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lunes, abril 29, 2024

Terrorismo en Capitolio revela presencia de monstruo que destruye a EEUU

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SANTO DOMINGO.Los acontecimientos ocurridos en el Capitolio de Washington en el marco del conflicto electoral vigente, mantienen a esa sociedad azorada, aterrorizada, ya que son demostrativos de la presencia de un monstruo social que viene destruye gradualmente a la gran potencia del Norte, conocida como Estados Unidos de Norteamérica.

El liderazgo estrafalario de Donald Trump es real ya que en su temperamento de raro espécimen se ven retratados núcleos mayoritarios de esa sociedad en franca descomposición.

Durante largos años se viene estudiando lo que se le ha dado el nombre de “Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)” una enfermedad consecuencia de las guerras promovidas por Estados Unidos alrededor del globo terráqueo todo el tiempo. Enfermedad que se esconde en sus calles en la presencia de millones de veteranos de esas guerras convertidos en protagonistas de las acciones más inverosímiles.

El TEPT aparece en el 1982  como resultado de la presión de un grupo de veteranos de guerra norteamericanos que participó en la guerra de Vietnam. Es un conjunto de síntomas que constituyen una forma de respuesta biológica universal del ser humano ante un hecho traumático. Así lo definen los científicos de la siquiatría.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) fue reacia a aceptarlo, hasta 1994, cuando se comprobó que no eran los efectos de un grado de alta tensión, sino de un trastorno agudo desarrollado en protagonistas de las guerras que lo padecían por su acción en helicópteros, olores, por su participación en Kosovo, Irak o Afganistán de donde salen tremendamente estresados.

Es por eso que las de la nación Norteamericana están llenas de ex miembros de sus fuerzas armadas, como las calles de todos los países con militares que han participado en guerras.

Son ciudadanos atendidos como veteranos por afecciones similares en las distintas naciones. Estados Unidos ha participado con sus ejércitos en miles de batallas y guerras, partiendo de la I Guerra Mundial, II Guerra Mundial, guerra de Vietnam, guerra del Golfo Pérsico, en Afganistán, Irak, Siria.

Han sido los escenarios y campos de batallas para los ejércitos de norteamericanos, arrojando miles y miles de veteranos que llegan a su país con distintas dolencias siquiátricas.

Esos ex militares, regularmente, según todas las investigaciones médicas disponibles, son pacientes que son tratados por Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) que estudios de esta patología han resultado de gran importancia para la Medicina Militar.

Ex militares que se reinsertan en su sociedad natural y siguen aferrados a líderes políticos y de otra índole que los mantienen mentalmente apegados a los antecedentes que dieron origen a sus dolencias. Póngasele el nombre Donald Trump, para el caso que estamos viendo.

Los síntomas de sus enfermedades han sido identificados y diagnosticados como neurastenia, trastornos de acción del corazón, shell shock, corazón irritable, síndrome del esfuerzo, dispepsia, síndrome de esfuerzo, síndrome post-combate, psiconeurosis, pesadillas, flashbacks, trastorno adaptativo de la vida adulta, síndrome del Golfo Pérsico, y Síndrome tormenta del desierto.

Abundan los suicidios de soldados estadounidenses, tantos que a veces son más las víctimas de estos suicidios que la misma cantidad de muertes generada en los campos de batalla. Por ejemplo, el número total de soldados que se suicidaron desde que volvieron de Afganistán supera a la cantidad de militares muertos en combate allí, cita la publicación BBC. Ya escasean los especialistas suficientes para tratar a los militares que sufren de desórdenes mentales al volver de la guerra, quienes acuden al Departamento de Asuntos de Veteranos en busca de ayuda médica.

Veterana lidereada por Trump

Por eso, no ha sido raro que en las manifestaciones en favor y en contra de Donald Trump, un guerrero por antonomasia, encontrar no una, sino muchas víctimas de su militancia en distintos conflictos armados internacionales, representando a su país.

De ahí que una de las víctimas del tumulto del asalto motivado por Trump en el Capitolio de Washington, haya sido una veterana de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.

 Babbit
Babbit

Murió de un tiro anónimo al participar obedeciendo al mandato del presidente de la República en un asalto a la sede del Congreso, en pleno centro de la capital Washington. Las autoridades confirmaron que la policía del Capitolio le disparó. El video del incidente muestra a la mujer envuelta en una bandera de Trump, cubierta de sangre, tendida en los pasillos del Congreso.

Ashli Babbitt: la mujer tiroteada era veterana de la Fuerza Aérea, había sido fotografiada en actos de apoyo a Trump con vestimenta con el símbolo de QAnon, grupo de extrema derecha fundamentalista. Esta gran admiradora de Trump viajó desde San Diego a Washington. Tras agotar 14 años de servicio en los que realizó cuatro despliegues y tuvo un «alto nivel» de acceso de seguridad.

QAnom, conozca eso

QAnon es una teoría muy expandida y completamente infundada que dice que el presidente Trump está librando una guerra secreta contra pedófilos de las élites del gobierno, las empresas y los medios de comunicación de norteamericanos que adoran a Satanás.

Ahora mismo, el Congreso de Estados Unidos tendrá una legisladora que cree en la teoría de la conspiración QAnon: la republicana Marjorie Taylor Greene ganó un escaño en la Cámara de Representantes por el estado de Georgia en las elecciones recientes.

Marjorie Taylor Greene

Este acontecimiento estará llenando de horror a la sociedad norteamericana que ignoraba que en su vientre se ha estado desarrollando desde siempre un mundo raro compuesto por la presencia de Estados Unidos como potencia pervertida de influencia global que arrastra los efectos de su acción hacia su mismo cuerpo social.

Marjorie Taylor Greene
Marjorie Taylor Greene

QAnom es uno de una multitud de grupos estrafalarios que necesitaban un líder estrafalario posesionado del poder de las instituciones del país a quien hay que obedecer en nombre de esas mismas instituciones. Y ese líder de ocasión lleva el nombre de Donald Trump, pero podría ser otro que aflore en cualquier momento. Es esa la realidad que le está costando a la gran nación del Norte, Estados Unidos de Norteamérica, la desfiguración de su rostro que llevaba escondida.

No fue sólo un muerto, a saber, sino cinco los fallecidos en el suceso del Capitolio de Washington. Y decenas de golpeados y heridos, casi todos miembros de la Policía. Policía que también es víctima de no conocer su realidad. O tal vez, posesionada no de ingenuidad, sino por tener inserta en su seno a los activistas de QAnom, entre otros grupos supremacistas, blancos, o negros que también los hay.

La víctima muerta de un tiro en el asalto al Capitolio, Ashli Babbitt . (Fuente: KUSI News (San Diego).

Llamativo es que los familiares de la Babbit declaren que no saben por qué esa ex militar estaba involucrada en primera línea de los tumultos. El tiro la alcanzó en el interior del edificio del Congreso norteamericano, en medio de la confusión tumultuosa.

Debate sobre terrorismo

El presidente electo Joe Biden, al referirse y condenar el asalto al Capitolio en Washington lo definió como “terrorismo doméstico”, al tiempo que acusó al presidente derrotado saliente Donald Trump de dirigir e instigar esa denigrante acción. “No se atrevan a llamarlos manifestantes”, dijo Biden en tono de enfado. “Eran una turba desenfrenada. Insurreccionistas. Terroristas domésticos. Es así de básico. Es así de simple”, recalcó.

Pero la alcaldesa del Distrito de Columbia, donde está ubicada la sede del gobierno norteamericano, Muriel Bowser, calificó el asalto al Capitolio como «terrorismo de libro de texto».

Y hasta los seguidores de Trump, como el senador republicano de Texas Ted Cruz, aliado clave del presidente Trump en el Congreso que ayudó a legitimar las infundadas teorías de conspiración sobre las elecciones que llevaron a la violencia, calificó el ataque como «un despreciable acto de terrorismo».

Otros han preferido aludir al vergonzoso y peligro acontecimiento como acto de insurrección o de sedición.

O sea, que en unos Estados Unidos que se están espantando de su propia sombra en estos momentos, lo ocurrido en su Capitolio, fue algo similar a lo que tantas veces el Departamento de Estado ha dicho que protagonizan otros, por ejemplo las acciones vistas en términos políticos, como las del Islam radical.

Terroristas eran según el presidente George . Bush los que llamó “eje del mal”: Corea del Norte, Irán, Irak.

Tal vez, ahora, en Norteamérica la gente pueda diferenciar lo que es terrorismo y concretar el concepto, antes de asignárselo a los gobiernos de Cuba, o de Venezuela, como ha sido lo usual para tratar de justificar, nunca explicar, lo radical del tratamiento que da su gobierno a esos países que considera competencia y disidentes.

Habría que ver cómo define este suceso el FBI, organismo parte del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, que ya dijo está investigando minuciosamente para determinar la naturaleza e identidad de quienes protagonizaron lo que para el nuevo presidente sencillamente es terrorismo.

La Ley Federal tiene muy bien clasificado lo que a juicio institucional es terrorismo internacional. Pero es que en el presente caso se habla de terrorismo doméstico que violentó la Ley Federal. Así, no hay que averiguar más: el ataque al Capitolio fue una acción terrorista. Y ha sido Trump quien al arengar a estos asaltantes les ha dicho que “los amamos, son muy especiales”.

Es importante saber que el FBI ha acudido a los medios de prensa, ahora,  en busca de ayuda para su trabajo, según lo dijo Christopher Wray, director del organismo en un comunicado público. En eso anda también el Departamento de Policía del distrito de Columbia.

Es a Trump a quien los demócratas que en términos electorales lo masacraron, quieren expulsar de la presidencia antes que termine su período, antes que concluyan los días que le quedan, en nombre de lo que allí se denomina la Enmienda 25 de la Constitución.

Quién es quién

Las fuerzas del orden y los detectives de Internet están identificando a los asaltantes del Capitolio, escudriñando su presencia en las redes sociales. Porque de esos actos, alguien, aparte de Trump, tiene que resultar responsable. Son cuatro muertes y decenas de heridos, aparte de la destrucción de múltiples bienes públicos. Y eso, no se va a quedar, ahí.

Las actualmente siempre presentes redes sociales tienen atrapadas en miles de fotos y videos de fácil identificación a protagonistas de los hechos difundidos por ellos mismos. En este vínculo entregamos materiales difundidos por las autoridades norteamericanas, en su búsqueda.  (https://mpdc.dc.gov/sites/default/files/dc/sites/mpdc/publication/attachments/POIs%20of%20Interest_1.7.21.pdf)

El siguiente registro ha sido preparado con materiales difundidos por el sitio “Vox Media”, y recogidos en la web https://www.quicknews.ai/#top, que difunde noticias y otros materiales en boletines gratuitos:

El abogado Paul Davis fue despedido de la empresa Goosehead Insurance, donde trabajaba por aparecer en una foto captado en el asalto. Tim Gionet, dirigente del supremacismo blanco Baked Alaska fue visto en un video captado en el capitolio buscando un teléfono supuestamente para llamar a Trump. Un hombre que aparece en fotos retratado con un sombrero con cuernos y pintura facial en su cuerpo ya fue identificado como El hombre con cuernos es conocido como Jake Angeli, de Arizona, un partidario de QAnon, organización de extrema derecha. Richard “Bigo” Barnett, de Arkansas, fue el hombre que se posesionó de la oficina de la jefa de la Cámara de Representantes, y luego dijo que allí usó la silla de la política y funcionaria “para rascarse las pelotas” en declaraciones al New York Times.

El hijo de un juez de la Corte Suprema de Brooklyn, Aaron Mostofsky fue fotografiado, con ropas e insignias de policía. Joe Visconti, de Connecticut, quien se postuló para gobernador en 2014 difundió su propia foto en redes, igual que exrepresentante del estado de Pensilvania, Rick Saccone. También Derrick Evans, un miembro republicano recién juramentado de la Cámara de Delegados de Virginia Occidental. El Bradenton Herald ha identificado la foto de Adam Johnson, de Florida.

El FBI se está valiendo de las redes Instagram, LinkedIn, Etsy y Poshmark

para su trabajo de identificación de participantes en el asalto. El fiscal federal interino para el Distrito de Columbia, Michael Sherwin, dijo que ya tienen a cincuenta y cinco identificados.

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