Es innegable que mi pasión por el bolero me ha granjeado muy buenos amigos y, en algunos casos, me ha permitido consolidar viejas amistades.
Y a esos casos quiero referirme en esta entrega de Melómano.
Empezará con Eli Heiliger, director del portal reporteextra.com que amablemente cada semana da cabida a mis artículos sobre el bolero.
A este señor de sonrisa franca y trato afable tengo el gusto y el honor de conocerlo ya hace bastante tiempo, pues fuimos compañeros de trabajo en el Centro de Información y Comunicación (CICOM), donde ambos laborábamos como periodistas.
Estrechamos aún más nuestra amistad precisamente por el bolero. En las honras fúnebres de nuestro amigo y compañero en común Conde Olmos Gollibart le comenté que pensaba publicar una columna semanal sobre el bolero y no dudó en ofrecerme el medio que dirige.
No olvido las largas conversaciones que sostenía con mi amigo y hermano Gustavo Olivo, ejecutivo del portal Acento, trago en mano y escuchando un buen bolero. Emocionado, en una visita que le giré a su casa me leyó el texto de la carátula de un disco de larga duración (LP) de Agustín Lara.
Debo confesar que por Gustavo Olivo me hice fanático de Felo Bohr (Rafael Borroto) y hoy en día disfruto siempre sus boleros-jazz.
Un dato curioso de Bohr, nacido en Camaguey, Cuba (1947) y residente en Miami y Puerto Rico, es que fue bautizado con ese nombre por Rolando Ochoa, cuando animaba Scheherezade Night Club en el año 1962.
Felo Bohr, con su estilo pausado, único, representó a los Estados Unidos en el Festival OTI de 1987, celebrado en Lisboa, Portugal, con la canción “Sabes lo que yo quisiera”, de Mario García Palacio.
En el caso de Gustavo me atribuyo modestamente la virtud de haberlo acercado un poco más a las canciones de Gilberto Monroig, porque soy un confeso fanático de este artista nacido en San Juan, el 2 de julio de 1930 y fallecido en Santurce, el 3 de mayo de 1996.
Podría decirse que soy un “gilbertomonrólogo” (si es que cabe la expresión), hasta el punto que el día de su lamentable fallecimiento me llamaron varias personas para darme el pésame.
Con relación a Monroig, lo mismo puedo decir de mi amigo Pablo Solano, un sancarleño residente en Nueva York desde hace muchos años. En una visita a la Ciudad de los Rascacielos, Pablo me sorprendió con la novedad de una producción de Monroig que yo no había visto ni escuchado.
En ese álbum que hago mención está el tango “Uno”, magistralmente interpretado por Monroig, canción que no he podido encontrar ni en los centros espiritistas. Me refiero a la versión en voz del boricua, porque fácilmente lo encontramos en YouTube interpretado por el pibe Carlos Gardel, Luis Miguel, Julio Iglesias, Julio Sosa y una buena versión cantada por el salsero Jerry Rivera, contenida en el álbum “Caribe Gardel”.
Este maravilloso tango fue compuesto por Enrique Santos Discépolo en 1950, también autor de canciones memorables como Yira Yira.
En el colmado Santiago de la calle San Juan Bosco solía compartir con un sujeto, que llamaban El Cacique, que le gustaba apostar a que no adivinaba el nombre de los intérpretes de los boleros que colocaban, y fueron muchas las cervezas que le gané. Llegué a estimarlo mucho y lamenté profundamente su muerte.
Cuando Álvaro Carrillo Alarcón (México, 1919-1969) compuso la canción “Luz de luna” nunca se imaginó que iba a resultar fuente de “controversia” y “discusión” entre el autor de esta columna y su amigo santiaguero Freddy Eduardo Peña Cruz. A la controversia se ha unido mi querida esposa Ana María Moreno, en apoyo de Peña Cruz. Sostienen que Luis Miguel (Luis Miguel Gallego Basteri), conocido como El Sol de México, interpreta mejor “Luz de luna” que Javier Solís (Gabriel Siria Levario, 1931-1966). Es una discusión eterna y estéril, porque digo lo contrario. Pero lo importante es que este hermoso y famoso bolero de Carrillo me ha unido cada día más a Freddy Eduardo y a la familia Peña.
Tal como dije en una ocasión “que la vida se resume en un bolero” y como los amigos son parte fundamental de la existencia humana, hoy quise comentar estas anécdotas. Y de paso decirles pueden unirse a la discusión escuchando “Luz de luna” en las voces de Solís, Luis Miguel, Rocío Dúrcal y, porqué no, de Chavela Vargas. Sé que al final ganará la versión de su predilección.
