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viernes, mayo 3, 2024

Reconocimientos

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La comunidad dominicana de Nueva York, es una donde abundan los reconocimientos a personas que se supone son notables y destacadas en la urbe. Sin embargo, estas distinciones no siempre se corresponden con auténticos y legítimos méritos.

Entre los periodistas, los que tenemos un bajo perfil (sin actitudes taimadas atadas a ciertos intereses materiales ni políticos) que asumimos una posición de contra cultura con respecto a nuestro tejido político y social; no somos escogidos para esas distinciones profesionales.

Nuestra comunidad, regularmente, no se caracteriza por premiar la coherencia. Es decir, el que como profesional ha actuado con cierta dignidad y no se ha “contaminado”, no es reconocido. En nuestra sociedad la verticalidad en principios deontológicos, no se premia.

Sin embargo el pasado viernes, 3 de diciembre, junto a varios veteranos colegas, me vi obligado a recibir un reconocimiento por mi labor periodística que data de 1978, cuando di primeros pinitos en Santo Domingo, República Dominicana.

Fue una exaltación que recibí complacido, y que había despreciado en otra ocasión por entender que en Nueva York no llegamos, a por lo menos más de siete periodistas con 40 años de ejercicio.

Aunque siento fobia por estos actos, entiendo que fue espontáneo y sincero, y que los demás colegas distinguidos; don Luis Jiménez, J. C. Malone, Freddy Galarza y Leonardo Mezquita, se lo merecen.

Ese reconocimiento, en pergamino, otorgado en los escenarios del restaurant 809 del Alto Manhattan, al celebrarse las fiestas navideñas, era un compromiso de la pasada directiva de la seccional neoyorquina del Colegio Dominicano de periodistas (CDP), encabezada por Erasmo Chalas.

Con este último, sólo he recibido tres reconocimientos en esta ciudad, pero he rechazado u obviado otros. En los que he aceptado no ha habido el objetivo de obliterar mis principios, ni el propósito de premiarme por algún interés, y mucho menos otorgados por grupúsculo alguno que persigue metas espurias. En otras palabras, han sido distinciones al periodista de un dilatado ejercicio, y nada más.

El autor es periodista, miembro del CDP en Nueva York, donde reside.

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