Es un equipo sin una gran superestrella. Muchos de sus jugadores proceden de sus propias ligas menores. Con poco menos de 60 millones de dólares en su nómina de 26 jugadores, es el número 27 entre las 30 franquicias de la liga. Juega en una ciudad como Saint Petersburg que es el mercado más pequeño y de menor poder adquisitivo de todas las Grandes Ligas. ¿Cómo hacen estos Rays para mantenerse en pelea durante todos estos años jugando de manera desigual contra equipos que lo superan en poder económico y perteneciendo a la división más complicada de toda la liga? ¿Cuál es la estrategia y plan interno que los ha convertido en el mejor equipo en lo que va de temporada a pesar de las adversidades expuestas anteriormente?
El éxito de estos Rays no es fortuito. Ha costado trabajo, sacrificios, investigación, comparaciones y hasta la aplicación de métodos psicológicos que han logrado la empatía de un grupo que busca de manera mancomunada el éxito, y que han entendido que la mejor ruta para alcanzar dichos objetivos es trabajando de manera grupal. La nómina está conformada básicamente por jugadores latinos en muchas de las posiciones, mientras que el grueso de sus lanzadores son estadounidenses. A sabiendas de esa barrera idiomática y cultural, más los obstáculos que se le presentaron a los Rays durante el pasado campo de entrenamientos en donde tuvieron que compartir los terrenos de Disney con el mismo Tropicana Field tras el paso del huracán Fiona que destrozó el campo de entrenamientos de los Rays en Port Charlotte, ellos buscaron acercar a ambos grupos y ponerlos a trabajar de manera estrecha, logrando una compenetración que se ha manifestado antes, durante y después de los partidos. Todo es armonía, risas y celebraciones. Sus entrenamientos previos de cada partido es una fiesta, un despliegue de sonrisas en donde reina la felicidad.
Uno de los principales motivadores del grupo ha sido el cubano Randy Arozarena, que no solo se ha convertido en el motor ofensivo del equipo, también en uno de los principales repartidores de momentos gratos, y su pose de brazos cruzados que nació jugando con México durante el pasado Clásico Mundial, es ya un símbolo que ha contagiado al resto de los jugadores de los Rays.
Pero no solo de química vive un equipo, también de buenas ejecuciones en el terreno de juego y aquí asumen un protagonismo preponderante el dirigente Kevin Cash y el coach de bateo Chad Mottola. Cash es un adicto a las informaciones de la sabermetría. Está al tanto de cada una de las estadísticas positivas y negativas, tanto de los Rays como de los rivales. Mottola ha sido el responsable de sostener la coherencia de una ofensiva que ha sido coherente durante toda la temporada, haciendo que los Rays, al momento de escribir este artículo, sean los líderes en cuadrangulares de las Grandes Ligas con 113, y primeros en bases robadas con 89, siendo segundos en bateo colectivo con 263 de promedio.
Se han convertido en grandes compañeros de equipo. Buscaron su identidad y cada uno se preocupa por el otro. Comparten informaciones, estadísticas y no existen pujas internas que vayan en detrimento de la armonía que hoy predomina en el equipo. Así han funcionado y ellos están convencidos de continuar por ese camino’ dijo Motolla.
Con un inicio de temporada de récords, tanto en victorias seguidas como triunfos en su casa, los Rays se han mantenido como el equipo de mejor marca de la temporada, rompiendo cada uno de los aberrantes vaticinios que durante la Liga de la Toronja los colocaban fuera de la lucha de la poderosa División Este de la Americana tras la partida de Kevin Kiermaire, Ji-Man Choi y Mike Zunino, tres de sus principales jugadores del 2022.
“Ciertamente ha existido un gran esfuerzo hecho por nuestro grupo, individuos dentro del grupo, durante el entrenamiento de primavera y durante los primeros pasos, para asegurarnos de que estamos haciendo todo bien entre nosotros y realmente apoyando a los demás”, afirma Cash. “Ciertamente, comenzar desde el principio que llegamos, eso ayuda, porque todos contribuyeron. Entonces ¿por qué no sentar una base realmente buena para una temporada larga?
A todo esto agréguele el cuerpo de lanzadores abridores, intermedios y cerradores con la segunda mejor efectividad de la liga con 3.71 en donde sobresale el zurdo Shane CcClanahan con marca de 10 victorias y tan solo una derrota y 2.18 de efectividad, principal candidato al premio Cy Young.
Estos Rays carecen de puntos débiles.
