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sábado, abril 27, 2024

Defender a Cuba es cuestión de principio

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El gobierno de Estados Unidos sigue accionando una  ofensiva contra los gobiernos revolucionarios de América Latina y el Caribe, que decidieron establecer un régimen político-social independiente y soberano, para llenar de felicidad a sus pueblos, distribuyendo de manera equitativa las riquezas nacionales, el Producto Interno Bruto (PIB), en términos de vivienda, alimentación, salud, educación, cultura, recreación sana y seguridad ciudadana, entre otras variables macroeconómicas para el desarrollo.

Esta ofensiva estadounidense se enmarca en su estrategia de geopolítica regional, por lo que ninguna persona que se reclame de revolucionaria debe desconocer esta realidad, y tiene, pues, que centrar sus opiniones y acciones en defensa obligada de Abya Yala.

Los países que más han sido y son atacados por la conspiración imperial, a través  de un plan de propaganda masiva, bien orquestado por su poder mediático, remozado  con noticias falsas (“fake-news”) o verdades a medias, son Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba, principalmente. Aunque Perú y Argentina no escapan a esos malsanos ataques. Y de seguro mañana serán contra el gobierno nacionalista que encabezará la presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro, esposa del ex-presidente Manuel Zelaya, derrocado por un golpe de Estado hace 12 años.

Con Venezuela y Nicaragua el resultado de su osadía no le ha favorecido.

En Nicaragua ganó nuevamente el Frente Sandinista en las elecciones del 7 de noviembre, donde salieron reelectos a la presidencia y vicepresidencia de la República, el Comandante Daniel Ortega y Rosario Murillo, contra quienes de inmediato el gobierno de Estados Unidos, su ministerio de colonias (la OEA), gobiernos afines, como el de España,  y plumíferos a su servicio, decretaron fraude, difundiendo una campaña para que no se reconociera el triunfo del FSLN.

Mientras en Venezuela el gobierno chavista del Presidente Nicolás Maduro Moros y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), le han ganado la batalla, y la oposición de derecha y pro-norteamericana está cada vez más aislada, con un pueblo unificado que  defiende  los logros de la Revolución iniciada por el Comandante Eterno, Hugo Chávez Frías, que con el triunfo arrollador en las elecciones de gobernadores, alcaldes, legisladores estatales y concejales, del 21 de noviembre, se cierra un nuevo capítulo de derrota de la derecha venezolana.

Pero esta ofensiva imperial se ha concentrado principalmente sobre Cuba: contra la que ha establecido y reafirmado el bloqueo económico, comercial y financiero, que lleva  más de 60 años,  el que ha sido endurecido con su malsana Ley Helms-Burton; promueve junto a los demás países imperialistas y sus países satélites, su aislamiento político; desoye año tras año las Resoluciones de la ONU para que cese el bloqueo; organiza y promueve campaña anticubana en el extranjero con contrarrevolucionarios y gusanos, en especial de Miami y Madrid; y, al interior de la isla se ha ganado a algunas personas, de quienes lo menos que se puede decir de ellas, es que unas están confundidas, y otras que son malagradecidas.

Pero hay una reducida banda de agentes anti-sistema, quienes son conscientes que sus actos van dirigidos a “cambiar el sistema”. Tal es el caso de Yúnior García Aguilera, vocero del grupo Archipiélago, organizador de la frustrada marcha del 15 de noviembre, pues ese día llegó de nuevo el Comandante y mandó a parar, diciéndole a los contrarrevolucionarios, quienes ilusoriamente quieren que Cuba vuelva a ser una neocolonia norteamericana, como en los tiempos de Fulgencio Batista: ¡PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS!

A esta campaña anticubana de los gusanos de Miami y de Madrid se le han unido otras figuras de renombre del arte, tanto en Cuba como en el extranjero, como Pablo Milanés, y otros artistas confundidos, como Chucho Valdez y Leo Brouwer, y algunas personas del pueblo plenas de ingenuidad.

Pero también es bueno que se sepa que muchos, muchísimos más,  que llevan por nombres Silvio Rodríguez, siguen levantando su voz y su canto, a favor de la Revolución y de la felicidad, en paz, del glorioso pueblo cubano.

Yo le pregunto a Pablo Milanés, y a los  artistas y no artistas cubanos, que quieren ilusoriamente volver atrás la rueda de la historia, por qué  persisten en ignoran que Cuba ha dejado de ser una neocolonia norteamericana por más de 60 años; y que, asimismo, por tal razón, ha resistido por más de 60 años un bloqueo criminal impuesto por el gobierno de Estados Unidos, que ha coadyuvado a mantener relativamente estancada la economía cubana; y que, además, tropas norteamericanas tienen ocupada militarmente desde el año 1903, amparado en la Enmienda Platt del 25 de febrero de 1901, una franja de Cuba con un perímetro de 28.5 km., donde tienen instalado la Base de Guantánamo.

Pablo Milanés y demás artistas que trabajan para que haya un cambio de sistema en Cuba, tampoco se dan por enterados de  que El presidente de EE. UU., Joe Biden, el 7 de septiembre de 2021 extendió  por un año más la Ley de Comercio con el Enemigo, que sostiene el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba.

Tampoco se dan por enterados que Cuba ha contabilizado que los daños acumulados por el bloqueo ascienden a US$147,853,3 millones, que bien pudieron ser usados para el desarrollo económico-social del pueblo cubano.

Pero tampoco se dan por enterados, o simplemente quieren olvidar maliciosamente, que sus padres no tuvieron que pagar un solo centavo por su educación; que existen las libretas de abastecimiento regulado, que ayudan a equilibrar el presupuesto familiar. No se dan por enterado que tampoco pagaron un centavo  por su salud preventiva, o cuando enfermaban; que tenían viviendas gratis, o pago de alquileres excesivamente baratos; pago de transporte en centavos de peso cubano, entre otros logros de la Revolución Cubana, además de poseer una envidiable seguridad ciudadana.

 

Sin embargo, aun así, en estas terribles condiciones de estrecheces  económicas, producto principalmente del bloqueo, lo poco que tiene Cuba lo distribuye equitativamente no sólo con el pueblo cubano, sino también en solidaridad con los pueblos del mundo: estableció la Escuela Latinoamericana de Medicina, distribuye becas a estudiantes pobres del mundo, envía médicos a países del Tercer Mundo a combatir epidemias y sanar enfermos,  y hermana a su pueblo con los demás pueblos del planeta.

Pero además, con esa visión de futuro que tenía Fidel, Cuba organizó la estrategia de fortalecerse en la biotecnología, produciendo en el tiempo, diferentes medicamentos, en especial vacunas para curar enfermedades del pueblo cubano, particularmente  de la niñez, y exportar una parte al extranjero, que comenzó en 1962 con la vacuna contra la poliomielitis, y continuó con las vacunas para prevenir la rubéola, el sarampión y las paperas.

Y ahora, con la aparición de la Covid-19,  Cuba crea un hito en la historia de la medicina en América Latina y el Caribe, al producir tres vacunas: Soberana 02, Soberana 03 y Soberana Plus, y además, tiene dos candidatos más, que están en fase de ensayo clínico: Soberana 01 y Mambisa.

Cuba ha dado un salto enorme, al ser el  primer país en el mundo en vacunar niños de   dos años en adelante, y que además,   según informaciones, en algunos meses tendrá vacunada  contra la Covid-19  al total de su población.

Pero no sólo eso, sino que Cuba ha exportado sus vacunas a Irán, Nicaragua, Venezuela, Vietnam,  México, y otros países.

¿Cómo se ha producido este milagro cubano, pese al criminal bloqueo de más de 60 años, con una industria turística deprimida  a causa de la Covid-19, con una pobre línea de crédito internacional y sin poder acceder al mercado de fármacos de Estados Unidos?

Por su régimen económico-social socialista, que la dirección del Partido Comunista de Cuba y el Estado cubano defienden intransigentemente.

Ese es el origen de tanto odio de los gobiernos de Estados Unidos, de la Unión Europea y los gusanos de Miami y Madrid, que no le perdonan a los continuadores y continuadoras de Fidel y Raúl su terquedad ideológica.

       

El  autor  es  economista egresado de la UASD,  miembro  de  la  Comisión Política de la Coordinación Nacional y ex – Coordinador de Relaciones     Internacionales del Movimiento Patria para Tod@s -MPT-, ex-Coordinador Nacional de la Campaña Dominicana de Solidaridad con Cuba, miembro del Comité Dominicano de Defensa de la Revolución Bolivariana deVenezuela, y miembro del Capítulo Dominicano de la Asamblea de los Pueblos del Caribe).

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