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viernes, mayo 3, 2024

De La Renta, Iglesias, Kissinger y Yo…31 diciembre 1997

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El día comenzó como cualquier otro; solo que era el último del año. En esa fecha, 31 de diciembre de 1997, yo laboraba en el hotel Punta Cana Beach Resort, un amplio complejo turístico de un poco más de 400 habitaciones, en una gran extensión de terreno. Se caracterizaba por la conservación de la naturaleza, su gran espacio entre villas y edificios, que daba honor a uno de sus slogans: “The Uncrowded Resort”.

Como un empleado de mando medio; mejor dicho, como un colaborador (término moderno) de mando medio; tenía la encomienda de hacer la gerencia nocturna (Night Manager) cuatro veces al mes. Esa noche, víspera de Año Nuevo, los preparativos empezaron como siempre, temprano. Los restaurantes presentaban sus menús especiales y el anfiteatro, una gran estructura techada en canas, decorado para presentar un espectáculo de gala, con la revista de la profesora Nereyda Rodríguez y la banda de planta del hotel.

A eso de las diez y treinta de la noche, el gerente residente, pide al encargado de animación, una guira y una tambora, para ser llevados al Restaurante La Cana, en donde cenaban el diseñador de moda dominicano, Oscar De La Renta; el afamado cantante español, Julio Iglesias y el ex-secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger.  Me tocó a mí hacer realidad esta encomienda y gracias a los músicos de la banda, se pudo conseguir dichos instrumentos; pues siempre tenían dos de ellos para los ensayos.

Todo esto fue por petición del señor De La Renta, un dominicano que siempre ponía su nacionalidad delante y un fiel amante de nuestra música vernácula, el merengue. Reunidos en el mencionado restaurante, se añadieron tres músicos del Restaurante Mamma Venecia. Fueron ellos Frank Satelises, bandeonista; Domingo Santana, guitarrista y un bajista, que fue contratado solo para tocar esa noche. Este bajista, le llamó mucho la atención al señor Iglesias, tanto por su avanzada edad, como por el tipo de bajo y amplificador, que tenía. Julio le entabló una conversación, que me dio a entender, que el bajista no sabía con quién conversaba y solo escuchaba con su rostro “asueñado”.

Con el grupo formado por un camarero como tamborero, un bandoneón, una guitarra, un bajo y yo como güirero; el señor De La Renta, pautaba los merengues a tocar y a cantar. “Compadre Pedro Juan”, “El Negrito del Batey”, “Arroyito Cristalino” y otros merengues navideños del folclor puertorriqueños, como “Alegre Vengo”, “De la Montana Venimos” y “Saludos, Saludos” hicieron divertida esa última noche del año. De La Renta cantó, aplaudió y brindó por el momento. Oscar de la Renta falleció a la edad de 82 años y fue también conocido por su filantropía y sus acciones altruistas.

Casi a las 11:30 de la noche, el señor Iglesias le dice a su secretario personal, el periodista cubano Mauricio Seilic (Telemundo) que le avise cuando falten cinco minutos para las doce. Su voz se le sentía un poco “estropajosa”, pues ya habían ingerido varias botellas de vino importados de su propio viñedo de su natal España, durante la cena. Julio también disfrutó de los merengues interpretados por nosotros y hasta interpretó par de estrofas de ¨Ojalá que llueva Café¨. En este 2023, cumplió sus ochenta años de edad, en su villa de Los Corales en Punta Cana, lejos de las celebraciones, que habitualmente le hacen. En ese entonces él tenía 54 años y su primer hijo con la modelo holandesa Miranda Rijnsburger, quien también lo acompañaba.

Un poco más retirado estaba el señor Henry Kissinger, un ex-secretario de Estado norteamericano, nacido bajo el nombre de Heinz. Este judío-alemán emigró junto a su familia a los Estados Unidos a los 15 años, huyendo de la persecución hitleriana.  Tuvo una larga participación en la política estadounidense en el mundo y fue ganador de un controvertido Premio Nobel de la Paz, además de los méritos acumulados por su proceso de “paz en el mundo”.

Junto a su esposa Nancy, miraban, reían e intercambiaban palabras entre sí. Por un momento, luego de la llegada del Año Nuevo, pensé en par de ocasiones, aproximármeles, extender mi mano derecha y decirle: “happy new year, Mrs. Nancy; happy new year, Mr. Henry”, pero mi atrevimiento no llegó hasta ahí. Estoy seguro, que era bastante conocedor del idioma español, pues tuvo que ver con muchas decisiones en gobiernos latinoamericanos, principalmente en los sucesos de Chile y Argentina, en los años setentas. En 1997, tenía 74 años de edad; Kissinger falleció en este 2023, a los 100 años, 6 meses y 2 días, o sea, tuvo una larga vida.

Era la primera vez que compartía con Henry, pues con Oscar y Julio, ya lo había hecho en ocasiones anteriores. Esa noche, me consagré como güirero y desde ese entonces, se podía llamar músico, al ejecutante de ese instrumento típico, tan importante en nuestro merengue. Por un momento, me sentí parte de ellos: un modelo masculino vistiendo un traje de Oscar de la Renta o haciendo dúo con Julio Iglesias, cantando “To All the Girls I´ve Love Before”, o quizás, asistiendo al señor Kissinger en una decisión política latinoamericana. Del 1997 a la fecha hace 26 años: “and it seems was yesterday” (y parece que fue ayer).

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