No se le escapa a la mente analítica y fría de Solé, que Roberto le ha revoloteado sus pensamientos con su lenguaje motivador. Se hace preguntas que no se había formulado antes. Reconoce que le ha dado un espacio que no le había concedido a ninguno de sus frecuentes admiradores. Sin embargo, acostumbrada a no tomar decisiones apresuradas pospone, decir opiniones que pudieran comprometerla.
Roberto adopta la táctica de no atosigar a su compañera de asiento que le ha ido calando hondo en su admiración y le pregunta un tema del creole: Cuando hablas creole no te confundes, en el hecho de que en ese idioma se dice: ¿libro el o sea liv la en vez del libro?
Ella responde ¿sabes algo de nuestro idioma? ¿No paso mucho después de koman u ye? Roberto responde. Bueno en verdad el creole es como cualquier idioma dice Solé. Una vez que lo dominas es como las demás lenguas…Ella se ríe de lo mal que pronuncia la frase, pero logra Roberto, con su pequeño alarde, agrandar la admiración que este dominicano ha ido creando en la mente de Solé.
Roberto cree visualizar un posible conflicto entre las dos naciones dada la desigualdad entre ambas y su frontera común sabiendo que La Española, como fue bautizada, realmente es la única isla con dos naciones. Papua, Nueva Guinea, comparte territorio en una isla, pero la parte oeste de la isla no es realmente una nación sino un territorio donde hay tribus de diferentes etnias que pertenecen a Indonesia.
Esa unicidad de República Dominicana y Haití en un territorio isleño le confiere preocupaciones a Roberto que sabe de qué, en la actualidad, el dominio de las bandas criminales en el territorio vecino, ha ido deteriorando aceleradamente la capacidad del estado haitiano para reducir la emigración forzosa y que República Dominicana se convierte en la fuente más próxima para refugio de los emigrantes. Eso tiene un límite, piensa Roberto y nadie más quiere recibirlos.
La gran desigualdad, y la extrema pobreza, es un terreno que aprovecha el narcotráfico para encontrar soldados dispuestos a cualquier cosa y Roberto cree que esa mujer pudiera cambiar las cosas.
En su pensamiento Roberto cree que el destino coloca a las personas en situaciones imprevistas y se recuerda que Juan Bosch estaba casado con Isabel García y se encontró un día con Carmen Quidiello en un autobús y con ella empezó una relación de tal naturaleza que lo acompañó hasta su muerte 58 años después.
Todo lo que está pasando en este encuentro fortuito, le ha puesto en la mente de ambas cosas que no programaron, pero el carácter optimista de Roberto se enfrenta a una mujer, un tanto indescifrable la que él cree representa la posibilidad de cambios profundos para ambos lados.
continuará…
