Se iniciaron los trabajos de la IX Cumbre de las Américas, en Los Ángeles, California, Estados Unidos, en un marco de protestas y quejas de los gobiernos molestos por el criterio discriminatorio de los norteamericanos, quienes anunciaron que Cuba, Venezuela y Nicaragua, no serían invitados al evento.
El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, quien es de los invitados, ha declarado que le gustaría encontrarse con Cuba, en Los Ángeles, porque la reunión debe convocar a la unidad.
Pero, hoy, ante el asesinato de su ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera en su mismo despacho, la pregunta es si “Abinader, ¿va o no va, al evento? ¿Iría con retraso obligado, por tener que asistir a las exequias de su ministro Jorge Mera, alto dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), en el Gobierno?
De pronto, temprano en la mañana, hablando a la prensa en su rutinaria conversación con periodistas, el presidente de México, Manuel López Obrador confirmó que no asistirá a la Cumbre de las Américas. “No voy a la cumbre porque no se invita a todos los países de América, y yo creo en la necesidad de cambiar la política que se ha venido imponiendo desde hace siglos”, afirmó López Obrador.
El presidente dominicano Abinader y su gobierno tienen de frente, desde el mediodía de hoy, la circunstancia del asesinato en su mismo despacho, por un viejo relacionado con quien mantenía una disputa, afectado por disposiciones de su oficina. Pasadas dos horas del suceso, un mar de confusión embargaba la cúpula del gobierno que no precisaba ninguna información en torno al hecho, ni siquiera los detalles a que está obligada la Policía en cualquier país del mundo. “Estamos consternados”, era lo único que oía decir.
Todo ocurre, además, en momento en que el gobierno ha declarado una guerra abierta al sicariato ligado al narcotráfico, protagonista, según el mismo Abinader ha declarado, como parte de una trama, ante los grandes cargamentos de drogas incautados durante los dos años de su gobierno.
En cuanto a la cumbre de Los Angeles, la prensa internacional sigue preguntándose, “quién asiste y quién no”.
