He decidido contar algunas experiencias de mi vida porque creo que tal vez le sirva a alguien. Tengo 82 años. Nací en República Dominicana, en la provincia Espaillat, en la zona rural y viví mayormente durante 18 años en Estancia Nueva a unos cinco kilómetros del municipio Moca, a 20 de Santiago, la capital del Cibao. Estancia Nueva, es cuna de hombres muy destacados, entre ellos Ramón Cáceres que fue presidente de la República, Horacio Vázquez, que también lo fue y Héctor García Godoy, o sea tres ex mandatarios.
Esas distinciones no fueron caprichosas. Fueron obtenidas con actos meritorios, como el ajusticiamiento de Ulises Heureaux (Lilís), que se convirtió en dictador y pésimo administrador público. Ordenó imprimir papeletas monetarias para hacerlas circular como abundancia de prosperidad, pero crearon el efecto contrario.
En otro sentido, me siento orgulloso de haber nacido en República Dominicana como nación y en particular de la zona rural donde aprendí, bajo las instrucciones y actitudes de mi padre, un agricultor ecologista que fue capaz de practicar agricultura y no usar fertilizantes químicos en sus cosechas. Un hacendado lo contrató, dado su prestigio como persona honesta, apegado a principios para que talara un terreno boscoso que tenía y lo convirtiera en cultivos como tabaco, maíz, plátano, yuca,etc.
Sin embargo, hizo el equilibrio lógico de una persona de su talento y sentido de la armonía y equilibrio. En otros territorios propios cultivaba guama como árbol de sombras y plantaciones de café y con las hojas caídas las reintroducía como abono orgánico en cultivos de otros vegetales y hortalizas.
En ese entorno me desempeñe al tiempo que asistía, en bicicleta, a la escuela del pueblo de Moca al tiempo que me levantaba a las 5:00 de la madrugada para ir a recoger leche de una finca a una distancia de más o menos tres kilómetros para estar a tiempo de llegar a la escuela a las 8:00 a.m.
Para estar a tiempo en la escuela me veía obligado a correr en la yegua que montaba y dado el batimiento de los bidones, aprendí que ese agitamiento en el galope producía la solidificación de la leche cerca de la boca de los bidones que es en verdad la mantequilla.
Todo esto lo veo con orgullo, que me impulsa a promover la agricultura y ecología que reduzca el calentamiento global que nos amenaza con extinguirnos como especie.
