El más reciente informe de la UNICEF sobre República Dominicana (28 de octubre), da cuenta de un confirmado brote de cólera en el país, desde el 20 de octubre, en comunidades donde “la población no tiene acceso a agua potable y sistema de disposición de excretas”.
Se trata del primer caso detectado en la provincia La Altagracia, en la región oriental, ya que los sistemas de agua y saneamiento se encuentran todavía afectados, después de recibir los embates del reciente ciclón Fiona.
Tras reconocer la aparición de un primer caso de cólera en el país, las autoridades de Salud Pública se adelantaron a resaltar que un brote denunciado en Dajabón, eran simplemente casos de diarrea provocados por una ameba, fueron tratados con medicamentos.
Pero la diputada Sonia Agüero, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), de oposición, testificó que: “En Dajabón hay cólera, y mucho, y Salud Pública quiere tapar el sol con un dedo”. Y dijo que no hay controles para verificar a quienes entran al país desde Haití, donde la enfermedad ha provocado numerosas muertes.
Según UNICEF, ya que en Haití se generaliza cada vez más la incidencia del brote de cólera, los dominicanos deben mostrar su preocupación, en vista de que un promedio de 27,822 personas por mes ingresa al país, a través de la frontera con Haití.
Iniciada la presente semana la prensa haitiana dice que hay más de dos mil enfermos alojados en hospitales por cólera. Y miles que no encuentran la forma de llegar a algún centro hospitalario. Y que las muertes pasan del medio centenar.
Después de más de tres años sin casos notificados de cólera, Haití confirmó que desde el 2 de octubre comenzaron a aparecer casos de la enfermedad, y muertes por ese motivo. Decenas de miles están siendo investigados y tratados por cólera en Haití. Médicos Sin Fronteras (MSF) lidera el operativo de salud en el área afectada.
En Haití, la acción de la Minustah dejó para el país un legado de más de 30 mil muertes por cólera, y más de 2 mil víctimas de abusos sexuales, entre otras violencias. Desde entonces, ni en los tribunales la ONU ha aceptado responsabilidades por esa situación, mientras ahora, ese organismo pide una fuerza militar nueva vez, para Haití.
Unos 100.000 niños haitianos menores de cinco años sufren desnutrición aguda grave, lo cual los convierte en blanco frágil de la enfermedad, y consiguientemente peligro de muerte.
También afirma que un millón, 874.792 niños, niñas y adolescentes en República Dominicana reciben agua contaminada con (Escherichia coli-E. Coli), un 54,8%. Esta bacteria es la causa de diarreas, dolores estomacales, sangrado y vómitos. En estos últimos casos hay que correr hacia los médicos y centros de salud, recomienda la Mayho Clinic.
Entre los dominicanos, según UNICEF, 506.331 niños, niñas y adolescentes del quintil más pobre no cuentan con agua y jabón para lavarse las manos y protegerse, constituyendo un 74%.
Unicef dice que República Dominicana es un escenario, en relación con el cólera, de vulnerabilidad importante por la alta movilidad humana entre haitianos y dominicanos, debido al aumento de deportaciones por parte de las autoridades migratorias de República Dominicana.
Las circunstancias de algunos comportamientos sociales contra los migrantes haitianos podrían entorpecer la demanda de atención oportuna, en los centros de salud por temor a ser deportados.
Asegura el organismo internacional que por los efectos causados por el huracán Fiona, la población de la región oriental es mantenida sin la atención de sus necesidades básicas, y el deficiente suministro de agua potable y saneamiento, en términos de cobertura, cantidad y calidad, tanto a nivel domiciliario como en los servicios públicos, lo que dificulta la prevención de la enfermedad del cólera.
Unicef reconoce que el Ministerio de Salud Pública de República Dominicana activó su plan de emergencia y enfocó las operaciones de prevención del cólera en las provincias fronterizas (Dajabón, Elías Piña, Jimaní y Pedernales) y la región oriental del país. Pero los grupos políticos de oposición niegan que esa sea la realidad frente al cólera.
