Los grandes depósitos de carbón se comenzaron a formar hace 350 millones de años hasta 280 millones en el período denominado CARBONÍFERO. Después se produjo en el PÉRMICO de hace 280 millones hasta hace 225 millones. A continuación, el CRETÁCICO 100 millones atrás, finalmente, en la Era TERCIARIA hace unas decenas de millones de años.
Helechos y árboles gigantes al morir, por la acción de hongos y bacterias, formaron el carbón que conocemos debido a esa materia orgánica. La presión de las capas superiores provocó el Hidrógeno y el Oxígeno que en compañía del Nitrógeno y Azufre crearon esa sustancia que cuando los continentes estaban unidos (PANGEA) se concentraron principalmente en lo que hoy pertenece a China e India.
El petróleo apareció mucho más tarde (entre 100 y 10 millones) debajo de los antiguos mares con la mezcla de diferentes microorganismos animales y vegetales y la presión de arenas y arcillas. No forma lagos, si no que se introduce entre los huecos existentes entre las diferentes capas de rocas.
En los últimos 400 años hemos lanzado a la atmósfera al usar estos combustibles el equivalente al que producen 522 billones de carros o sea como si cada persona de hoy fuera dueño de 65 carros. La alarma sobre estos datos la produce la ingeniera Edda Aradóttir de Reykiavik la capital de Islandia. Ella se ha empeñado en devolver a 2000 pies de profundidad el CO2 de nuestra atmósfera, mediante un sistema impresionante de tuberías. Y nos deja un mensaje. Vamos a creerle a Donald Trump que niega el calentamiento global o a ella que ha demostrado que es posible hacer vivible este planeta retornando al suelo todos los fósiles que hemos extraído de él.
