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jueves, mayo 9, 2024

Melómano:Las divinas boleristas que se mantuvieron por años en los escenarios

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Esta grata aventura de escribir sobre boleros, boleristas y compositores del género, posteriormente estimulada por el gran amigo Eli Heiliger, en cuyo periódico aparece con regularidad esta columna, la inicié hablando sobre los nombres de mujeres que les dieron títulos a canciones memorables.

Siempre me llamó la atención cuando uno de los locutores del espacio “Cien canciones y un millón de recuerdos”, que se transmitía por Radio Popular, decía: “Vilma pone nombre de mujer a la siguiente canción”, en referencia al bolero del mismo nombre, interpretado por Luis Enrique Gatica Silva, el inolvidable Lucho Gatica (1928-2018).

La semana pasada, los familiares de mi esposa y yo decidimos, como hacemos con mucha frecuencia, sentarnos en el Rincón de Ucho (donde se abona mi condición de melómano, mi amor por la música) a oír buenos boleros.

No sé por cuál motivo o razón la balanza se inclinó hacia las mujeres. No recuerdo que motivó el que toda la tarde escucháramos canciones solamente de mujeres.

La primera en hacer su aparición fue Blanca Iris Villafañe, una de las mayores exponentes del bolero de despecho. Esta mujer, conocida como “La Reina de la Vellonera”, nació en San Lorenzo, Puerto Rico, en 1935.

Es indiscutible la popularidad que logró en las comunidades latinas desde que lanzó su carrera artística en 1960 desde la ciudad de Nueva York.

Discos suyos para cortarse las venas: “Besos callejeros”, “Por despecho”, “Si fuera libre” y “Con el sentimiento herido”, entre otras.

Vimos a Villafañe ya vieja, pero que aún conserva su gracia y la calidad de su voz en el escenario.

En meses pasados un amigo cubano me preguntó si sabía dónde localizar a Blanca Rosa Gil, “La muñequita que canta”, y le dije que creía que residía en Miami, pero no estaba seguro. Pues quisimos ver como andaba Blanca Rosa Gil con los años en los escenarios. Puedo asegurarles que a todos nos sorprendió la vitalidad, la gracia y la picardía de esta mujer al cantar.

Una cosa llevó a la otra. Cuando pusimos la canción “Hambre”, en voz de La muñequita, alguien dijo que una dominicana también la cantaba y yo, raudo y veloz, dije: Jacqueline Estévez.

Y, caramba, qué bien canta la Estévez esté bolero popularizado por Blanca Rosa Gil, con histrionismo, fuerza y gracias.

A pesar de los años, Blanca Rosa Gil se conserva como una mujer bella, ágil y versátil en el escenario. Canciones suyas que dejaron huellas en el país: “Recuérdame”, “Besos de fuego”, “Vuélveme a querer” y “No me vendo”.

Fue grato verla junto al divo que más la admiró, que lucho por rescatarla del olvido y que la apoyó. Me refiero a Monna Bell (Ana Nora Escobar, 1938-2008), la chilena que se robó el corazón de Juan Gabriel (Alberto Aguilera Valadez, 1950-2016), conocido como “El divo de Juárez”.

Monna Bell no es ella sin “Telegrama”, “La playa”, “La montaña” y “Recuerdos de Ipacari”.

Olga Guillot
Olga Guillot

No podía faltar “La temperamental de Cuba”, Olga Guillot (1923-2010) con sus manos rasgando la luna, haciendo surcos en el gusto popular. “Tú me acostumbraste”, “La noche de anoche”, “Soy lo prohibido” y “Miénteme”.

Alguien mencionó a “La maidita”, Ana Victoria García Pérez, conocida artísticamente como Vickiana, a propósito de la canción “Yo soy mala”.

Expliqué que esa canción la popularizó “La sufrida”, la cantante dominicana Mélida Rodríguez, olvidada por muchos, pero no por este melómano. Mélida fue de los primeros bachateros que se oyeron en la radio dominicana, sobre todo, en Radio Guarachita, de la mano de Radhamés Aracena.

Lía Tuzent,
Lía Tuzent,

Por ahí llegó Lía Reyes Toussentt Cedeño, conocida como Lía Tuzent, la venezolana que popularizó los boleros “Cuatro paredes y un retrato” y “Tú sabes”. Pudimos apreciarla en la esplendidez de su juventud y en la dura y amarga vejez.

Entre mujeres y boleros fue cayendo lentamente la tarde, hasta que finalmente llegó la noche y con ello la despedida de una agradable velada, en la que pudimos comprobar qué divinas son las féminas cantando ese género que tanto apasiona.

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