Llegábamos casi a 1990, yo era el encargado de programación de
Radiotelevisión Dominicana, bajo las órdenes del director general George
Rodríguez Dabas. Luego de Petán, su dueño, la época de mayor
esplendor de canal 4.
Quien lo niegue es mezquino en su análisis. Fue
por esos días cuando conocí a Iván Ruiz, siempre enérgico, casi fiero a
la hora de defender sus posiciones.
Llegaba con su proyecto “Siempre joven”. Mi compromiso era darle
horarios de grabación en los estudios, facilitarle cámara para los
reportajes y edición para el programa. Todo fluyó en camaradería, cada
quien asumiendo las responsabilidades que nos correspondían.
“Si no desarrollamos los planes y proyectos para cambiar el canal 4, no tiene sentido mi presencia aquí…”
El mundo da muchas vueltas y hoy, Iván Ruiz, es el director general de
RTVD, canal 4. Él ha solicitado 226 millones de pesos para poner la
estación televisiva a la altura tecnológica y de contenidos que estos
tiempos exigen, so pena de quedarse rezagada, como la cenicienta de la
televisión dominicana.
Yo que conozco de televisión, que sé de las interioridades del canal 4,
creo firmemente que hay que darle una oportunidad y apostar por las
propuestas del director Ruiz; que ha venido con ideas novedosas, que
está dispuesto a arriesgar en un modelo de televisión educativa,
informativa y entretenida: Para toda la familia dominicana.
¡Que está dispuesto a atreverse a experimentar! Eso es la televisión,
proponer nuevos formatos, maneras distintas de mostrarle al público un
programa de TV.
Para ello hay que invertir, hay que reinstalar equipos y
dispositivos de última generación (high tech), contratar nuevos talentos y
técnicos. Todo esto tiene un costo de inversión que es recuperable si se
trabaja con esmero y planificación.
Hay que darle una oportunidad al director Iván Ruiz para que un plazo
razonable haga esa inyección económica que el canal necesita; y en
plazo razonable exigirle que muestre los frutos que se han obtenido
como resultado de la inversión. ¡Suerte, director!
