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viernes, mayo 3, 2024

Diálogo memorable con el jurado de premiación de la XXX BNAV en el Museo de Arte Moderno 

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  • Los artistas han sido reconocidos y laureados. El país celebra. Todos hemos ganado. El martes 17 de octubre se dio a conocer la decisión del jurado de premiación de la XXX Bienal Nacional de Artes Visuales. El resultado como siempre, inesperado y controvertido. Como cada vez que se anuncian los ganadores y el Gran Premio de la Bienal Nacional de Artes Visuales.

El Jurado de Premiación, elegido por el Comité Organizador de la XXX BNAV, estuvo compuesto por importantes actores y conocedores del “maestrean” del arte contemporáneo dominicano e internacional como la reconocida artista Myrna Guerrero Villalona, directora del Museo Bellapart; el curador dominicano Carlos Acero Ruiz y la curadora neoyorquina Ángela García. Ellos trabajaron durante una semana evaluando 145 obras y decidir cuáles recibirían el galardón.

Para analizar a profundidad los procedimientos y motivaciones que llevaron a los miembros del jurado a tomar las decisiones que tomaron, el miércoles 15 de noviembre se realizó un encuentro en el Auditorio del Museo de Arte Moderno, en el cual se expusieron los criterios del jurado, respondieron preguntas y escucharon opiniones de los artistas y “bienalistas” presentes, junto al viceministro de Patrimonio Cultural, arquitecto Gamal Michelén, miembro del Comité Organizador.

Gamal Michelén inició el conversatorio refiriéndose al “valor histórico y cultural que con el tiempo suman las obras premiadas en la historia de la Bienal y a la colección; cada una refleja las carencias, las vicisitudes, las necesidades, la alegría, la mística y la esperanza de la sociedad en el momento de la creación.” También indica que “se requiere de un espacio, un distanciamiento prolongado, que permita una mirada objetiva y unificadora”, el “big picture”.

Para alcanzar esta visión, cuasi futurista, los miembros del Jurado de Premiación estuvieron dispuestos a quemar sus pestañas y su reputación. Debían ponerse de acuerdo para tomar duras decisiones en brevísimo periodo de tiempo. Acordaron apegarse a la siguiente metodología: en primer lugar, cada uno haría el recorrido solo, observando en silencio las obras; posteriormente, revisarían las anotaciones para crear una lista general previa. En una tercera fase, visitarían juntos las obras para compartir impresiones.

Comentaba Myrna Guerrero: “hubo piezas muy complejas, con varias capas semánticas, invitando a conversaciones profundas, lo cual fue también una parte interesante de las dinámicas”. Desde Nueva York, Ángela García, intervino a través de video-llamada, aclarando puntualmente: “todas y cada una de las obras fue evaluada, analizada en todos sus valores y tomada en consideración.”

Aquellas obras que provocaron inquietud, fueron investigadas más a fondo, revisando los expedientes, socavando cualquier información que pudiera ser pertinente para entender mejor la intención del artista. Los tres apuntaron que el resultado fue unánime, sin empujes, ni negociaciones. En resumen, realizaron un ejercicio crítico, amparándose únicamente en las indicaciones de las bases.

Artículo 14.- Dentro de los criterios específicos de evaluación, tanto del Jurado de Selección como del Jurado de Premiación, a los cuales serán sometidas las obras participantes en cada una de las categorías establecidas en las presentes bases, se incluye la originalidad de la obra, con valores estéticos y técnicos que contribuyan al enriquecimiento del patrimonio artístico nacional.

De igual manera, de acuerdo a las bases, el jurado redactó un laudo justificando cada uno de los premios.

Párrafo: Las decisiones del Jurado de Premiación estarán sustentadas y serán emitidas mediante resolución debidamente justificada.

Estos son los laudos para las menciones de honor, no adquiridas:

“Eterno interludio”, fotografía de FUED YAMIL KOUSSA MENDEZ. Escenario construido, de referencias autobiográficas, en el que el artista hace una exploración del sufrimiento emocional que sugiere una lucha interna desde una perspectiva psicológica a la sexualidad, con una impecable técnica fotográfica.

Carlos Acero, Gamal Michelen y Myrna Guerrero ((Foto Ronald Gómez Nin)
Carlos Acero, Gamal Michelén y Myrna Guerrero ((Foto Ronald Gómez Nin)

)“Merengue yerto, desde el sur”, pintura de Rosalba Hernández, quien, a través de una singular y honesta propuesta, nos impulsa a reflexionar sobre el medioambiente, ecodelitos sin consecuencias, la marginalización y la apropiación de los espacios naturales posteriormente urbanizados y desprovistos de los servicios esenciales.

“La bolita” de Lorraine Franco, escultura en cerámica, lúdica y emotiva, vinculada a la nostalgia de la infancia, que la artista logra con sensibilidad y sobrada calidad técnica.

“Atravesando la nebulosa del tiempo y la memoria, te sigo arrastrando con mi corazón”, escultura de Ezequiel Taveras, quien a través del uso de la metáfora plantea un discurso visual con una nueva cartografía incierta de la media isla, delineada por recuerdos alimentados desde la distancia. El artista sale de su zona de confort y toma riegos con el uso de otros materiales.

Los miembros del Jurado de Premiación dejaron claro que “cada obra se consideró como un posible premio, porque todas las obras seleccionadas cumplían de hecho con todas las condiciones para ser premiadas. La experiencia fue excitante, interesante y nada fácil. No todas las obras pueden ser galardonadas, aunque muchas lo merecían. Algunas obras obtienen puntos a favor por factores puntuales como la técnica, la factura o por un novedoso aporte”.

Los laudos a los premios igualitarios son los siguientes:

“Jardín Urbano Il”, pintura con recursos mixtos de Susan Mézquita. Obra que plantea varias capas semánticas, destacando dos espacios cotidianos vivenciales de la autora y su percepción de la pérdida de la flora por transformaciones urbanas.

“Techo a dos aguas”, instalación de Marcos Lora Read, que hace un llamado a la situación medioambiental de la isla y su futuro (Faber est suae quisque fortunxe – cada quien es artífice de su destino), pieza premonitoria del actual conflicto por el agua entre Haití y la República Dominicana con acertado aprovechamiento del soporte utilizado y su proceso de oxidación.

“���❤️” (ícono de una lágrima y un corazón), provocadora instalación de Yolanda Naranjo, quien a través del uso de elementos asociados al textil resalta el proceso biológico-natural del cuerpo femenino y propone lecturas abiertas acerca de los tabúes y estigmas presentes en torno al ciclo menstrual de la mujer.

“El rancho de Tula”, pintura de Yuly Monción, lienzo de gran formato y extraordinaria realización técnica, en el que apreciamos la impronta de maestros de la pintura dominicana y donde la artista elabora un discurso simbólico basado en la memoria, la arquitectura vernácula y el campo.

“La última cena”, cerámica de Enrique  Royo, conjunto escultórico de gran economía de medios, con notables resultados técnicos y referencias a la historia del arte occidental, que propone una narrativa sencilla a través de la alegoría de un conocido hecho de la cristiandad.

“El dije. Historias entrelazadas”, instalación de América Olivo. Impresionante puesta en escena que refiere a la sostenibilidad ambiental por medio del reciclado y la tradición artesanal dominicana, en armonía rítmica y con repetición de formas inspiradas en estructuras arquitectónicas caribeñas.

“La Isla”, instalación en cerámica de LUIS ALBERTO CHECO MUÑOZ. Grupo escultórico de formas sinuosas de esmerada factura en la realización de cada una de sus piezas, con poéticas añoranzas al manglar y la fauna de costa.

“Capilla del encuentro”, vídeo-instalación del Colectivo COMECOCO integrado por Carlos Oliva, Ignacio Alcántara y Raymundo Martínez, en la que se destaca un gran manejo de la edición y la animación de una historia personal sobre la pérdida de un ser querido, que se presenta en un recinto aislado que sugiere a una capilla funeraria.

“Andromorfia”, instalación de Domingo Abreu (Ico), en la cual valoramos la limpieza del montaje realizado por el artista, el inteligente uso del material sintético que permite la transparencia y la reflexión de la vídeo proyección en esta pieza que sugiere el flujo mediático, elaborada a partir de cánones estéticos idealizados del cuerpo como objeto de deseo.

El artista Ico Abreu haciendo preguntas al jurado( Foto Ronald Gómez Nin)
El artista Ico Abreu haciendo preguntas al jurado( Foto Ronald Gómez Nin)

Durante el conversatorio, todas las decisiones fueron oportunamente defendidas por los miembros del Jurado de Premiación. Se refirieron a la gran cantidad de estilos, estéticas, técnicas, materiales, medios, y símbolos utilizado por los artistas seleccionados y premiados. A todo esto, hay que decir que la cerámica, rompió todas las expectativas en esta edición, es la reina de la fiesta, con piezas de excelente ejecución, por eso vemos entre ellas dos ganadoras y una mención.

Desde el punto de vista de Carlos Acero: “están empleando mal el término “instalación”, asignándole el concepto a cualquier obra tridimensional.” El problema radicaría al momento de la inscripción, cuando se completa un formulario, en el cual no se detallan las características de la técnica, que muchas veces solapa diferentes disciplinas.

El Gran Premio es el mayor galardón de este certamen, para otorgarlo se conforma el Gran Jurado con los miembros del jurado de selección y premiación. Los seis jueces, lo otorgaron por consenso a la obra “Retratos Pandémicos (Missing Them)” 2023, del artista Julio Valdés (1969), afincado en Estados Unidos desde hace tres décadas. La obra es un políptico conformado por 15 retratos a grafito sobre pliegos construidos con mascarillas, ilustrando personalidades dominicanas que fueron víctimas de la pandemia del COVID-19. Este es el laudo del Gran Jurado:

El Gran Jurado, integrado por el Jurado de selección y el Jurado de Premiación otorga el Gran Premio Bienal a la obra:

Retrato de pandémicos, dibujo de Julio Valdez. Este políptico se destaca por la originalidad del soporte, una muy bien lograda composición y utilización de materiales mixtos con recursos gráficos tradicionales, que nos remiten a las dificultades que vivió el mundo a partir del 2020, emotivo homenaje a las víctimas famosas y anónimas de la pandemia COVID-19, tanto de la República Dominicana como Estados Unidos, evento sin precedentes en la historia de la humanidad.

Como era de esperarse, este premio ha generado controversia. En medio de la conmoción, los artistas, el público general y los opinólogos admiten el talento de Valdez; hay un marcado consenso respeto a su trayectoria, calidad y validez artística. Es un profesional de la gráfica reconocido y premiado, de valor innegable.

A cerradas cuentas, la decisión del jurado es inapelable. El comité Organizador de la XXX BNAV ha depositado en ellos la confianza de cumplir la comprometida tarea de elegir los recipientes de una cantidad considerable de fondos estatales. Es una labor muy seria. El comité no se equivocó al considerar que Pilar Lladó, Fermín Ceballos, Carlos Sangiovanny, Ángela García, Mirna Guerrero y Carlos Acero, cumplen a cabalidad con la integridad y los perfiles requeridos. Han sabido cumplir su rol con juicio crítico y gran elegancia profesional.

Para finalizar el conversatorio, el Jurado de Premiación leyó las siguientes recomendaciones:

1. La creación de una Comisión Permanente para la celebración de las Bienales que asegure su continuidad y actualización cada dos años. Esta Comisión tendrá como funciones desarrollar e implementar un programa de conversatorios, paneles y conferencias que aporten a la promoción y diseminación de la bienal en el país y en ciudades de alta presencia dominicana (de la Diáspora). Un programa que se desarrolle previo y durante la Bienal para motivar más participación de artistas de la diáspora y fomentar más espacios en donde se pueda exponer el arte dominicano mundialmente.

También desarrollará un programa de trabajos permanentes que deben ocurrir después de la presentación de la bienal que incluye entrevistas a los artistas premiados con fines de documentar materiales y procesos para la preservación/conservación de las obras de arte premiadas. Estos mismos se podrán utilizar como archivos de investigación y para contenido de futuras exposiciones y programas públicos.

2. La restitución de la celebración de la Bienal o Trienal del Caribe, evento que además de constituirse en un elemento de atractivo turístico contribuiría a destacar y afianzar el rol protagónico de nuestro país en la región.

3. Estudiar la posibilidad de otras alternativas a la forma de premiación en metálico, tales como la organización de una exposición individual en el MAM que cubra toda la producción de la misma.

4. El restablecimiento del Premio Joven a artistas menores de 35 años de edad como estímulo especial a los creadores emergentes.

5. Respetar las propuestas de instalaciones de los artistas y las dimensiones establecidas en las bases a fin de dar un trato igualitario a los participantes. Establecer unas normas y mejores prácticas para el trabajo museográfico/curatorial con especificidades que apunten al trabajo de los museógrafos y curadores con los artistas seleccionados participantes con fines de preservar el concepto/integridad de la obra de arte.

Un público atento, formuló preguntas y críticas constructivas, cuestionando si debe ser o no premio de adquisición; si debe hacerse un salón de rechazados o retomar la bienal marginal de Silvano Lora. Se recomendó la realización de un programa de talleres, actividades y charlas previo a la convocatoria de la BNAV. El artista Luis Arias, sugirió que se debe asegurar la participación automática a los ganadores; pidieron crear un salón fuera de concurso en espacios alternos para invitar artistas de trayectoria o que hayan sido premiados en otras ediciones. Se propuso la eliminación del Gran Premio, concediendo solo diez premios igualitarios. Gran parte del público se expresó en contra, por tratarse de un concurso.

Finalmente, otras ideas interesantes formuladas durante el diálogo, fueron las siguientes: aumento de la dotación económica de los premios igualitarios, a RD$ 500,000 fin de lograr una proporción, respecto al Gran Premio; crear estrategias para proyectar a los artistas seleccionados y ganadores; otorgar premios no metálicos a las menciones de honor como residencias artísticas, exposiciones individuales o publicaciones. Los artistas piden asegurar la publicación del catálogo y la entrega del Certificado de Participación de esta edición, en lo cual se está trabajando y definitivamente será ejecutado como parte del programa de trabajo del comité de la Bienal.

 

 

 

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