Las redes sociales se han cualquierizados al llegar a ellas » Los bulos», personas que falsean la verdad con el solo propósito de dañar o afectar a alguien.
Un bulo es capaz de decir o escribir una mentira, para presentarla como real, como un hecho que aconteció o está por acontecer.
Tuercen la verdad y confunden a los ignaros que utilizan las redes solo para replicar, plagiar o solamente dar likes a los que otros escriben o dicen.
Generan engaños masivos por medios electrónicos, especialmente el Internet, un mass media que revolucionó la comunicación moderna.
Timan a incautos, que se dejan atraer por la propaganda falsa.
Hay quienes se han visto involucrado en problemas judiciales, al caer en las trampas de los bulos, que te prestan cualquier tipo de servicio por la internet, Facebook, WhatsApp y otras no menos poderosas para engatusar a los débiles de conocimiento y del saber humano.
Hay quienes han comprado carro y cuando van por él, son atracado; hay quienes han ido a depositar dinero a agencias de envío, para enviárselo a alguien, que en cuántos recibe o retira el dinero, te bloquea del celular; hay quienes han rentado vehículos para ir a buscar a un supuesto enamorado que viene del exterior, pero cuando llegan al aeropuerto regresan sin el carro, que luego tienen que pagar al rencar.
Solo son algunos ejemplos axiomáticos, que no necesitan demostración, pues les ha ocurrido a muchas personas.
Las víctimas sobran y no habría espacio para plasmar sus nombres en este breve trabajo, que solo busca despertar a quienes todavía no han sido objeto de engaños por parte de los bulos, que actúan como pirañas hasta desde las cárceles dominicanas, donde al parecer hay fuero para delinquir.
La Internet es el más popular vehículo de comunicación de masa utilizado por las bulitas para cometer sus fechorías en perjuicio de los más vulnerables de cerebros.
En la generalidad de los casos no tienen como objetivos primarios, recibir beneficios, sino dañar reputaciones, pues son destructivos sin parangón.
Inventan cuentas de correos y en Facebook, Twitter y WhatsApp para atraer sus presas, que pululan en las redes y aceptan cualquier invitación solo porque la foto de la persona que montan es bonita o le inspira confianza.
Muchos matrimonios han colapsados; novios se han distanciados y bodas se han dejado de celebrar por la influencia en los medios de estos malvados seres, que se gozan en hacer maldad.
Bulos en el periodismo
El ejercicio del periodismo y la comunicación no escapa a esa realidad de los bulos, que como verdolagas en un cafetal se reproducen en ciudades de la República Dominicana, dañando reputaciones y falseando para hacer creer que los que hacen son verdades irrefutables.
«El doctor Cruz Tineo hizo una clínica en Villa Trina; Odalis Vega compró un apartamento en Juan Dolio; Amado de la Cruz montó una gallera con los cuartos del cabildos», son algunas de las mentiras que mil veces repetidas por los bulos, la gente erróneamente la asimila como una verdad, cuando todos es un invento de la diatriba política que ponen en marcha los adversarios, que utilizan la figura del bulo para detectar a quienes ostentan o quieren llegar al poder municipal o cualquier otro cargo político.
El contenido falso o engañoso y atrayente son estratagemas comunicacionales, utilizadas por quien o quienes no están seguro de llegar a un cargo, vendiendo su pulcritud y sus planes a los electores.
Hay quienes utilizan los bulos, mensaje falseado hasta cuándo ocurren terremotos, enfermedades, guerras y hasta con los virus, como ha estado ocurriendo con el Coronavirus o Covid-19, así como falacias contra personas honestas, instituciones y empresas que gozan de prestigios en cualquier demarcación geográfica.
