Por dar tantas vueltas en la “pasola” y el carro Kia blanco, que revela Edward Sánchez, director de la Policía Nacional, cualquiera queda aturdido y confuso.
Eran, según el oficial Sánchez, las únicas contraseñas de que disponían los bien armados persecutores de unos delincuentes. Dizque, ladrones de motocicletas “pasola”. Dizque andarían en un blanco, de la marca Kia.
Estos agentes de la persecución policial, se dieron la libertad de acribillar y matar a los primeros retenidos en el preciso retén policial viajantes en el primer auto blanco, marca Kia, que apareció.
Háganos otro cuento, Jefe, por favor. Usted sabe que aquí, la gente cree poco.
No es por nada, pero el primero que fue sacado con premura de este país, por un cuento del primer presidente nuestro, fue don Juan Pablo Duarte.
El cuento de aquel criminal sátrapa de apellido Santana y de nombre Pedro, fue el de que Don Duarte era un traidor peligrosísimo. Ordenó fusilarlo en cualquier sitio que apareciera.
Desde entonces, aquí, la gente cree muy poco en las versiones oficiales sobre cualquier cosa.
El actual presidente dominicano, Luis Abinader, quien está dando muestras de las mejores intenciones, debe cuidar su nombre.
Dice Abinader que dispone, por lo menos de cuatro expedientes, y uno más.
Aumentan, así, la confusión y los deseos, de que por lo menos una sola vez, a los informantes oficiales sobre las causas de las desgracias nacionales, alguien les crea.
A fuerza de tantas vueltas montados en una “pasola” no se aclara nada. Porque, aunque esté todo claro, ya las vueltas sobre el mismo eje, ponen a cualquiera loco.
Según el dicho aquél, había un loro cuentista al que todos le decían: ¡No juegues, Magino!
