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viernes, mayo 17, 2024

El gran vacío que nos deja Johnny Ventura

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La partida física de Johnny Ventura deja un gran vacío en la sociedad dominicana, pero sobretodo en ese pueblo sencillo y digno de mejor suerte, al que representó con tanto orgullo, y que hizo vibrar de alegría a lo largo de sus más de 60 años de carrera artística.

Johnny es considerado el más completo y versátil entre nuestros artistas, dejando una impronta que será muy difícil de igualar en el tiempo. Su muerte causó estupor y sorpresa en la clase artística a nivel local y en el exterior,

Consumado merenguero, bolerista sin igual, salsero de primera línea, compositor y arreglista, conocedor como el que más las interioridades de la buena música.

En su incursión en la política fue electo como diputado por el Distrito Nacional, y luego alcalde por esa jurisdicción.

Falleció el pasado 28 de julio, y en cuestión de minutos la prensa nacional e internacional divulgó la infausta noticia destacando la trayectoria en vida del más completo de los artistas dominicanos.

“Cuando yo me muera, yo no quiero flores, que toditos beban y que nadie llore…”

Las redes sociales y sus plataformas de comunicación masiva, Facebook, Twitter, WhatstApp, Messenger e Instagram, inundaron sus páginas con fotos, videos y mensajes de condolencias, al tiempo que destacaban las virtudes de la máxima representación del merengue.

«Yo soy el merengue, soy la inspiración de mi país, soy la alegría y soy el sentir en la tierra donde nací, yo soy el merengue, vibración de los dominicanos, el sentir del quisqueyano, la razón de su existir, soy la inspiración de mi país».

Johnny Ventura, cuyo nombre de pila es Juan de Dios Ventura Soriano, nació el 8 de marzo de 1940 en Santo Domingo. A su fallecimiento en Santiago de los Caballeros, contaba con 81 años.

«Lo mío no es nuevo, no es cosa de ahora, yo soy merenguero, hasta la tambora».

Johnny siempre aceptó con gusto poder complacer a su público que lo amaba y admiraba, tomándose fotos en encuentros ocasionales, reconociendo que era quizás la única oportunidad que tenía ese admirador o admiradora de lograr plasmar un momento de recuerdo con su ídolo.

Por estos detalles, y la euforia que provocaban sus presentaciones, sus restos también fueron velados en el sector de Villa Juana, donde creció junto a su madre, lo mismo que en el Palacio de los Deportes.

A finales de marzo de 2020, Johnny estuvo ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Centro de Medicina Avanzada (Cedimat), afectado del Covid-19. Su recuperación fue rápida, reintegrándose a sus actividades artísticas. Se desconoce si este virus dejó en su corazón daños no detectables que luego le producirían la muerte súbita.

Un año y cuatro meses después, dos horas antes de que lo sorprendiera la muerte, preocupado por los protocolos de distanciamiento y toque de queda nocturno que se han impuesto por culpa del coronavirus, Johnny escribió lo que se convirtió en su último mensaje en Instagram:

“Extraño el calor humano de mi público, vamos a protegernos para regresar pronto a la normalidad”.

En la tarde del 14 de mayo de 1998, me encontré con Johnny en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte de la capital dominicana, donde se habían dado cita miles de hombres y mujeres de diferentes estratos sociales y partidos políticos para dar el último adiós al doctor José Francisco Peña Gómez, líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), quien había fallecido cuatro días antes.

Al verlo cabizbajo, pensativo y apenado por la muerte de su gran amigo Peña Gómez, me le acerqué, y rompiendo su concentración le abordé como periodista con una sola pregunta, para escuchar su parecer sobre la muerte del líder de su partido.

Su respuesta, con voz entrecortada y lágrimas que recorrían sus mejillas me dijo. “Lo siento Rafael. No puedo. Quisiera expresar algo pero…, no puedo”.

“Señor, si vinimos para gozar, yo no creo que tan solo vinimos al mundo a sufrir y a llorar…”

Como artista, produjo 105 producciones, ganando con ellos 28 discos de oro, dos de platino, dos premios Grammy, uno Latino y otro a su Excelencia, más de 4 mil trofeos y placas de reconocimiento, 4 Congos de Oro, y primer artista dominicano en conquistar la Antorcha de Plata, en el Festival Internacional de la Canción en Viñas del Mar lo hacen ser el mejor de todos.

“Se van…, se van…, se van…”  y se fueron.

Esta fue otra de sus composiciones musicales que, aunque en principio no fue de corte político, el pueblo escogió el estribillo para sacar del poder a ritmo de merengue a los corruptos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Para las elecciones presidenciales de 2020, se modificaron las letras y se regrabó como tema de campaña electoral del partido en que militaba, la Fuerza del Pueblo.

Su muerte fue repentina, como Dios quiso que fuera, sin quebrantos, sin sufrimientos, ni enfermedad que imposibilitara su capacidad de producción musical.

Tres días de duelo nacional son pocos para la magnitud popular de Johnny Ventura.

Gracias Johnny por toda la alegría que impregnaste en el corazón de millones de dominicanos y no dominicanos a nivel mundial, motivándolos a bailar tus diversos géneros musicales.

Te recordaremos siempre con amor y respeto como lo harán tu esposa Nelly Josefina Flores hoy viuda Ventura, tus hijos, nietos y biznietos, y todo el país.

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