El director de la Policía Nacional, Edward Sánchez, es, aunque no el único, el hombre atinado para hacer la transformación que demandamos se haga con ese cuerpo.
Me atrevo a decir que él es parte de esa transformación que se está dando. Solo piensen en su actitud, que la critican porque «es un flojo, que no tiene pantalones», tal como dicen después de verlo en una entrevista de televisión.
Tenemos tan internizada la cultura del abuso y del atropello policial que cuando aparece un jefe de ese cuerpo que no es «un matón», entonces decimos que «no sirve, que el cargo le queda grande». Sin embargo, es en la gestión de Sánchez González cuando la Policía ha dado pasos para que se inicie el proceso transformador que tiene que suceder.
Es cierto que en ese proceso está empujando el presidente Abinader, que es el más interesado, pero también la misma esencia policial está activada. Esto que escribo a continuación muchos lo entenderán como un sacrilegio, pero es una de las acciones que ha modificado el sentir de la población frente a la Policía: antes del asesinato de la pareja de pastores de Villa Altagracia, una porción muy alta de la población apoyaba cuando policías mataban a mansalva a «delincuentes en intercambios de disparos», tanto que en esos sectores se le pedía a la Policía «darle pa’bajo».
Pues este doble crimen de los esposos ha unificado el sentir en contra de esa actuación, que no se justifica como las otras ni se explica en la ingenua versión del director policial de que se perseguía a ladrones de una passola: La Policía nunca ha necesitado excusas para matar impune y arbitrariamente a jóvenes y hombres pobres en sus famosos «intercambios de disparos», que en este caso de Villa Altagracia no se atrevió alegar. Ya hay en la población una nueva actitud que se expresa hasta en consigna: «Policía, yo me paro, no me dispares». Los cuestionamientos ya no son de los defensores de los Derechos Humanos, a los que se estigmatizado con solo «defender a los delincuentes».
Edward Sánchez González, en la entrevista en la televisión está mostrando que él, el director policial que se muestra nervioso ante las preguntas de una entrevistadora es ejemplo de la transformación policial que demanda la sociedad dominicana, ahora más dispuesta a trabajar por alcanzarla.
