¡Fuero, fuego! El mundo se quema.
En Europa se ha desatado una ola de calor tan grande que las ciudades y los campos están cogiendo fuego, y ahora, como no alcanzan los millares de bomberos, helicópteros, aviones, corren espantados, pese a seculares advertencias.
El fuego es tan grande en Europa Occidental que ha sacado de los titulares de los periódicos, en todo el mundo, el fuego que se origina con los disparos de los terribles misiles norteamericanos y rusos en Ucrania.
El fuego destroza convirtiendo en un infierno a Europa, pero temperaturas récords también son combatidas en Estados Unidos. Ahora, con el presidente Joe Biden atrapado por el Covid.
Desde que se instaló Biden viene anunciando un eventual desarrollo de la industria eólica para producir energía, pero no cumple. Biden no llega a declarar emergencia climática, resistiendo todas las presiones que se le hacen a su gobierno para que utilice la Ley de Producción de Defensa para aumentar la producción de una amplia gama de productos y sistemas de energía renovable.
Una ola de calor y temperaturas sin precedentes superarán la marca del siglo para cientos de millones de personas en Estados Unidos, en estos días. Hay preocupación por los niveles de contaminación.
Son las profecías, apuntan los creyentes elevando sus brazos y la vista al vacío celestial.
No se trata de fake news. Es una historia de la vida real.
“La mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo son retos clave del siglo XXI. Es una cuestión que tiene que ver con el consumo de energía dependiente de combustibles fósiles.
Para tener éxito en limitar el calentamiento global, el mundo necesita cambiar a fuentes de energía limpias para transportar, calentar o enfriar. Pero la Unión Europea no se ha ocupado de eso. Más se entretiene con medidas políticas absurdas. Con todo, ellos mismos sacaban sus conclusiones en un cuarto informe desde 2013 sobre “Cambio climático, impactos y vulnerabilidad en Europa 2016”.
Cambios que se producen debido a gases que emiten a la atmósfera: quema de combustibles fósiles para electricidad, calefacción, el transporte y la industria.
Europa es la mayor responsable de la emisión de gases. Desde 2015 existe el acuerdo climático de París, cuando 195 países dijeron que unificaron criterio que cumplirían jurídicamente. Ninguno ha cumplido.
“Europa se quema bajo un sol de plomo!” titular del pasado hecho presente. En la Península Ibérica (España y Portugal), Bélgica, Alemania, Holanda, Inglaterra (el día más caluroso jamás registrado en Reino Unido), Francia, Grecia, están que revientan con temperatura en 43 grados, y subiendo. ¡Fuego! Los colosos de fuego que engullen Europa siguen sin saciarse. Calcinados cientos de miles de hectáreas en sierras, montes y laderas, y cientos de miles de personas evacuadas, en busca de algo de fresco en el aire. Como si se tratara de los estadios del infierno de Dante.
En 2021 advertían de una histórica ola de calor de hasta 45 grados centígrados en el sureste de Europa provocando incendios y muertos. Los fuegos en Turquía, Grecia, Bulgaria, Albania, Kosovo y Macedonia del Norte calcinaban fincas de bosques y destruían hogares obligando miles de evacuaciones.
¿Por qué el mundo está siendo afectado por tanto fuego histórico? Es la pregunta que teóricos y medios de todo el mundo quieren responder.
Los científicos afirman que el persistente calor extremo de este año responde al calentamiento global, porque las temperaturas son más altas que a finales del siglo XIX, antes de que se generalizaran las emisiones de dióxido de carbono y otros gases que atrapan el calor.
El infernal fenómeno meteorológico no sería posible sin el cambio climático. El calentamiento global es el incremento de la temperatura de la Tierra provocado por el aumento de gases efecto invernadero.
Explicándolo como si fuera en el aula escolar: Estos gases forman un manto alrededor del planeta que actúa de filtro de la luz solar que atraviesa la atmósfera. La Tierra absorbe una cantidad del calor procedente del sol y radia el resto de nuevo a la atmósfera. Esta radiación calorífica procedente de la Tierra, al chocar contra la capa de gases de la atmósfera (vapor de agua, CO2, vapor metano, óxidos de nitrógeno y otros), no la puede traspasar, por lo que rebota en ellos, vuelve a la Tierra y produce un incremento de temperatura. La Tierra es habitable gracias a este proceso, ya que de lo contrario las oscilaciones térmicas entre día y noche serían similares a las de los planetas que carecen de atmósfera.
Indicios del cambio climático, del calentamiento del planeta y su impacto están a la vista. El deshielo de los glaciares, los cambios de zona de distribución de plantas y animales, el aumento de la propagación de enfermedades, el blanqueamiento de los arrecifes de coral, las tormentas de mayor intensidad, las sequías y las olas de calor sofocantes, destructoras y mortales.
Ya lo sabemos.
