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miércoles, mayo 1, 2024

Duarte y la Constitución

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Rosa Duarte dejó su testimonio de que su hermano Juan Pablo, cuando escribía el borrador de la que sería la Primera Constitución de la naciente República Dominicana, montó en cólera, porque al afina con su grupo de trinitarios, el concepto constitucional de la unidad de las razas, algunos presentes le contradijeron. Y rompió, incómodo, el texto ya escrito en un papel azuloso del que se usaba en contabilidad, en aquel tiempo.

Juan Pablo golpeó con su puño, la mesa en la que sus compañeros de la Junta Gubernativa ya habían firmado para entregar la Bahía de Samaná a los franceses, a cambio de una limosna económica, mientras les cedían el control gubernamental de aquel pedazo de isla. Y dijo: “Yo no firmo eso, carajo”. Ahí, se cayó el proyecto. Hasta Sánchez, ya había firmado arrastrado por los afrancesados.

Y cuando el gobierno provisional, el primer gobierno, lo hizo General de Brigada, (rango no gratuito, ya que traía el de Coronel obtenido, en el Ejército haitiano de ocupación), le entregó cien pesos para costearse la jornada, y lo envió con su Estado Mayor a remover a Pedro Santana de la hamaca en que estaba hundido, somnoliento y ladino, en un monte de Baní, Juan Pablo fue reclamado a reportarse a Santo Domingo.

Entonces, como sólo había gastado con su tropa, una parte de los fondos, devolvió, también en papel de contabilidad del que usaba su padre Juan José, en su almacén de La Atarazana, en la época, los 83 pesos que todavía le quedaban, ya que no los había usado. ¡Cuánta honradez! ¡Cuánta honestidad para herencia obligada!

Así era Juan Pablo con los principios que acomodó en su cabeza hasta dejar constituida la nueva Nación, en cada momento en que se le quería imponer ideas contrarias a su liberal, pero rígida concepción de lo que es hoy nuestra República Dominicana.

Cero racismos. Cero entregas a ningún tutelaje colonial. Hoy somos como él lo estableció: soberanos. Por lo menos hasta donde es posible imponerles sus principios a los vende patria de siempre.

Ah, Juan Pablo Duarte. Hoy tenemos el rastro de tu Constitución. Loor a tu memoria.

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