La vicepresidenta Raquel Peña fue enviada en visita oficial al Vaticano y recibida, allí, por el Papa Francisco, un objetivo básico del viaje de la funcionaria.
Mientras esa visita se produce, en simultáneo, la Suprema Corte de Estados Unidos acaba de suprimir un derecho incluido en la Constitución de ese país, desde 1973. Ha sido suprimido el derecho de las mujeres norteamericanas a decidir en libertad cuándo se practicarían un aborto.
Se resaltan estos hechos en paralelo, porque el presidente Joe Biden, y la banda política demócrata han lamentado y condenado la decisión del más alto tribunal de Justicia de ese país. Y en la República Dominicana el derecho al aborto ha sido sometido a largos debates a todos los niveles, incluidas las dubitativas instancias del Poder, las que se han contradicho en sus preferencias ante este tópico.
La interrupción voluntaria del embarazo (IVE) bajo diferentes condiciones, es un derecho que les asiste a todas las mujeres. Sin embargo, todavía seis países en el mundo: República Dominicana Honduras, El Salvador, Nicaragua, Haití, y Malta, y el Vaticano, siguen prohibiendo el aborto bajo cualquier circunstancia. En República Dominicana, Honduras, El Salvador se debate la legalización del aborto por tres causales: Riesgo de la madre, inviabilidad del producto y violación. En las Naciones Unidas también se oyó el lamento por la decisión judicial norteamericana.
Se estima que, en República Dominicana, se producen todos los años más de 100,000 abortos inducidos. Pese a la penalización del aborto, muchas dominicanas lo practican en forma insegura a todo riesgo. La educación sexual y la disponibilidad de métodos anticonceptivos tienen de enemigos a las iglesias del país, como las iglesias de todo el mundo. Iniciando esta contra disposición en la misma oficina del Papa Francisco, en la que fue recibida por el Pontífice, la vicepresidenta dominicana, Raquel Peña González.
El Papa Francisco, sin embargo, visto el drama mundial de los abortos, se ha decidido por no excomulgar a las mujeres que deciden abortar. Que sean los sacerdotes católicos en sus parroquias quienes concedan ese perdón, ha dicho y decidido.
En las últimas ocasiones en que los legisladores dominicanos llegaron a aprobar una reforma al Código Penal Dominicano, liberalizando el derecho al aborto, en el Palacio Nacional han preferido vetarlo.
El aborto fue aprobado en sus tres causales (por incesto, cuando la vida de la madre corre peligro y por mal formación del feto) en la Ley 550-14 que modificó el Código Penal en el 2014, ley que luego fue invalidada por el Tribual Constitucional en ese mismo año.
En su oportunidad, la primera dama Raquel Arbaje consideró que la discusión sobre la despenalización del aborto en tres causales debe ser sometida a un referéndum y que el pueblo decida.
El presidente Luis Abinader tiene su posición sobre el aborto, y lo ha dejado establecido en distintas oportunidades. Durante una entrevista con la prensa extranjera, en el 2020, Abinader dejó establecido que, aunque no está de acuerdo con que se practique “el aborto libre”, entiende que se puede permitir con “causales”. Luego ha resaltado que esa es su posición personal que no puede imponerle a nadie. “Pienso que tienen que haber causales que permitan la interrupción del embarazo”, es su criterio.
El Partido Revolucionario Moderno (PRM), partido de gobierno, llegó al poder con el compromiso de despenalizar el aborto en tres causales. Faride Raful, hoy senadora del PRM, contrariada llegó al puesto favoreciendo el derecho al aborto. Hoy está envuelta en el mayor de los silencios, como todo su partido, sobre el tema.
Cuando andaba en campaña para conseguir el puesto que desempeña como Vicepresidenta, entre otras tres funciones de Estado sobre asignadas, Raquel Peña dejó sentado que “sin antes haber una consulta a los especialistas de todas las esferas sociales es imposible que pueda estar de acuerdo con el aborto en las tres causales; yo soy una mujer pro vida y lo que se necesita es preservar la vida del feto, del bebé pero también la vida la madre”.
La vicepresidenta Peña González salió del país hacia Italia y el Vaticano, medio de incógnito, dejándolo saber en sus redes personales. Ya en su lugar de destino, como profunda militante del catolicismo, si se confesó con el Papa Francisco, nunca se sabrá. Sí quedó claro que trae bendiciones papales para todos los dominicanos, de las que adelantó el aviso, estén o no estén de acuerdo con el libre aborto. Como claro quedó, asimismo, que el Papa Francisco ha sido invitado de manera oficial por el gobierno dominicano, y si viene con su silla de ruedas, sería en un año de pre campaña electoral a todas luces reeleccionista, para que venga al país. Un país enredado, como enredado es el tema ese del aborto libre, tema sólo aclarado por los miles de mujeres embarazadas o no, a todo riesgo, que exigen, ese ángulo libertario y humano que les niega el universo del oportunismo.
