Alguien del público por aquellos años lejanos, henchido de emoción, gritó a los cuatro vientos y a todo pulmón ¡qué grande eres Colás! Y se refería a José Nicolás Casimiro Fulgencio, conocido artísticamente como Nicolás Casimiro. Yo repito lo mismo, solo que estoy obligado, pues no tengo el privilegio de haber vivido en su época, a decirlo en pasado: ¡Qué grande fuiste Colás!
Poco después de aquel “qué grande eres Colás” se escuchó la musicalidad y perfección de su voz, entonando “Ayúdame a olvidar”.
Nicolás Casimiro nació en Santo Domingo, el 28 de abril de 1911 y murió el 17 de septiembre de 1964.
Con justeza es considerado uno de los más grandes artistas dominicanos de todos los tiempos.
Tenía la virtud de ser un cantante empírico, que por su gran talento y don logró niveles únicos de perfección en el empleo de su voz, que a pesar de ser grave resulta dulce y armónica.
Se hizo popular en la década del 1930 en las emisoras HI2, HIX, HIN y HIZ. En el 1940 fue elegido como el cantante más popular de la radio en Ciudad Trujillo, luego de ganar un concurso que organizó el Teatro Travieso.
En 1943 fue contratado por La Voz del Yuna para cantar con la Orquesta San José y en 1947 regresó a la HIZ donde se presentó con la orquesta Continental.
El repertorio musical de Colás está compuesto, fundamentalmente, por canciones escritas por los dominicanos Juan Lockward, Diógenes Silva, Enriquillo Sánchez, Chiquitín Payán, Bullumba Landestoy y Leopoldo Gómez, entre otros.
Los restos del admirado y perenne Colás están enterrado en el Panteón de la Voz Dominicana, en el Cementerio de la Máximo Gómez.
Es grato oír en voz de Colás “Por culpa tuya”, una canción compuesta por Chiquitín Payán, que fue incluida por Anthony Ríos en la producción de “Boleros Como ayer”, donde este dominicano ido a destiempo muestra su calidad y capacidad para interpretar canciones, que muchos pueden considerar añejas, pero que en su voz cobran vigencia.
Además, Froilán Antonio Rodríguez Jiménez, el inolvidable Anthony, fallecido en 2019, decidió incluir la canción “Desesperación”, que también la interpreta Casimiro, en esa producción, que el comediante Felipe Polanco recomendó, en torno de broma, que debía llamarse “Boleros cebolla”.
Me encanta la motivación que explicaba “Kinder” tuvo para incluir “Desesperación” en el volumen de “Boleros Como ayer”, porque me resulta tan humana y define la sencillez e identificación con su público de Anthony Ríos. Relataba que lo hizo porque un joven amigo suyo decidió suicidarse por amor y para él no había más coraje que el morir por amor.
“Me voy a quitar la vida, óyelo bien
Y sabe que me la quito por tu traición
Comprendo que tu cariño ya lo he perdido
Y si ya no me quieres, para qué vivo”.
Este bolero sentido, quejumbroso, cantado con la emoción y el tono de voz que amerita, figura en el LP “Nicolás Casimiro, un amasijo de armonía y madera”, donde además están: Ayúdame a olvidar, Palmeras, Mujercita divina, Solo tuyo, Bajo un palmar y Como tú, que me encanta.
Ojalá Nicolás Casimiro vuelva a escucharse con más frecuencia en la radio nacional y que las emisoras oficiales dispongan espacios para promover a este excelente cantante y a otros que hoy yacen en el zafacón del olvido.
Talvez entonces algún fanático enfebrecido, motivado por la exquisitez, claridad y limpieza de su voz vuelva a gritar ¡Qué grande eres Colás!
Me gustan las canciones de Nicolas casimiro, sus canciones eran parte de la colección familiar. Mi mamá las entonaba con mucho entusiasmo. Dicen que le faltaban las piernas y que por esa razón era depresivo ante las situaciones amorosas. Saludos de agrado.