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sábado, mayo 4, 2024

¿Preocupa a Biden presencia china en RD? Con Abinader, no.

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China es preocupación para Estados Unidos y su presidente Joe Biden, en todas partes. En República Dominicana, según buenos abogados, a confesión de parte, relevo de pruebas.
El señor Antony J. Blinken es el principal asesor del Presidente Biden, en asuntos exteriores, a juzgar por los brincos que da por todo el mundo, llevando papelitos con mensajes a nombre del gobernante.
Blinken parece un trabajador sin descanso para su Presidente, a través del Departamento de Estado, que incluye el Servicio Exterior, el Servicio Civil y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Sólo hay que rastrearlo en su labor global. En América Latina.
En la República Dominicana, Blinken junto a la Administradora de la USAID Power, Samantha Power, ya destacaron el progreso y las reformas democráticas en la República Dominicana. Lo hicieron durante la 78 Asamblea General de la ONU.
En evento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Blinken y la Power, en alianza con las fundaciones Ford y Rockefeller, convocaron a organizaciones filantrópicas y al sector privado a invertir en la República Dominicana y en otros países que están experimentando democracias más sólidas.
La idea puesta en marcha es crear un nuevo Centro de Emprendimiento en la República Dominicana para permitir que más pequeñas y medianas empresas tengan acceso a los mercados internacionales y puedan aprovechar los beneficios del comercio global.
La gran nación del Norte, Estados Unidos, no quiere roce de América Latina con la República Popular China. Ese es un hecho. En República Dominicana, sin embargo, todos quieren fortalecer la relación con una China que no escatima esfuerzo para lograrlo.
Decía Luis Almagro, ladino secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), pidiendo un “compromiso más fuerte” de Estados Unidos con Latinoamérica cuando apareció el COVID entre nosotros, para entregar vacunas y no ceder el espacio a Rusia y China. Eso fue mandado a decir, ante el Comité de Relaciones Exteriores del Congreso norteamericano. Pero no se oyó el susurro.
Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM), llegaron y no tenían nada que esconder, dijeron que las relaciones que encontró con China serían modificadas sólo por razones de una necesidad geopolítica: hacerlas coincidir con las estrategias norteamericanas.
China trajo la vacuna contra el coronavirus, un instrumento más que estratégico para la nación dominicana.
El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo de Abinader, Miguel Ceara Hatton fue quien anuncio que China está facilitando al país un aporte de dos mil millones de pesos (200 millones de yuanes), y que no es un préstamo, sino una contribución del gobierno chino para ser invertidos en áreas por definir por parte del gobierno dominicano. Se trata de una cooperación del gobierno chino, tal como lo hacen otras agencias de la Unión Europea, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo, y otras agencias”. Es cooperación económica y técnica. No es reembolsable. Todo en un marco definido como de solidaridad de pueblos hermanos. Eso estaba pendiente desde octubre del 2020.
El 17 de noviembre de 2020, Abinader y su Canciller habían firmado el compromiso con los Estados Unidos, para “salvaguardar la seguridad nacional de ambos países”, excluyendo a suplidores de equipos y tecnología 5G que sean considerados de “alto riesgo”. La participación de República Dominicana en la Red Limpia que predicen los norteamericanos allana el camino para la expansión de las inversiones del sector privado estadounidense y fortalece las garantías mutuas para socios de la región y de otras partes del mundo con ideas afines”, dijo Keith Krach, al firmar con Abinader. No importa que los chinos digan que la red de telecomunicaciones que quiere Norteamérica es una red sucia, discriminatoria y politizada, como grito el embajador chino de entonces en el país, Zhang Run.

Xi Jinping, presidente de china
Xi Jinping, presidente de china

Fue después de eso que el mismo embajador se alineó codo con codo con la vicepresidenta de la República, Raquel Peña, para recibir agradeciendo que China le salvara la campana al país vendiéndole a 19 dólares, un segundo embarque de un millón de vacunas. Vacunas traídas de emergencia en vuelo sin escala en un carguero chino. Más, un regalito de 50 mil vacunas y miles de jeringuillas como insumo para la vacunación de los dominicanos. Fue el segundo embarque, ya que en el primero vino uno de 768 mil dosis. Entre las gentes que se vacunó, está el autor de este artículo quien recibió tres dosis, y adiós Covid, que pasó de largo.
Alianza es con EEUU
Entonces, Abinader puso más claras las cosas. Dijo que “Si China quiere invertir en áreas no estratégicas del Gobierno dominicano, es bienvenida su inversión, pero la decisión del Gobierno dominicano es tener una alianza estratégica con los Estados Unidos”. Las áreas estratégicas definidas por el gobierno son los puertos, aeropuertos y las telecomunicaciones.
Los norteamericanos insisten en que la ofensiva de los chinos no es más que “neocolonialismo que usa la República Popular China al momento de invertir en algún país, además del uso del ADN de la gente”. Afirmó el director ejecutivo de la Corporación Financiera de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (DFC), Adam Boehler.
Los policías dominicanos de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett), patrullan, hace mucho tiempo, cabalgando en motocicletas de alto cilindraje donadas por la República Popular China.
Los gobiernos tienen necesidad de sucederse unos a otros en la acción. Fue Danilo Medina quien decidió romper relaciones con Formosa, Taiwán, en 2018, y establecerla con la República Popular China, dejando atrás unas relaciones que el país heredó de la tiranía de Rafael Trujillo.
Ellos lo hacían así. Abinader lo hace asá. Sólo es cuestión de estrategia y soberanía. Y es que como dicen los que saben, “el mundo está cambiando”. Y parece que esos cambios se están llevando por delante muchas hipocresías.
¿Por qué los chinos no son preocupación en Haití, aunque sí su presencia se siente en todo lo que toca a Haití?
¿Por qué China y Rusia se aproximan tanto para evitar choques fatales?
Xi Jinping y Vladímir Putin se acercan: ¿Qué significa eso para el mundo? En lugar de distanciarse de Putin por su guerra contra Ucrania, Xi redobla su apuesta por el autócrata ruso, vigilante para no apartarse mucho de Israel ahijado de Estados Unidos. Así, Rusia depende cada vez más de China como salvavidas económico, militar y geopolítico. ¿Qué quieren conseguir Xi y Putin?
Hace ya decenas de años que China ocupa un lugar preponderante en el comercio exterior de América Latina. Esta región ha adquirido una creciente importancia en las relaciones comerciales con China, que, a su vez, ha estado invirtiendo cada vez más dinero en esta zona del mundo. Inversiones que van dirigidas a infraestructura física, la explotación de recursos naturales y las plataformas exportadoras de materias primas.

Vladimir Putin
Vladimir Putin

Hoy día, Estados Unidos está preocupado como nunca por la influencia china entre los latinoamericanos. Taiwán que mantenía la espina dorsal económica y comercial con la región ha sido expulsada y substituida por la República Popular China, simplemente China.
Según el Boletín Económico China-América Latina y el Caribe, edición 2023, en 2022, el comercio de ALC con China volvió a aumentar a niveles récord: la región exportó aproximadamente 184 mil millones de dólares a China e importó aproximadamente 265 mil millones de dólares en bienes a cambio.
El déficit comercial de ALC con China alcanzó un nivel récord por segundo año consecutivo, del 1,4 por ciento del PIB regional.
ALC siguió aumentando su participación en el mercado chino para algunos productos básicos (incluidos el hierro, el cobre y la carne vacuna), pero las compras de productos chinos en ALC crecieron a un ritmo aún más rápido.
En los últimos 20 años, China ha ganado importancia como mercado de exportación regional, mientras que ALC ha dejado de depender en gran medida de los mercados de Estados Unidos y Europa.
Por ejemplo, Chile, Perú y Brasil exportaron principalmente a la Unión Europea en 2001, pero cambiaron a China en 2021. No obstante, durante los últimos 20 años, la mayoría de los países de ALC han diversificado sus exportaciones entre EE. UU., la UE y China, en lugar de centrándose en un socio comercial.
Ecuador y China concluyeron negociaciones en diciembre de 2022, mientras que Uruguay anunció la conclusión de un estudio de viabilidad para un acuerdo de libre comercio (TLC) en julio de 2022.
La financiación china para el desarrollo de ALC se recuperó ligeramente en 2022, hasta los 813 millones de dólares, con tres nuevos préstamos para los sectores de transporte y finanzas en Barbados, Brasil y Guyana.
Ecuador y China reestructuraron 3.200 millones de dólares en préstamos y ampliaron los plazos de entrega de petróleo para los préstamos respaldados por petróleo de Ecuador. El alivio de la deuda de Surinam, el país de ALC con la mayor deuda bilateral con China/PIB (18 por ciento), espera con urgencia el inicio de las negociaciones de reestructuración de la deuda.
Los anuncios chinos de nuevas inversiones (greenfield) disminuyeron ligeramente a 3.500 millones de dólares en 2022, mientras que las fusiones y adquisiciones chinas de inversiones existentes en ALC crecieron a 2.300 millones de dólares en 2022 desde 900 millones de dólares en 2021.
Tanto la inversión nueva como la de fusiones y adquisiciones se centraron en cadenas de suministro emergentes en las industrias de energía renovable y vehículos eléctricos (EV), incluida la extracción de litio y la fabricación de baterías y vehículos eléctricos.
Por segunda vez en la historia regional, una empresa china presentó un caso de resolución de disputas entre inversionistas y Estados (ISDS) contra un gobierno de ALC.
La empresa de recursos minerales Junefield presentó una solicitud de arbitraje ad hoc en octubre de 2022 después de que un tribunal ecuatoriano detuviera las operaciones mineras en la mina de oro Río Blanco por violaciones del derecho de las comunidades indígenas locales a la consulta previa.
Argentina anunció que se había unido a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) en febrero de 2022 y ha hecho propuestas para unirse al grupo BRICS, mientras que la apertura de relaciones diplomáticas de Honduras con Beijing en 2023 indica un calentamiento diplomático continuo.
De cara a 2023, es probable que las relaciones entre China y ALC vean avances en la finalización de los TLC con Ecuador y Uruguay. En particular, Bolivia ya ha anunciado un acuerdo de mil millones de dólares para el desarrollo de litio con un consorcio chino.
Copiamos de los expertos en el tema: “Una visión compartida de las potencialidades que brinda la profundización de las relaciones con la China y las economías del Sudeste asiático, debería expresarse en objetivos claros referidos al aumento sostenido de la productividad, las mejoras en cuanto a la calidad de la infraestructura física, el transporte y la logística, así como el fortalecimiento de las instituciones, los progresos en educación y el impulso a la innovación tecnológica. El texto parecería tomado de recientes cónclaves convocados por el Departamento de Estado de Estados Unidos. Más no lo es. Habría que buscarlo en las conclusiones de aquel Seminario Internacional promovido hace ya diez años por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), sobre “América Latina y sus relaciones con China en un mundo en transformación”.
Los norteamericanos ya tienen su visión sobre el esfuerzo chino en penetrar económica y tecnológicamente en Latinoamérica. Hoy día, ya también entienden el esfuerzo de China, en ese sentido. Lo que falta, y andan en busca de ello, es en afinar la puntería para evitar lo que ya hace años ocurre: China va muy lejos en su influencia en la región de Latinoamérica. Con el Cono Sur, Centroamérica, la Región Andina, CARICOM y con México y Brasil.
Podría ser un poco tarde para contener no sólo a China, sino a todas las economías de la zona Asia-Pacífico que están siendo arrastradas en ese esfuerzo hoy convertido en un interés geopolítico.
Janet Yellen
Entre otras razones, es por eso que la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, ha puesto empeño en explicar lo que busca el gobierno de Biden, cuando éste proclama ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que su país quiere diversificar las cadenas de suministro con socios y aliados confiables, al tiempo que también esboza una estrategia que dice tiene “enormes beneficios potenciales para impulsar el crecimiento en América Latina y el Caribe”.
“Las empresas latinoamericanas tendrán cada vez más oportunidades para liderar áreas de energía limpia, también creando cadenas de suministro usando litio extraído en la localidad para producir baterías”, según la Yellen. También se refiere a las farmacéuticas y de equipos médicos para crecer e innovar; producir chips automotrices para vehículos eléctricos, con apoyo del BID con subvenciones y préstamos
Hay grandes preocupaciones con China y Latinoamérica. Un análisis del Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston reporta que “en 2022, el comercio de América Latina y el Caribe con China aumentó a niveles récord, exportando aproximadamente 184.000 millones de dólares en bienes a China e importando un estimado de 265.000 millones de dólares en bienes”.
China está instalada en relaciones bilaterales latinoamericanas en El Salvador, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, México, Argentina, Venezuela, Chile, Ecuador, Costa Rica, Cuba, Uruguay, Bolivia, y Perú. Ya se anuncia que Yellen viajará con frecuencia a Sudamérica y América Latina el próximo año debido a la presidencia de Brasil del G20.
Haití no cuenta, conocida su situación de ausencia de un gobierno incapaz de tomar cualquier decisión. Rusia tiene su embajada instalada en Puerto Príncipe. Y China hace acto de presencia en el Consejo de Seguridad de la ONU, siempre que se toca el tema haitiano, sobre todo, imponiendo su criterio sobre el control de armas de fuego.
Los intereses fundamentales de China en América Latina incluyen las materias primas, mercados para sus manufacturas y terminar de debilitar a Taiwán, en la región en su disputa por el reconocimiento diplomático. Tales fines se logran con cada vez más eficiencia, si calzan con lo económico.
Para los dominicanos, lo importante es que lo estratégico ya fue definido con claridad, y pactado. Y la estrategia coincide con Estados Unidos. Por eso, Abinader, riendo hasta la muela de atrás, no tiembla cuando China no entiende el inglés de Harvard.
Abinader todavía tiene voz para seguir hablando inglés desde el púlpito de Washington.

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