Joan Manuel Serrat lanzó la toalla a finales del 2023, se retiró a tiempo, evitándonos la amargura de verlo pelechar por los escenarios, cargando la pesada cruz de la vejez y a lo mejor el deterioro de su voz.
Deja una bonita imagen en quienes gustamos de sus canciones y ojalá, motivado sabe Dios por cuáles motivos, no se le ocurra “relanzar” su carrera, como hicieron muchos con desastrosos resultados.
En una época, Serrat y otros artistas, que colocaban la poesía como estandarte de sus composiciones, trazaron una línea, que, a pensar de la irrupción de otros ritmos ruidosos, pocos imaginativos y decadentes, se mantiene.
Serrat era (y es) el cantante de una élite de jóvenes que soñaban con un futuro mejor, abanderados de la buena música, de esa que te hace pensar al escucharla, la que se vale de imágenes poéticas para decir las cosas cotidianas.
Joan Manuel Serrat, además cantautor y compositor, es considerado escritor y poeta y por ese motivo fue premiado con la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio “por su brillante carrera y su contribución a la cultura y el arte españoles”.
Se retiró de los escenarios, pero sus canciones seguirán viviendo en los corazones de los que aspiran a una cultura que no sea del espectáculo, como bien estableció el nobel peruano Mario Vargas Llosa.
Si hay que amargarse, los discos de Serrat son para amargarse con clase y estilo, obligando al melómano a cambiar de bebida. La mayoría de seguidores de este artista español son amante del buen vino, porque es imposible escucharlo tomándose un lava gallo.
Durante 58 años, Serrat nos regaló sus profundas y hermosas canciones, la calidez y calidad de su voz, y se marcha sin necesidad de levantarse de la lona, limpiándose el traje por la estrepitosa caída.
No voy a mentir: me encantan sus canciones, pero no es un artista frecuente en mis cuitas y en la bohemia que disfruto, que acostumbro. Pero hoy quiero rendirle un homenaje (tardío quizás) y escuchar sus canciones en este viernes de bolero y karaoke.
Nació en Barcelona el 27 de diciembre de 1943 y su repertorio musical tiene influencia de poetas como Mario Benedetti, Pablo Neruda, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Antonio Machado y Federico García Lorca.
Debo confesar que como novelista fue imposible no mirar hacia su canción “Tío Alberto” y ese personaje genuino y suertudo que describe.
“Tío Alberto, tío Alberto
Qué suerte tienes, cochino
En el final del camino
Te esperó la sombra fresca
De una piel dulce de 20 años
Donde olvidar los desengaños
De diez lustros de amor
Tío Alberto”.
La biografía y la discografía de Joan Manuel Serrat es tan amplia que sería difícil hasta resumirla en este artículo.
Serrat es graduado de perito agrícola y el bachillerato optó por la especialidad de “Industrial Minera”, es decir que si la música no lo atrapa sería un hombre dedicado al trabajo del campo.
En 1965 lanzó su primer LP en catalán, compuesto por cuatro canciones: “Una guitarra”, “Ella em deixa”, “La mort de l’avi” y “El mocador”, muy poco escuchadas en el país.
Para deleite nuestro, en 1968 lanzó sus primeras canciones en español, que fueron recogidas en el disco de larga duración “La paloma”. Evidentemente que su decisión de cantar en español catapultó a Serrat y su popularidad creció, sobre todo en el país.
El álbum que gozó de más popularidad en el país fue “Mediterráneo”, que contiene las canciones: “Pueblo blanco”, “Aquellas pequeñas cosas”, “Tío Alberto”, “Lucía”, “Vagabundear”, “Barquito de papel”, La mujer que yo quiero” (que ha llevado por esa línea a otros compositores), “Que va ser de ti” y “Mediterráneo”. Todas y cada una de esas canciones fueron un éxito en la radio del país y de América Latina.
Porque supo retirarse a tiempo, por su indiscutible calidad como intérprete, poeta, compositor y hacedor de exquisita cultura, hoy quiero rendir este humilde homenaje a Joan Manuel Serrat, olvidarme del desamor que abunda en los boleros, y escuchar sus discos.
