Un verdadero revuelo que no se disipa ha provocado el pedido de ayuda militar externa armada hecho por el primer ministro de facto haitiano, Ariel Henry, para poder mantener el control de su tambaleante gobierno.
Tras varias semanas de violencia callejera exigiendo comida, agua y que el primer ministro deje el puesto, una resolución de lo que en Haití se llama hoy, Consejo de Ministros de facto, del jueves 6 de octubre, autorizó la intervención extranjera en ese país. El grito de auxilio fue difundido por el diario oficial Le Moniteur, el 7 de octubre.
En República Dominicana el presidente Luis Abinader insistió en que Haití requiere de una fuerza externa para imponer la paz en su territorio, aunque advirtió que el país no se integraría, por razones históricas, a tal medida, a no ser en el nivel diplomático. Pero sí, el presidente Abinader, anunció la compra vehículos y aeronaves militares para reforzar las capacidades de defensa del país.
En Washington, el Departamento de Estado norteamericano difundió el sábado 8 de octubre, por su portavoz Ned Price, que “estamos analizando el pedido del Gobierno de Haití en coordinación con socios internacionales para determinar cómo podemos prestar más apoyo para contribuir a abordar la escasez de combustible y las limitaciones de seguridad en Haití”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, según el diario haitiano Le Nouvelliste, se expresó “preocupado» por la situación en Haití, y exhorta a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad a considerar de manera urgente la solicitud del gobierno haitiano para el despliegue de una fuerza armada internacional especializada en Haití y alienta a los actores haitianos a un diálogo inclusivo diálogo con miras a trazar el futuro, dijo su portavoz, Stephane Dujarric, el domingo 9 de octubre de 2022.
Guterres insta a la comunidad internacional, incluidos los miembros del Consejo de Seguridad, a considerar urgentemente la solicitud del gobierno haitiano de desplegar de inmediato una fuerza armada internacional especializada para responder a la crisis humanitaria, incluso asegurando el libre flujo de agua, combustible, alimentos y suministros médicos desde los principales puertos y aeropuertos hasta las comunidades y los centros de salud”.
Guterres presentó ayer al Consejo de Seguridad una carta en la que se describen las opciones para mejorar el apoyo a la seguridad en Haití, tal como lo solicitó el Consejo en su resolución 2645 (2022).
Haití, que enfrenta un brote de cólera en medio del agravamiento de la seguridad se mantiene paralizado, con un bloqueo de la terminal petrolera de Varreux, lo que + paralizó los servicios esenciales necesarios para evitar la rápida propagación de la enfermedad, incluida la distribución de agua potable.
En la OEA, 19 países se mostraron a favor de ayuda de seguridad para Haití y de un acuerdo político entre haitianos.
Pero en Puerto Príncipe, la petición de fuerzas externas del gobierno de facto, suscitó alarma y calificativos de rabia y condena, llamando el reclamo como traición a la patria de Dessalines. Al mismo tiempo, se anunció que hace dos días, la pandilla identificada como Izo atacó entrando por mar a la capital y extendiendo el control sobre Puerto Príncipe.
El mismo periódico Le Nouvelliste, un medio conservador haitiano se mostró molesto en un editorial en el que expone que “la pregunta hoy, cuando el gobierno haitiano debe implorar sin plan ni proyecto la llegada de una fuerza armada especializada, no es saber si hubiéramos podido evitar esta nueva aventura en el país sino cómo hacer para evitar una vez más que acabe con la desventaja del país”.
El diario iciHaití.com supone que “entre los que se oponen están entre otros: los que quieren llegar al poder sin pasar por elecciones, los que aprovechan la situación actual para enriquecerse, los legalistas que denuncian la ilegalidad de la decisión, los políticos, que ven en esta decisión la oportunidad de ponerse en el punto de mira, de los que claman por injerencia en los asuntos de Haití o de los que ven la culminación de un complot…”
Camille Chalmers, economista, profesora universitaria y directora de la Plataforma de Incidencia Haitiana para el Desarrollo Alternativo (PAPDA) en Haití, dijo que la solicitud del Gobierno es el resultado de un “caos fabricado para justificar la ocupación […] Todo es una estrategia de preparación. Hay una forma de organizar el caos para llevar al límite a la población y exigir una ocupación militar”.
Fritz Alphonse Jean, ex gobernador del Banco de la República de Haití (BRH), sugerido presidente electo del Acuerdo de Montana, un grupo que se presenta con una opción conciliadora con apoyo de Estados Unidos, calificó de vergonzoso que en 2022 la gente esté pidiendo una intervención militar internacional en Haití.
Steven Benoit, primer ministro electo del Acuerdo de Montana, que propone como presidente provisional a Jean, dijo: “Damas y caballeros, ministros del régimen PHTK #3, acaban de cometer un delito de alta traición. Prepárate para pagar las consecuencias de este horrible crimen. La violación de la ley es “siempre ‘temporal’ agregando ‘nuestra querida constitución (1987), la real, sin enmiendas) acaba de ser pisoteada nuevamente. Los delincuentes pagarán caro sus paquetes”.
Pierre Espérance Coordinador General de la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), ve en esta decisión “una “traición” a la Nación. Para él, el objetivo del primer ministro Henry y el PHTK es solo “la consolidación de su poder, la impunidad y la corrupción”. Pierre Espérance afirma que Ariel Henry y el PHTK han creado ellos mismos esta situación en el país para solicitar esta intervención militar.
Según el Dr. Guibert Barthelemy, hablando el sábado en el programa «Ranmase» La coalición en el poder al autorizar el desembarco de tropas extranjeras en territorio nacional, en flagrante violación del artículo 263-1 de la Constitución, colocó a Haití «en la fase operativa de un genocidio planificado».
El exsenador Moise Jean-Charles, líder del Partido Político de oposición radical ‘Piti Dessalin’ sugirió que el tercio del Senado declare a «Ariel Henry, apátrida» subrayando que la OEA no puede en ningún caso pedirle a Ariel Henry, líder de facto, que comprometer a la Nación sin un consenso haitiano.
El Sector de Transporte Terrestre de Haití (STIH) y otros sindicatos del transporte como (APCH), Propietarios de Vehículos del Bajo Artibonite (SCPVBA), la Federación Nacional de Transporte y Trabajadores de Haití (FENATRATH) “condenan la decisión del gobierno del Primer Ministro Ariel Henry pedir a los soldados extranjeros que pisen el suelo de Papa Dessalines, lo que calificamos de traición a la patria”, “Condenamos la conducta del Gobierno que no apela a la sabiduría para escuchar la voz del pueblo haitiano en la calle, sino que pide ayuda internacional para que vengan soldados extranjeros a ayudarlo. »
Haití, desde 1697 hasta 1804, fue una colonia de Francia y muchas de las personas que vivían en la isla eran esclavos africanos importados por los colonos franceses. Las ocupaciones militares y los múltiples desafueros cometidos por Estados Unidos y otras potencias, en perjuicio de Haití, como la dictadura de Duvalier respaldada por Estados Unidos, los golpes de estado en 1991 y 2004, son causas reales de la situación que hoy padece la nación haitiana.
En su resolución del 15 de julio de 2022, que prorrogó el mandato de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (Binuh), el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) solicitó al gobierno haitiano que le presente, a más tardar el 17 de octubre de 2022, un actualización sobre las consultas para “un acuerdo urgente”, con miras a la organización de “elecciones presidenciales y legislativas inclusivas, pacíficas, libres, justas y transparentes”.
Parece que hacia allá mira el clamor del secretario general de la ONU, Guterres. Habrá que esperar.
