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lunes, abril 29, 2024

Melómano:Fernando Valadés, el bolerista que convirtió en éxito su desafortunada tristeza

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Lo conocí en una casa humilde de la calle Barney Morgan, popularmente La Central, que atraviesa el ensanche Espaillat y que se ha convertido desde hace tiempo en una importante arteria comercial. Un hombre delgado, sobrio, siempre con una expresión de nostálgica tristeza reflejada en su rostro y acompañado por su amigo inseparable: el piano.

La dueña de la casa era una mujer en extremo delgada, que debía andar por 80 años, poco más o poco menos. Además de la vivienda que habitaba, era dueña de varios cuartos que alquilaba a personas solteras, sobre todo, a hombres, y en la parte delantera de Barney Morgan había construido un pequeño local comercial.

Ese pequeño local comercial lo tenía rentado mi hermano (e.p.d), donde operaba un taller de reparación de equipos electrónicos.

Los miembros de la pequeña vecindad tenían una excelente relación con la propietaria y, sobre todo, mi hermano, Pedro Antonio Belisario Durán, a quien ella quería como a un hijo.

Como ayudante de mi hermano y poco exitoso aprendí de radiotécnico, tuve la suerte de visitar la casa de la señora (cuyo nombre lamentablemente no recuerdo), que tenía una amplia colección de boleros en discos de vinil.

En una de esas ocasiones conocí a Fernando Teodoro Valadés Lejarza, sencillamente Fernando Valadés. La dama tenía todos los discos Valadés y decía que era su artista preferido. A partir de esas tardes y hasta noches memorables en compañía de esa frágil dama y de mi hermano querido creció mi gusto por el buen bolero y mi admiración por Fernando Valadés, al que he decidido acercarme un poco más.

Antes de centrarme enteramente Valadés debo contar que la dama le  dio  en herencia todos los discos a mi hermano, que se convirtió en un hijo, su mano derecha, dado el carácter afable, tierno y desinteresado de Pedro Antonio.

Este mexicano nacido en Mazatlán, el 1 de abril del 1920 y fallecido el 14 de diciembre de 1978, tocando el piano con un sonido inigualable popularizó boleros como “Porqué no he de llorar”, que matizaba su existencia triste y quizás desafortunada.

Y digo desafortunada, porque en una acción vil y canallesca algunos compañeros de la orquesta donde actuaba decidieron colocarlo en las vías del ferrocarril, en las afueras de la ciudad de México, y así perdió las piernas. Presiento que desde aquel momento trágico se aposentó en su rostro aquella expresión triste que siempre lo acompañó como artista. Revisando las carátulas de sus discos y fotos en una sola se le vez sonreír.

Luego de largo y penoso proceso de recuperación volvió a componer boleros al estilo de Agustín Lara, pero en un tono amargo y nostálgico, pero por obra de su calidad interpretativa o quizás de ese aire que le impregnó, esos discos son los más representativos y exitosos de su repertorio.

Además de intérprete de boleros, fue pianista, compositor y, sobre todo, fue autodidacta. A los 18 años de edad compuso la canción “Te diré adiós”, que tuvo un notable éxito. Por ser uno de sus hijos destacados, la ciudad de Mazatlán erigió una estatua de Valadés tocando el piano.

En su fructífera carrera grabó más de 100 canciones y actuó en escenarios de México, Centro y Sudamérica, los países del Caribe, así como en Estados Unidos.

Aquí fueron muy populares los boleros “Asómate a mi alma”, “El Diccionario”, “Por qué no he de llorar”, “Ojitos Salvadoreños”, “Regalo del Cielo”,Aunque tengas que llorar”, “Mala muy mala y “Como de que no”.

Azotada mi alma por el viento cruel de la nostalgia de los tiempos idos, de aquellas tardes y noches junto a aquella dama tierna que se ha borrado de mi memoria y de mi inolvidable hermano, he vuelto a rememorar a Valadés, escuchando sus tristes y sentidos boleros. He tardado bastante para este acto de justicia, quizás por el temor de abrir esta Caja de Pandora, pero consciente que recordar es volver al vivir el tiempo que se fue y no regresará.

2 COMENTARIOS

  1. Waoo !!! Gracias Rafael Duran por darnos cátedra de cultura y buenas historias. Admito que nunca imaginé que Fernando Valadez alguna vez vivió en Santo Domingo y menos en la Calle Central. Gracias 🙏🏾 un abrazo querido Du.

  2. Wakala, de muchachos oiamos canciones de Valadez, y en verdad que sentiamos que estabamos oyendo lo mejor que se podia oir. Y aun hoy creo que asi era, para la epoca. Tan ignorantes eramos que tratabamos de saber su nacionalidad pero nunca lo logramos con certeza. En efecto,
    unos decian que era mexicano, pero creo que suponian, otros que era cubano y que habia quadado invalido fruto de heridas durante la revolucion de Fidel CxA. En definitiva creia que nunca habia visitado mi pais, mucho menos vivir en èl, y menos aun en la Central. Por ahi, en la Central, vivio un hermano mio no sabria decir cuantos años, pero muuuchos. Yo vivia en San Fco. Macoris. Lo que aun no estoy claro es en eso de que perdiò las piernas como consecuencia de la barbarie de unos enajenados, supongo. Es decir no sè si se las cortaron o perdio sus funciones motoras. Tengos muchas de sus canciones en CDs, vivo en USA, pero nunca olvido esos momentos y aun cuando nos reunimos algunos de barriada, lo recordamos.

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