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miércoles, mayo 8, 2024

¡Insistiendo en una reiteración!

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El jolgorio desbordante de la época navideña apenas deja asentar como un simple registro consejos oportunos y recomendaciones reiteradas, que si fueran atendidos evitarían el llanto, el dolor y el luto que entristecen a familias, amigos y relacionados de numerosas víctimas que el desenfreno provoca en esta jornada, a la cual la reflexión y la alegría deberían caracterizar sin asomo de pesar.
Cuál si fuera una característica tradicional de la Navidad, organismos de prevención como la Defensa Civil, Cruz Roja y otros, dedican esfuerzos, recursos económicos y una disposición personal que regatean a los suyos para que los demás lleguen “sanos y salvos” adónde van, cuidados y prevenciones que, lamentable, son desbordados por los excesos y la imprudencia de muchos/ as, que se estiman inmunes a los accidentes que ensangrientan la temporada.
Y es que durante la Navidad y Año Nuevo es cuando las estadísticas registran el mayor número de víctimas mortales y lesionados por accidentes de tránsito, en los que los motociclistas ocupan lugares cimeros, resultados paradójicos si de usar “el caco” se tratara, cuando de analizar el comportamiento conductual de esos “protagonistas” se trata.
Obvian los motociclistas que su cuerpo “ es parte de la carrocería” del vehículo en que se transportan – tal como les recuerdan desde el Centro de Operaciones de Emergencias, COE-, y que usen cascos protectores, como le pidió el presidente Luis Abinader durante un encuentro con centenares de ellos, a propósito de la celebración de las Navidades y el Año Nuevo, reunión en la anunció algunas medidas sociales y de tránsito para mejorar la situación de que muchos han bautizados como “ muertohorita”.
Datos recopilados por organismos responsables del Tránsito, establecen que entre el 1 enero al 23 diciembre de este año 2023 -fecha está última que se toma de parámetro en el periodo navideño- se produjeron casi 12 mil accidentes que involucraron motocicletas, una cifra que revela la magnitud del problema que significa la presencia de ese tipo de vehículos en República Dominicana, donde es uno de los medios de transporte más demandado.
El motoconcho, como tal, es una fuente de trabajo para centenares de miles, que ha derivado en una cultura que desafía a la sociedad toda, porque se ha convertido en “imprescindible” pero también en un problema social que ya se hace insoportable mantenerlo con las características que lo definen: inseguro, atrasado, antieconómico, peligroso, fuente de alta morbilidad y preocupante mortalidad.
Aunque muchas de esas condiciones son propias del sistema general de transporte en el país, es entre los motociclistas que algunas de ellas se agudizan por la “ facilidad” con la cual muchos se convierten en “ motoconchistas”, quienes en su casi totalidad conducen sin licencia para hacerlo, de manera desafiante, ignorando toda previsión de seguridad y hasta burlándose por la manera en que se desplazan por trillos, caminos vecinales, calles, avenidas y aceras, estás últimas espacios que arrebataron a los peatones.
Dable es advertir que esa situación rebasa el período de Navidad, y que compromete a la mayoría de quienes conducen vehículos en el país, lo que resulta en pavorosas estadísticas mortales que han hecho de República Dominicana líder regional de Latinoamérica en accidentes y situándose entre los diez países primeros en esa nefasta lista.
Lo anunciado por el presidente Abinader para los motociclistas son medidas favorecedoras que pueden impactar a ese conglomerado, pero lo que se necesitan son políticas más abarcadoras, que hagan el sistema de transporte seguro, eficiente, moderno, sostenible, rentable y cercano a la gente, que los usuarios lo sientan suyo!

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