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sábado, abril 27, 2024

Bon Braun, Fidel Castro y Leonel Fernández

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Volviendo a leer el libro El Secreto de los Líderes, de Leonardo de León Miranda recuerdo en uno de sus capítulos que refiere el ascenso de Adolfo Hitler y el militarismo nazi en Alemania en el año 1933.

Los cohetes cobran importancia como armas militares. Hitler apoyó la costosa idea del joven científico Werner Von Braun, con la condición de que se desarrollen cohetes para fines bélicos.

Se narra que después de cinco años de estudios, diseños y simulaciones, Von Braun y su equipo se preparan para hacer el primer lanzamiento de prueba del proyectil A-4; para Von Braun era la culminación de años de intensos trabajos.

Después de decenas de lanzamientos sin éxito. El fracaso convertido en un espectáculo habitual. El 3 de octubre de 1942 se preparó una nueva prueba habiéndose corregido todos los fallos, que habían originado costosos gastos. Ese día el A-4 alcanza la asombrosa altitud de 96 kilómetros la más alta alcanzada, en la época, por proyectil alguno. Estimulando crearse el B-2, que posee el diseño perfecto, sin los errores que tenía su predecesor A-4. Este suceso inició la carrera espacial en el mundo, pero tuvieron que fracasar muchas veces e ir corrigiendo y perfeccionando las deficiencias hasta alcanzar el triunfo de lo deseado.

Fidel Castro Ruz arribó a Cuba con 80 hombres guerrilleros se adentró con ellos en las montañas de la Sierra Maestra en el 1957. Con las penurias que tuvieron que pasar y los fracasos que debieron rebasar, llegó el momento que el equipo se redujo de los 80 a sólo 17 personas, debido a que la mayoría había desertado entendiendo que la revolución en contra del régimen del dictador Fulgencio Batista estaba destinada a fracasar.

El propio Fidel confiesa que en muchas ocasiones perdió la esperanza en su propia causa, pero al poco tiempo, se sobreponía alegrándose de haber seguido adelante e insistido hasta alcanzarlo. Embotado las influencias de las voces negativas de esos diablitos que surgen en nuestros pensamientos, cuando las cosas no están como la planificamos.

A Fidel al principio le salió mal, pero a los pocos meses de su peor momento, entraba victorioso a la ciudad de La Habana. Ésto se logró porque Fidel creyó siguió hacia adelante y triunfó por eso hoy, después de su muerte, disfruta en la historia su éxito; nadie reconoce, como dice Leonardo, a los que desertaron; nadie confía en los que no creyeron. Nadie sigue a los que no creen en algo.

Por igual el presidente Leonel Fernández le ha tocado su propia historia, como a todos, y con ella sus dificultades para lograr alcanzar la dimensión que ha obtenido desde sus inicios. Logró en un momento una diputación, que le fue despojada. Fue en muchas ocasiones minimizado para ser candidato a la vice con el profesor Juan Bosch y luego candidato ganando ampliamente a lo interno de su organización con más del 90 por ciento, en ese entonces, en ambas circunstancias.

En el 1996, el doctor José Francisco Peña Gómez, a quien luego venció. Llegó a querer subestimar tipificando su figura política de pollito, a verlo sin experiencia política, joven con apenas 41 años y lo veía nuevo en las lides de las luchas políticas dominicanas con relación de aquel liderazgo tradicional del momento, pero ya la historia con los hechos está contada, venció a uno de los líderes de masas más grandes no del país, sino de Latinoamérica.

Las manos izquierda y la derecha de Leonel fueron levantadas por los dos más grandes líderes de la política dominicana: Profesor Juan Bosch y el doctor Joaquín Balaguer, colocados éstos dos grandes del lado izquierdo o derecho, como símbolo de representar la ideología izquierda o la derecha, pero juntas para un solo fin, lo que se entendió que el Camino Malo Está Cerrado.

Con 12 años de tres gobiernos, que marcan en democracia, positivamente, un antes y después en la sociedad dominicana al decir de los hechos en políticas públicas.

En el 2020 con los hechos conocidos del 2016 intenta retomar volver al poder se produce la situación conocida a lo interno de su propio partido en ese memento, que lo lleva exitosamente a la formación de una nueva organización política:  Fuerza del Pueblo, que ha logrado todos los objetivos planteados y trazados hasta el día de hoy.      En estos momentos el  doctor Leonel Fernández se aboca a asistir a un reto de la madre de las batallas el próximo 19 de mayo para volver a un cuarto mandato en medio que para muchos,  en ésta coyuntura, es de «alta confusión» no de grandes oportunidades por el ambiente de los resultados ocurridos el18 de febrero con las elecciones municipales, al punto que puede hasta ser subestimado por sus propios compañeros más cercano olvidando que estamos frente a un hombre suertudo de mucha suerte, que al miedo, como ser humano, al igual que a la valentía tiene la capacidad y la inteligencia de dirigir con diferencia muy marcada para su éxito y objetivo político a alcanzar. Graso error subestimar al presidente Leonel Fernández.

No podemos olvidar que sólo la práctica sucesiva y los errores van en todo momento moldeando el triunfo y al propio ser humano. Así lo ha dispuesto la naturaleza en todas sus acciones, no esperemos que la política sea la excepción, y la historia está llena de hechos que lo confirman, recordemos el caso de Napoleón Bonaparte y Wellington, en la batalla de Waterloo, donde el primero fue derrotado estando invito, y comparado con Alejandro Magno por sus éxitos y estrategias de guerra, que luego hablaremos, y sólo aquí señalar de que no vale poseer el más grande ejército, si se tiene como adversario a  un enemigo como el destino. Este 19 de mayo Abinader está destinado a morder el polvo de la derrota porque es con el pueblo que se enfrentará porque lo tiene pasando hambre y todas las penurias.

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