La política en este país se maneja a modo de circo. Y los políticos se comportan de acuerdo con sus conveniencias partidarias. Eso no es secreto ni siquiera para los más incautos. Lamentablemente la mayoría de los políticos actúan, no en concordancia con las buenas prácticas, sino con lo que le haga daño y rompa el esquema del gobierno que este de turno.
Eso ha sido así desde que tengo uso de razón, y no creo que cambie, todo lo contrario, cada día los políticos se enfrascan y crean conflictos y fricciones innecesarios para hacerse los graciosos ante aquellos que no ejercen libertad de conciencia, y lo hacen con el propósito de fastidiar y no aportar para mejorar.
Ejemplos claros de lo que digo son los gremios dirigidos u orientados en su mayoría por políticos y partidos, los cuales constantemente crean situaciones engorrosas cada vez que pueden a los gobiernos de turno para desmeritarlos y debilitarlos.
Todos sabemos que así es como se manejan los llamados “opositores políticos” siempre poniendo trabas en la rueda, con una actitud a veces retorcida de la realidad para joder y no para construir a favor de una mejor sociedad.
¿Qué el costo de la vida sube, es cierto, pero y cuándo ha bajado? Esa es la peor excusa de la oposición cuando se queja de un gobierno de turno. Además, es común en estos grupos de políticos echar en cara cuestiones que no fueron capaces de resolver cuando tuvieron la oportunidad de hacerlo, y eso molesta a la sociedad pensante.
Qué le cuesta a la oposición hacer críticas constructivas, dirigidas a mejorar, y aportar para que tengamos un mejor país. No, eso no es rentable, dirían algunos politiqueros. Y es que la oposición política siempre anda con su tirapiedras listo para cazar a su presa.
Crear ruido es su misión, no importa si el otro lo está haciendo bien o mal. Esa es su principal característica. Hay que recordarles a algunos políticos que una verdadera oposición es aquella que exige, pero que también colabora para que las reformas que beneficien a la sociedad se hagan y se cumplan, para que vigile que nuestro dinero sea bien invertido a favor del Estado y no robado.
Una verdadera oposición política se ocupa de que los pueblos progresen, de impulsar transformaciones sociales y económicas. Que les importe que se sirva una educación de calidad, buena salud, buenos servicios. Más oportunidades de desarrollo, más limpieza, más orden a nivel institucional…
Una oposición política llevada con dignidad es aquella que piensa como nación; que no critica por criticar, sino para aportar. Es aquella que sirve, no que se sirve, en fin…una oposición política es la que inspecciona y controla para que los procesos se hagan bien.
La oposición política es la esperanza de los que no tienen voz para denunciar lo que está mal, porque si hay una sana oposición política estamos seguros de que con ello garantizaríamos el buen vivir, la legalidad y la punibilidad.
