museo Reina Sofía de Madrid y del consejo Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires. Ha colaborado para la edición de  importantes publicaciones sobre arte dominicano, y recientemente patrocinó la exposición “Happy” de Jorge Pineda en el Centro Cultural León E. Jiménez, así como las exposiciones en homenaje a este mismo artista en la XXX BNAV.

La situación actual del mercado del arte a nivel local e internacional; las motivaciones de los coleccionistas al adquirir nuevas obras; la influencia de la BNAV en el coleccionismo local; y la instalación en el mercado del arte fueron los temas abordados por los ponentes.

Estado de la cuestión. El Mercado del Arte en RD.

Ante la cuestión del mercado del arte, los panelistas afirman que es un momento de favorable ebullición. Bodden, señala una subida por el aumento del poder adquisitivo, mejor educación y el interés suscitado en las artes visuales. Sin embargo, Mesa enfatiza que el 80% de este “creciente mercado” pertenece al arte “clásico”, que deja poca o ninguna cabida a manifestaciones de la contemporaneidad, como el video-arte, la instalación y performance.

Fernando Báez, Mildred Canahuate Marcelo Ferder: Equipo de marketing del Grupo Excel
Fernando Báez, Mildred Canahuate Marcelo Ferder: Equipo de marketing del Grupo Excel

Si bien, el arte dominicano ha llegado a las grandes subastas internacionales como Sotheby’s, Christie’s o Doyle, son maestros de la pintura tradicional, como Iván Tovar, Ada Balcácer, José García Cordero y Ramón Oviedo. El arte contemporáneo todavía no abarca ni el 20% en subastas internacionales, aunque hay que admitir un relativo crecimiento en los últimos veinte años, a lo que debemos prestar atención.

Albert Cruz, dio detalles los factores que se conjugan para que el circuito artístico produzca economía y ese mercado fluya sin tropiezos. Se requiere primordialmente de un entorno favorable para la creación de obras de calidad. Un aspecto subrayado es el que tiene que ver con la necesidad de contar con instituciones educativas de nivel y plataformas que faciliten la proyección y participación en espacios culturales y artísticos importantes, esto permitiría al artista “acumular pedigrí”. Por último, un contexto activo, con eventos que mantengan motivados a los artistas y a los consumidores de arte y cultura.

Destacaron la economía naranja y la recientemente promulgada Ley de Mecenazgo, políticas públicas que están dando un impulso desde el sector público. Se apuesta a que ayudarán a fortalecer el mercado del arte y desarrollar nuevas formas de gestión que permitan desarrollar y expandir el alcance de la cultura.

Otro factor importante es la tecnología de la comunicación, que nos permite entrar en contacto con obras y artistas en cualquier punto geográfico, en un mundo globalizado como el de hoy, haciendo mucho más fácil para los coleccionistas conocer nuevas propuestas y llevar a cabo las transacciones económicas.

De las motivaciones para el coleccionista

“Las obras de arte nos hablan, quien se rodea de obras de arte nunca estará sólo.”- Alberto Y. Cruz.

En primer lugar, el arte es una necesidad humana intrínseca, ya sea crear, contemplar o poseerlo. Galeristas y coleccionistas se enganchan por la pasión y el placer que despierta en ellos. Cruz, Mesa y Bodden aseguran que precisan de una conexión emocional con la pieza, de otra forma no sería posible ejecutar la transacción.

 Marcelo Ferder: Equipo de marketing del Grupo Excel
Marcelo Ferder: Equipo de marketing del Grupo Excel

Queda claro que el coleccionismo en República Dominicana no se perfila como una forma de inversión. Así lo asevera Alberto Cruz, quien conoce muy bien el arte de invertir, y sabe que para invertir en arte se requiere más que poder adquisitivo, asesoría de alto nivel y un amplio conocimiento.

Sin embargo, el arte no deja de ser un objeto de valor, un “activo de refugio”, activos que se mantienen estables por largos periodos de tiempo y durante las crisis económicas. Por lo tanto, poseer obras auténticas es una forma segura de atesorar el patrimonio, ya que conservará o aumentará su valor, pero no lo perderá, dada a su plusvalía inherente. Pero, este juego, hay que saber jugarlo.

La mayoría de los coleccionistas, alegan que su principal motivación es la belleza, porque impacta sobre su calidad de vida, su felicidad, su placer y les hace sentir plenos. Comprar arte emociona, permite desarrollar intereses estéticos, abre una ventana a la sensibilidad, y es una forma de expresarse a través de lo que se adquiere, en cierta forma permite develarse a uno mismo.

Da lo mismo la primera motivación, una vez se adquiere la primera pieza, el coleccionista entra en un mundo del que ya no se podrá escapar. Despertará la necesidad de conocer más del arte, de observar atento el escenario, de estudiar a los artistas que adquiere; nace un nuevo hobby en el que se gastarán horas incalculables.

Dice el empresario norteamericano Warren Buffet: ”el precio es lo que se paga, el valor es lo que se obtiene”, entonces, ¿qué gana el coleccionista cuando adquiere una obra? Mesa responde que el arte es anterior al dinero, su valor va más allá de un precio comercial. Su valor se constituye por su esencia, en su materia, tiempo y trabajo de elaboración; el valor social y cultural, a través de símbolos, significados y estética; y el valor histórico, dado por la época y el contexto en el que se creó la obra.

Influencia de la Bienal Nacional en el mercado del arte.

La Bienal Nacional, “es y seguirá siendo nuestra gran vitrina de la imaginación y la creatividad”, sostuvo Amable López Meléndez ya en el año 2015. Este certamen, arroja cada dos años un diagnóstico de la producción artística de las  visuales dominicanas. Las obras seleccionadas representan una muestra para evaluar las condiciones cualitativas de la creatividad, la conceptualización, la factura y los materiales empleados, cada detalle incide en la apreciación final de la pieza. Esta es la oportunidad para arriesgarlo todo y lucírsela.

Lo auténtico se manifiesta. Dicen presente las formas más desembarazadas de arte, sin dejar de aportar factura y calidad. Requiere coraje y financiamiento, pero el prestigio lo vale. En efecto, participar en la Bienal engrosa su curriculum, impulsa su carrera del artista y podría aumentar el valor comercial de sus obras.

La comunidad de las artes visuales, suele prestar atención a este evento. En cada edición, el público experimenta la expectativas de conocer nuevas tendencias, descubrir nuevos artistas o ver la evolución de los artistas que ya conoce. Se da un encuentro interesante entre los artistas locales, los radicados en el extranjero y artistas extranjeros establecidos en tierras quisqueyanas, ampliando las posibilidades creativas y brindando perspectivas inusuales.

Ana Agelán Curadora del Museo de Arte Moderno: Equipo de marketing del Grupo Excel
Ana Agelán Curadora del Museo de Arte Moderno: Equipo de marketing del Grupo Excel

En el incipiente mercado del arte dominicano, la Bienal podría actuar como una plataforma dinamizante, como una especie de feria de arte, donde se produce dinámicas de socialización y de comercialización, dando paso a negociaciones en el primer nivel, es decir directamente con el creador.

Desde la perspectiva económica, JJ Mesa dice “el valor de los premios marca el precio en el mercado”. Si bien este pudiera ser un parámetro para determinar un monto preciso del precio de la obra, no se corresponde con los precios que manejan algunos artistas en el mercado, e incluso han admitido que este asunto desmotiva la participación.

Instalaciones y mercado de arte

Luego de analizar los nueve premios, de los cuales seis son instalaciones, es necesario abrir el diálogo. ¿Cuál es la situación de la instalación en el mercado de arte? Los panelistas, admitieron estar a favor de las instalaciones, como cualquier expresión artística, mas con un gran “pero” de por medio, ya que presentan complejos requerimientos de conservación y muchas son de carácter efímero.

Alberto Cruz, exhorta a los artista a no limitarse por las dificultades que puedan confrontar al momento de comercializar sus obras. Tomando como ejemplo el performance “Helado de Mar Caribe”, de Quisqueya Henriquez, quien ha podido comercializar la documentación del proceso en bocetos, fotografías, videos. Por eso es tan importante hoy en día filmar, fotografiar y escribir sobre los procesos creativos. Estos documentos son sumamente significativos, no solo quedan como evidencia, son un material que nos permite estudiar y comprender mejor el pensamiento estético de un artista y de su tiempo.

Cerrando el conversatorio, Cruz, Mesa y Bodden, subrayaron el despunte internacional de algunos artistas dominicanos como Firelei Báez, la dominicana mejor cotizada en el mercado estadounidense, con pinturas vendidas por $US 230,000. A nivel de contización esta artista sólo es superada por Iván Tovar cuya obra “L’hermaphrodite double” (1971) fue vendida por 580,000 en el 2022.

Al finalizar, Alberto Y. Cruz resaltó la frase “Nada dice más de una persona, que el arte que tiene colgado en su casa”… Sin importar las dimensiones, la técnica, el estilo o la estética, siempre que sea de su gusto, “apoyar el arte es un buen negocio”. Por poco que se invierta, comprar arte local ayuda a impulsar la economía naranja, la cultura y por ende a convertirnos en un mejor país.

 

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