Un gremio, una asociación, un grupo laboral es un colectivo que representa la mayoría en el oficio. Que defiende cierta filosofía y ética profesional, cuando menos, que lo beneficia en lo particular, sobre todo, en estos países donde todo está tan desregulado o informal. Una pensión del Estado, una vivienda, una cooperativa… todavía estamos esperando conquistas en estos renglones para “sobrevivir” con cierta dignidad.
La Asociación Dominicana de Profesionales de la Industria del Cine (ADOCINE) no es la excepción. Los cineastas son más soñadores que oficiales gerentes para materializar planes y proyectos en su favor. Estamos aprendiendo, lo que no quiere decir que no haya quien haga el trabajo de carpintería de escribir cartas, llenar formularios de bancos, responder inquietudes de los sindicados a través de la página y organizar reuniones ordinarias para informar sobre lo que se está haciendo y lo que se hará. Todo esto pensando en crear una ADOCINE cada vez más fuerte y en donde todo los profesionales se sientan representados.
Pero ADOCINE debe servir para proteger los empleos que se produzcan a la hora de rodar un filme, que se les pague lo pactado a sus afiliados, y que se cumplan las condiciones laborales tal y como se hayan establecidos en los contratos de trabajo. Es una labor ardua de 24/7 y quien la asuma, debe saberlo por anticipado, y actuar con responsabilidad durante los dos años para los cuales fue elegido.
La actualización a través de cursos y talleres, de seminarios y congresos para renovar a los cineastas dominicanos se cae de la mata, está de más decirlo. Si no hay interacción con las nuevas tecnologías, con las formas de afrontar los géneros cinematográficos, rodar o fotografiar una atmósfera en el set, no estamos en nada, nos quedaremos atrás y los que llegan nos comerán los caramelos… y hasta los palitos de los caramelos.
Hans García, reconocido por su labor cinematográfica como productor y director, se ha lanzado a la arena como presidente de ADOCINE. Tiene un primer mandato en su haber y lo hizo muy bien. Se rodeó de un equipo de colegas que desarrollaron una agenda en favor de los miembros del conglomerado audiovisual.
En esta ocasión no tendría por qué ser diferente, la plancha que lo acompaña, algunos integrantes con experiencia en otras directivas, seguro sabrán dinamizar ADOCINE con ideas y planes renovados para catapultar a sus integrantes y por ende a la misma ADOCINE por senderos de crecimiento y progreso. ¡Adelantes colegas, el futuro es promisorio!
