La escogencia de Francisco Javier García Fernández como jefe de campaña del candidato presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana, Abel Martínez, abre una brecha de consolación a la dirigencia y a las bases de esa organización política que pensó, en un momento, que nunca saldría del poder.
Hay que reconocer la trayectoria de Francisco Javier como jefe de campañas exitosas para llevar al poder a Leonel Fernández, en 2004 y 2008, y a Danilo Medina en 2012 y 2016, todas ganadas con márgenes considerables frente a sus oponentes. Claro está, manejadas desde el poder, menos la de 2004.
El alto dirigente político y exfuncionario vuelve a la palestra pública, tras una ausencia prolongada en el mundo mediático, luego de la derrota contundente sufrida por el PLD en 2020.
La elección de Francisco Javier no es fortuita. Además de enviar un mensaje de “aliento” a los peledeístas de que todavía pueden recoger y enmendar sus errores, busca de alguna manera unificar el partido que fundó Juan Bosch en 1973 para lograr competir en las elecciones de 2024.
Ahora, la pregunta es: ¿Podría Francisco Javier repetir la hazaña de años anteriores de doblegar al enemigo e imponer su candidato ante el electorado? La respuesta la tiene el tiempo; y todo va a depender de las estrategias que tracen ambos partidos para alzarse con el triunfo. Por lo pronto, el presidente Luis Abinader, quien no ha decidido su repostulación por el Partido Revolucionario Moderno, tiene la sartén por el mango.
Así que las bases del partido morado tendrían dos opciones: apoyar a su candidato o mirar hacia la acera opuesta, en este caso, la Fuerza del Pueblo, liderada por el expresidente Leonel Fernández, para definir el voto.
Muchas conjeturas se tejen en torno a lo que podría pasar entre estos grupos salidos de un mismo vientre, y muy probablemente Francisco Javier jugaría un papel preponderante en la unión de estas dos fuerzas. ¿Qué quién apoyará a quién? Eso también está por verse.
Lo que sí se puede ver desde ahora es que son tres los partidos con posibilidad de retener, ganar o sorprender, ya sea en la primera o segunda vuelta del certamen electoral a celebrarse en mayo de 2024.
Pero todo dependerá, además de los resultados que se obtengan en las elecciones congresuales y municipales, las cuales están pautadas para llevarse a cabo semanas antes. Durante las consultas podrían darse las famosas alianzas entre partidos.
Mientras tanto, la oposición está tirada a la calle, en una campaña desenfrenada y a destiempo, si no pregúntele a Charle Mariotti, quien no cesa en sus ataques al gobierno y al desempeño de su política social y económica.
El oficialismo, en tanto, tampoco se queda atrás y, como quien no quiere la cosa, se prepara para una campaña intensa donde, sin duda, llevarán en su boleta a Luis Abinader, y enfilarían sus cañones en el último tramo de la campaña, donde casi siempre se desata la real fiesta de los monos.
