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martes, mayo 21, 2024

Alberto Cortez (El argentino) Alberto Cortez (El peruano)

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José Alberto García Gallo, conocido como Alberto Cortez, falleció el 4 de abril de 2019.  Fue un poeta, compositor y cantante argentino, que hizo vida en Europa, entre Bélgica y España. Sus éxitos musicales son conocidos por lo sutil de sus composiciones, que son verdaderas poesías narradas con música.

Hablar sobre Cortez es redundar, es decir lo que siempre se ha dicho sobre la grandeza de este artista. Luego de su muerte, los medios nacionales e internacionales se hicieron eco de este suceso y llenaron sus páginas con informaciones sobre lo que fue la vida de este gran poeta.

El periódico El País de España, lugar en donde vivió la mayor parte de su vida, además de presentar lo conocido del cantante, también hizo un reportaje sobre lo que ellos consideraban, como la parte oculta del compositor, ya que, a Cortez no le gustaba hablar, ni que se tocara ese tema en las entrevistas que le hacían. Esto no fue más, que un problema judicial que el cantante tuvo por mucho tiempo, con quien se consideraba como el verdadero Alberto Cortez y a quien, supuestamente, él le había robado el nombre.

Se trataba de Alberto Cortez (el peruano), un cantante de ritmo tropicales y boleros, a quien Alberto Cortez (el argentino) imitaba haciendo fonomimicas, interpretando sus canciones, vistiéndose igual que él e incluso, grabó un disco de larga duración, haciéndose pasar como el Alberto Cortez (el peruano), según lo narrado. Por todo esto hubo un litigio judicial, que fue dilucidado por mucho tiempo en los tribunales belgas y españoles, que, al parecer, no tuvo un fallo final. Acerca de esto, tengo una historia paralela:

Sandro de América
Sandro de América

Mi hermana era una de esas jovencitas que pertenecían a los “fans clubs” de los cantantes de la época; Raphael, Sandro, Los Ángeles Negros, Fausto Rey, Tom Jones, entre otros. Oía las emisoras de mayor audiencia, por supuesto en AM, pues la FM aún no tenía incidencia. También, coleccionaba fotos, cancioneros e iba a las presentaciones de esos artistas, cuando venían al país. Tal fue el caso, cuando se presentó Raphael por primera vez en nuestra República Dominicana, en el Teatro Agua y Luz por el exorbitante precio de entrada de 10 pesos. La pobrecita duró dos meses y medio ahorrando para ver a su ídolo y para ella, valió la pena, a pesar de la fuerte lluvia caída y el retraso del show.

Una tarde de sábado, mientras ella escuchaba una de sus emisoras favoritas, el locutor colocó un disco y pidió a quién conociera el título y al cantante, que llamara e iba a ganar un premio sorpresa. Esa chica, que ya tenía un diplomado “como oyente de radio y conocedora de canciones”, inmediatamente se apresuró, tomó el teléfono y marcó el número dado por el locutor. El tema era La Balada del Vagabundo interpretado por José Guardiola y su hija Rosa Mary. Por ser la única que acertó en dar respuesta a tan difícil pregunta, fue invitada a ir en persona a la emisora, esa misma tarde.

Rauda y veloz, se dirigió a buscar una prima nuestra al sector de San Carlos, de ahí, ambas se dirigieron a la calle El Conde, en donde funcionaban la mayoría de las emisoras en la capital, que ocupaban el segundo o tercer piso, de los altos edificios de esa vía comercial. Una vez en cabina, recibió su preciado premio, un champú Miss Key de 16 onzas fluidas, para ella era el mejor premio recibido hasta ese momento, pues dos semanas antes, se había ganado un tarro de helado Capri, por responder una pregunta similar en Radio Mil.

Pero esto no termina ahí, el locutor, quien también era dickjockey y control master, les solicitó permanecer, pues llegaría Alberto Cortez a la cabina. Ambas se alegraron, ya que verían a un cantante que solo lo habían visto en caratulas de long playing, revistas y por televisión en blanco y negro. Tuvieron un poco de dudas, pues no habían oído, ni por radio ni por televisión, que ese famoso cantautor estuviera en el país.

No pasaron diez minutos, cuando llegó Alberto Cortez. Ellas extrañadas, se miraron una a la otra y se dijeron: este no es Alberto Cortez. Aun así, complacieron el pedido del locutor, que era aplaudir y gritar efusivamente, cuando fuera presentado en el aire tan conocido intérprete. Cortez contestó tres preguntas hechas por el locutor y le dijo, que el anuncio de su llegada a la emisora, dio como resultado, que varias fans vinieran a conocerlo.

Ambas salieron luego de la emisora de radio, caminaron por El Conde, pues en ese entonces, era la arteria comercial más exclusiva de Santo Domingo y el país. Se deleitaron viendo vitrinas y los artículos exhibidos en esos escaparates. Tiendas como Flomar, Lope de Haro, La Margarita (sin Santa Claus, pues no era Navidad), Joyería Di Carlo, Los Muchachos, los Arcos, Musicàlia y otras, les hicieron la tarde más agradable. Se detuvieron frente a la Puerta del Conde y presenciaron el cambio de guardia, que hacían los cadetes y el manejo acrobático con los rifles, en ese lugar tan importante para nuestra historia independentista.

Luego tomaron la calle 16 de Agosto hasta llegar a la casa en donde vivían nuestros tíos y primos. Como agradecimiento a su acompañamiento durante esa tarde, mi hermana le obsequió casi un cuarto de tan importante producto para la higiene capilar, que fue vertido en un potecito de compota vacío. Después de una parada de más o menos quince minutos, ella caminó hacia la calle 30 de Marzo y con sus veinticinco cheles en manos, tomó un carro de concho marca Austin color azul de capota blanca, que eran los que les tocaban trabajar ese día.

De inmediato, cumplió el mandato de una calcomanía pegada en el tablero del carro del lado del pasajero, que decía: Pague al montarse, no lo deje para Última Hora, que no era más, que una publicidad de un desaparecido periódico vespertino.  Al llegar a la avenida San Martín con calle La Esperilla, pidió que la dejara en la esquina, pues en ese entonces residíamos en el sector de San Juan Bosco.

Una vez en nuestro hogar, ella relató a todos quienes nos encontrábamos en la casa, como había sido esa tarde de sábado y cómo conoció a un falso Alberto Cortez. Yo, que transitaba desde la niñez a la adolescencia, me pregunté cómo una emisora de alta audiencia y con un locutor de prestigio, se dieran para presentar un impostor, que usurpó la identidad de otro. Muchos, muchos años después, luego del fallecimiento de Alberto Cortez (el argentino) supe quién era la persona que estuvo esa tarde en esa emisora de la calle El Conde.

Se trataba de Darío Alberto Cortez Olaya, un cantante peruano de música tropical y de boleros, con el cual Alberto Cortez (el argentino) tuvo un litigio judicial, por supuestamente, este último robarle su identidad. Alberto Cortez (el peruano), residió por un tiempo en nuestro país y hacía el personaje de Barba Negra, en el programa infantil el Show del Sheriff Marcos (Marcos Berroa Córdova y/o Marcos de Córdova).

Alberto Cortez (el peruano) murió el 26 de noviembre de 2019, en su país natal. De su estadía aquí, no se sabe si tuvo presentaciones en televisión o en algún lugar en donde solían presentarse artistas en vivo. Hasta donde se tiene conocimiento, este caso judicial entre los dos Cortez, no tuvo un veredicto final. De esto hace  cuatro décadas y un lustro; y con ambos personajes fuera de este mundo terrenal, ya no importa saber, si hubo o no un fallo, o de quién era el nombre auténtico de: Alberto Cortez.

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