La Iglesia Católica no es inmune a la escasez en Cuba. Hasta las hostias, por falta de harina, escasearon hace meses.
Contrario a RD donde las relaciones Iglesia- Estado están normadas por un Concordato, que le otorga privilegios, en este país, desde su fundación en 1902, el Estado cubano siguió una política de separación entre Iglesia y Estado, quizás porque durante la guerra contra España (1868-1898), la Iglesia estuvo más cerca del poder colonial y los blancos, que de los independentistas.
Todo esto para contextualizar nuestra visita al párroco de la Iglesia de Reina, el jesuita Jorge Luis Rojas, ex párroco de la Santísima Trinidad en la capital dominicana. Un contraste del cielo a la tierra.
De tener como feligreses a católicos como los Corripio y otros acaudalados, Jorge lucha contra desafíos monumentales: atender las necesidades de una comunidad sumida en una espantosa escasez de alimentos, medicinas, y de esperanzas; está enfocado en preparar a niños y niñas para la primera comunión y conseguir que la gente retorne a la Iglesia; y empeñado en restaurar la casi centenaria parroquia del Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola, conocida como Iglesia de Reina porque así se llama la calle. No me cabrían los elogios a Jorge y a los jesuitas de Cuba por todo lo que hacen…
Pese a las tensas relaciones a partir de 1959, que provocó que los jesuitas salieran de Cuba, en 1996 Fidel Castro fue recibido en el Vaticano por Juan Pablo II, luego el pontífice le devolvió la visita en 1998, donde ofició una misa en la Plaza de la Revolución con un millón de personas; el Papa Benedicto visitó Cuba en 2012 y el Papa Francisco, jesuita, en 2015. ¡Tres Sumos Pontífices en estos años!
Así que las tensiones porque los jesuitas “acompañan” a los presos políticos por protestar por la situación de Cuba en 2021, no puede echar por la borda las filigranas de Fidel, Juan Pablo, Benedicto y Francisco…
Y como dijo un provincial jesuita la Iglesia siempre ha acompañado a los presos; apoyamos a Raúl y Fidel cuando estuvieron presos por Batista…(David Pantaleon, 2022).
