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viernes, mayo 10, 2024

A Manuel ‘Olímpico’ Herrera le cayó,la maldición de la inmortalidad tardía

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SANTO DOMINGO – En muchos países del mundo una pensión significa la compensación de una vida de trabajo; el arrojo, sacrificios y disciplina para lograr una meta colectiva o de una nación.
Manuel de Jesús ‘El Olímpico’ Herrera hizo las dos cosas, pero su compensación llegó muy tarde como de manera común ocurre en nuestra patria. Él fue el atleta olímpico No.1 del país durante más de una década y capitán de la gloriosa selección nacional de boxeo por ese espacio… Sin embargo, como a muchos otros, pero muy especial a él, se le trató de manera vil al no otorgarle su pensión mil veces ganada a puños limpios.
Los ‘Reyes del Pabellón de la Fama’, los cuales rotan la inmortalizan con el apoyo de los otros, se cuelan con una foja limpia, sin historia; esos chicos malos afirmaban que Herrera tenía todos los méritos para entrar al Pabellón, pero necesitaba tener cumplidos 45 años, mandatorio. Llegó a eda edad ¿y qué? Nada. Tuvo que esperar hasta los 56, lo trajeron de Miami con los efectos de un fuerte ACV. Dicen algunos allegados al boxeador romanense que una compañera sentimental lo habría mandado al país con una “carta de ruta” y le “quemó sus documentos” para que no volviera a los Estados Unidos… y así librarse de su cuido y no tener problemas con bienes de ambos.
Herrera, de 59 años, hijo único, vive junto a su madre en Los Mulos, un sector humilde de Villa Hermosa, La Romana. Ahora tartamudea y trata de conocer a quienes le visitan y recordar sus nombres, su ansiada pensión desgraciadamente solo le ha servido para tener un almacén de medicamentos tras varios accidentes cardiovasculares.
Como la papa caliente, los miembros del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano empezarán a lanzarse la culpa y a decir: “… pero lo inmortalizamos”, pero fue muy, pero muy tarde, como un amplio espectro de más de 15 campeones del mundo y otros 20 héroes del ring que claman y demandan sus pensiones para no sufrir “La Maldición de la Inmortalidad Tardía”.
EL SUPER ATLETA
Para que lo coloquen en su justa dimensión, El Olímpico Herrera inició su brillante carrera con la franela tricolor cuando era un muchacho, un menor de edad, en 1983 se convirtió en el primer atleta dominicano en ganar una presea de oro en un Campeonato Mundial de Boxeo Juvenil, primer campeón en su disciplina y en cualquier otro evento de esa magnitud.
Se marchó al profesionalismo a puros gritos y a empujones de los federados de entonces cuando vieron que se convertía en un señor mayor y no podía conquistar los maravillosos resultados de otros tiempos, como fueron su oro juvenil; primer extranjero en ganar dos veces el oro en la Batalla de Carabobo (Venezuela); primer boxeador RD con dos participaciones en Juegos Olímpicos, llegando a los cuartos de final en una de ellas; único peleador en arrebatarle un oro a Cuba en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Santiago´86 (ante el futuro campeón olímpico Rogelio Marcelo); ganador de una chata de bronce en el Córdoba Cardín cubano; dos coronas en Juegos Nacionales; cinco veces monarca militar; rey en las Copas Independencia y Romana y en todos los eventos del área.
Como profesional peleó sus pobrezas y sus amarguras con el mismo tesón, a base de su arte más que sus escasas fuerzas; para entonces no había esos grandes premios de 5 millones, jeepeta y apartamento para un oro olímpico, ni 3 y 2 millones para plata y bronce y un carrito y claro, el apartamentito clase B ó C. Para colmo, Herrera siempre pesó -como atleta- 48 kilos, 108 libras, en su tiempo la categoría más pequeña del boxeo y la que pagaba menos. Luego surgió la de 105 libras, aún peor con pago.
Por su logro de 1986, al Olímpico Herrera el Estado le asignó un apartamento en su natal La Romana, pero no tenía piso, ni ventana, ni puerta ¡le entregaron un cajón vacío! Luego de un cambio de gobierno, de forma sorprendente intentaron despojarlo de su vivienda tras lograr terminarlas a golpes limpios en los linderos más lejanos del mundo… La prensa tuvo que dar la cara y pelear junto al “Olímpico” ¿en pareja? Bueno, fue un to’ pa’ to’.
Como profesional fue campeón nacional de los minimoscas (108 libras), y ya instalado en La Florida acabó con todos los grandes de su categoría obteniendo las coronas regionales Latina y Centroamericana y del Caribe del CMB y la AMB.
Esas hazañas, manejado por el cubano Tuto Zabala (f), lo llevaron en 4 oportunidades a pelear por el cetro mundial: en Japón, Tailandia, Indonesia y Estados Unidos. Estuvo envuelto en fallos caprichosos y mañosos, llenos de trampas que le robaron el mérito de ser campeón del mundo; especialmente frente a Ani Rogas, en Indonesia, donde fue víctima de un empate.
¡Qué pena, pero que pena Olímpico… al final siento vergüenza ajena!

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