NUEVA YORK._La oficial de Policía Diolis Espaillat pudo darle una segunda oportunidad de vida a su colega Sounia Wilson, policía retirada de la NYPD, en vísperas de Navidad el año
pasado.
“Me llegó un mensaje de texto que Sounia necesitaba un riñón y que le estaban dando
diálisis, en ese entonces mi primo ya tenía muerte cerebral y lo íbamos a desconectar
de las máquinas el 25 de diciembre", contó Espaillat.
En diciembre del 2023, Jonathan Mercedes, primo de la oficial Espaillat, fue desconectado a causa de muerte cerebral.
Sin dudarlo y con permiso de la madre del joven, Espaillat salvó a la persona con la
que trabajó por mucho tiempo.
“En el momento yo no lo pensé, fue una reacción espontánea. Comenzó a llorar, no
podía creer que fuera tan rápido", agregó la oficial.
Y ahora sí que, como dice el popular dicho, año nuevo, vida nueva, y al fin Sounia
Wilson pudo recibir el riñón que tanto necesitaba.
No podía creerlo, sucedió muy rápido, y estaba muy agradecida con ella y su familia,
por darme este regalo de la vida. Yo estaba en un lugar oscuro. Y ellos me hicieron
sonreír de nuevo", recordó Wilson.
Wilson dice que no tenía la esperanza de obtener un riñón tan pronto, puesto que la
espera sería de cinco a siete años.
“Y estoy agradecida por no tener que esperar de cinco a siete años para conseguir
un riñón. Necesitamos más donantes.
Cuando entras en esos lugares, están llenos de tantas personas que necesitan riñones,
hígados y es demasiado. Es demasiado.
Ambas afirmaron que la necesidad de donación y trasplante de órganos es más
patente en las comunidades de minorías, donde las tasas de enfermedades que
contribuyen a la deficiencia de órganos, especialmente la renal, son
proporcionalmente más elevadas.
Y esta vez, el destino y el riñón las volvió a unir para siempre.
“Él está aquí a mi derecha, dándome vida…
y ambos cuidándonos”, dijo Wilson.
“Me siento feliz, porque él vive en ella y le dio vida a ella, le dio un nuevo comenzar.
Gracias por darle vida a otra persona.
