Para ayudar en los costos de mi educación en la universidad, conseguí un trabajo en la empresa Kettle Sánchez & Co. que estaba localizada en la calle Isabel La Católica esquina Mercedes. No es extraña la presencia de la Virgen de Las Mercedes y la de Isabel La Católica, como El Conde de Peñalba, tampoco, la calle Colón, el parque Colón. Coincido con una antropóloga dominicana que pide que la imagen de Cristóbal Colón debería desaparecer de ese parque y esa estatua llevarla a un museo. El hombre que contribuyó a eliminar la raza indígena en nuestra isla no merece nuestro reconocimiento presente.
Peor es que nuestra ciudad conmemora con una calle a Nicolás de Ovando el que convocó a los indígenas para un intercambio, que ellos interpretaron que era amistoso, pero a una orden dada por este personaje, se inició la matanza de todos ellos e inclusive el ahorcamiento de la princesa Anacaona. Yo me hago la pregunta cuáles fueron las razones enarboladas por los componentes de los miembros de las autoridades de la ciudad, que le dieron importancia positiva a personajes de esa talla.
Debemos comenzar a enmendar ese tipo de injusticia histórica. Los Taínos, habitantes de nuestra isla, eran descendientes de los indígenas provenientes de lo que es hoy Venezuela y disfrutaban del derecho de habitar nuestro territorio. Encima de eliminar su presencia, cometieron el otro abuso histórico, junto con Francia, de esclavizar a los africanos en nuestros territorios caribeños para sustituir la eliminación de los indígenas.
Cosa que practicaron otros colonizadores europeos en África en donde propiciaron guerras tribales, para facilitar la dominación de los 30.3 millones de km2 que contiene ese continente y que terminaron dominando principalmente, Inglaterra, Francia y Portugal.
En el espacio precedente mencione la ausencia de los 10 centavos, para pagar el transporte en carro público desde la universidad hasta Ciudad Nueva. Quizás algunos de mis lectores jóvenes consideren irrisoria esa cantidad de dinero. Lo cierto es que, un galón de gasolina, costaba 39 centavos, así que el chofer con 5 pasajeros, le sobraban apenas 11 centavos de cada galón consumido. En ese tiempo un derretido de queso, y un vaso de batido de lechosa, con dos grandes cucharadas de azúcar, más la leche costaba en la Barra Payan 15 centavos, un helado en palito 1 centavo, una libra de carne de vaca en las carnicerías campesinas, costaba 3 centavos, una libra de arroz ,2 centavos. Esos precios relativos dan una idea del valor del trabajo. Mi padre pagaba 20 centavos más el desayuno y almuerzo por la labor diaria de un obrero agrícola.
Un viaje en carro desde Moca a la capital costaba 5 pesos, dada la tecnología vigente ese viaje consumía varios galones, así que menciono estos datos que yo viví, en aquellos tiempos anteriores al ajusticiamiento de Trujillo, para entender con mejor juicio las dos caras de porque ese personaje dominó la nación, 31 años. La estabilidad monetaria fue una de ellas. No recuerdo que se mencionara la palabra inflación. Y eso me lleva a intentar comprender cómo es la nación Argentina, que su promedio anual ronda más del 200% anual de inflación, que con sus casi 3 millones de km2 no puede darle lo suficiente para vivir al 40% de su población que es de 46 millones.
