Todos los que habitamos República Dominicana hemos sido gobernados bajo la dirección y supervisión del decadente imperio del Norte. Todos los partidos y/o presidentes, desde el principio del siglo IXX, fueron y siguen siendo aprobados, o impuestos, por los Estados Unidos. Con excepción del efímero gobierno de Juan Bosch quien, por la misma razón, no le fue permitido terminar su mandato.
O sea, el pueblo solo puede elegir partidos y gobernantes que se doblegan ante el poder extranjero y se comprometen a actuar como gobernantes, dando prioridad a sus intereses en lugar de actuar como Jefe de Estado y defender los intereses del pueblo Dominicano.
Es por eso que después de dos intervenciones militares y más de un siglo bajo esta influencia, el pueblo dominicano no ha encontrado la forma de liberarse del yanqui invasor. El uso del aparato represivo y los billones de dólares invertidos, en propaganda, por los gobiernos lacayos del PRSC, PRD, PLD, y ahora, el del PRM les ha dado resultado, pues han logrado que una gran parte de la población se mantenga sumisa e indiferente.
Pero al pueblo se le agotó la paciencia y está perdiendo el miedo. Así lo ha demostrado el nacimiento de centenas de organizaciones sociales y Juntas de vecinos que salen a las calles, a demandar el cumplimiento de promesas incumplidas y solución a los problemas económicos, sociales y estructurales que existen en sus comunidades.
El pueblo se ha dado cuenta de que, Igual que Hipólito, Leonel y Danilo, Luis Abinader ha descuidado los negocios del país para dedicarse a pintar sueños y a pagar por oportunidades de foto y multitudes.
Al igual que en los anteriores gobiernos del PRD y el PLD, la corrupción y los crímenes narco-políticos han sido ignorados por el PRM, el cual se apresta a reformar el Código Penal para crear leyes más severas en contra del ladrón de salami.
El sistema de salud, el sistema educativo, el sistema energético, el sistema de pensiones, turismo, las empresas públicas y los servicios indispensables, todos están siendo privatizados y pasados a manos de multinacionales que saquean nuestros recursos, envenenan nuestras fuentes fluviales destruyendo nuestra flora y nuestra fauna.
Necesidad de un Partido de Izquierda
Estos resultados evidencian la urgente necesidad que tiene el país de ser gobernado por un partido de Izquierda. Un partido que termine todos los irrisorios contratos con las devoradoras corporaciones extranjeras, que ponga en moratoria los pagos a la deuda externa, que recupere todas las empresas del estado, que reclame los bienes desfalcados por empresarios y políticos locales y que convierta al país en auto suficiente.
Un partido de Izquierda que invierta en educación, en salud, en el arte, en los deportes, y promueva las actividades que enriquecen el alma y la mente. Que invierta en viviendas y en fuente de trabajos dignos; que erradique la pobreza, la corrupción, el individualismo, la represión, y la intolerancia.
“Un partido de izquierda que le demuestre al pueblo y le haga saber al mundo que somos soberanos e independientes de toda nominación extranjera.
