Ahora que se confirma la realización de un debate presidencial, una aspiración de décadas. Se me ocurre reflexionar sobre los cambios que requiere nuestra sociedad para escapar de más de lo mismo. Temas de futuro, que quiera Dios sean puesto en discusión en dicho debate.
Hoy en 2024, 180 años nos separan de aquel día libertario en 1844, cuando Francisco del Rosario Sánchez, acompañado por Ramón Matías Mella, hicieron realidad con el inmortal trabucazo, el sueño Duartiano – quien por desgracia se encontraba en el exilio- de creación de la República Dominicana.
Por desgracia, casi dos siglos después, a pesar de nuestro oro, nuestros recursos naturales renovables, el talento de nuestro pueblo, la inversión extranjera; gran parte de nuestros ciudadanos han emigrado para hacer realidad su sueño de independencia económica, y miles hoy anhelan seguir el mismo camino.
¿Cuál es nuestro cáncer social histórico que traba el desarrollo y la creación de empleos? Para mí, la ausencia de un sistema de consecuencia. Que ha servido para convertir en sistema, la corrupción y la impunidad. Provocando que la riqueza que debe estar enfocada en impulsar el desarrollo nacional sea robada, expatriada y hoy se encuentre en cuentas privadas.
Afirmación que ubica la ausencia de un sistema de justicia eficiente, como el principal problema de la nación. Creo profundamente en el criterio de prueba y error. Si un sistema organizado de una manera no cumple con su función, hay que probar con otra, hasta que se haga funcional. Y lo digo por el Sistema de Justicia.
Por eso, propongo que los jueces sean vitalicios, y si se demuestra corrupción en ellos, se conviertan en presos. Que el Consejo de la Magistratura que designa los jueces, sea formado por los rectores universitarios. Que el Procurador sea designado por una super comisión formada por los decanos de ciencias jurídicas de las universidades establecidas.
Y que se establezca el sistema de jurados formado por 12 ciudadanos para cada caso, seleccionado al azar, y estos sean quienes determinen la culpabilidad o inocencia de los imputados. Y que la Policía Nacional, pase de ser una institución centralizada a una descentralizada, y sea convertida en Policía del Distrito Nacional y Policías Municipales. Cuyo director sea designado por el consejo de regidores correspondiente.
Por siglos se ha repetido, que un barco que no sabe dónde va, ningún viento le es favorable. Y creo es un mal que arrastramos como sociedad desde 1844. Y es que, a la fecha, 180 años después, no tenemos claro cuál es nuestra meta como nación. Y por tanto, navegamos sin un norte inspirador, que unifique la voluntad nacional.
Y creo que ese norte, debe ser convertirnos en una potencia económica. Especie de un Taiwán en el Caribe. y eso solo es posible, si nos convertimos en una potencia tecnológica. Para lo cual hay que enfocarse en elevar el nivel de educación en todos los niveles.
También, creo que los gobernadores provinciales deben ser elegidos por la población provincial. Que deben ser dotados de presupuestos. Y que estos deben estar en capacidad de crear su gabinete, e impulsar sus propios planes de desarrollo provincial, lo que convertiría la RD en un país federal. Imaginar repartir el 50% de la partida de inversión del presupuesto nacional y repartirlo entre las provincias en proporción a sus habitantes.
Creo que ya es tiempo de crear un FBI nacional. Una institución policial nacional que dependa del Consejo de la Magistratura propuesto, y que se encargue de proteger la Constitución y perseguir a todo el que atente contra el interés nacional. Desde gobernante que comprometan el interés nacional con contratos lesivos, al juez venal, o al ministro corrupto.
Otras agendas que debemos perseguir son; erradicar el desempleo y maximizar el potencial productivo de la nación, que pasa por impulsar desde el Estado un agresivo programa de sustitución de importaciones por producción nacional. Impulsar la industrialización de la producción agropecuaria. Desarrollar e industrializar el sector pesquero, la acuicultura, la maricultura, e impulsar un sector industrial de la sociedad de la información, y explotar nuestras minas para monopolizar sus beneficios.
Es tan lejos lo que podemos llegar. Y para lo cual hace falta tanto por hacer. Y creo que cambios de esa naturaleza, son expectativas que tiene la población del gobierno del cambio. Y ese debe ser su legado.
*El autor es activista por una Quisqueya potencia
